CÓRDOBA. El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, se sacó de encima en los primeros días de agosto la segunda tanda de vencimientos importantes en dólares que encaró la provincia en lo que va del año. El plazo correspondía a bonos emitidos por la administración de su antecesor, Juan Schiaretti.
DEUDA
Martín Llaryora esquivó el default a pesar de la motosierra
Córdoba pudo hacer frente a los vencimientos en dólares de principios de agosto. Calma hasta fin de año.
El cumplimiento fue una noticia que trajo alivio a las finanzas cordobesas, una de las pocas capaces de afrontar compromisos internacionales de envergadura. Así, Córdoba mantendrá, al menos hasta fin de año, su calificación internacional y el acceso a nuevos acuerdos con diversas entidades.
Para hacer frente a los nuevos vencimientos, el Gobierno provincial recurrió a la emisión de bonos en pesos por 120 mil millones, a 36 meses ajustados por inflación. Se trata de títulos como el COY27, que se emitieron exitosamente para poder calzar la deuda heredada.
En total, Córdoba canceló una deuda de más de 26 millones de dólares. Aunque el monto se trasladó virtualmente a la deuda del mercado local (24.956 millones), donde la provincia tendrá más facilidades de cumplimiento.
Para lo que resta de la gestión, Llaryora deberá superar vencimientos por 1.472 millones de dólares, con un fuerte pico previsto para el año 2025.
Martín Llaryora lucha contra el contexto
Lo que debería ser un cumplimiento lógico es tomado como victoria en el Centro Cívico, donde monitorean a diario la caída abrupta de la recaudación local. Con un fuerte desplome de los recursos genuinos, la capacidad de agrandar la caja para hacer frente a los vencimientos venideros es más desafiante.
A ello se suma un escenario cambiario complejo que puede empeorar el problema de la deuda en dólares. Con ese pasivo anclado al dólar oficial, la administración de Llaryora está expuesta a una corrida cambiaria que multiplique el problema en moneda extranjera.
En ese mismo orden, lo que tampoco ayuda es el descenso inflacionario. Con un índice que se frena mes a mes, el Gobierno provincial cuenta con cada vez menos poder de “licuar” lo debido en dólares.
Por último, el factor más desfavorable es la caída de los giros coparticipables. La desaparición de esas partidas clave dejan a Córdoba en una delicada situación financiera, con una estructura en la que 6 de cada 10 pesos que se gastan provienen de recursos redistribuidos por Nación.
Así las cosas, Córdoba deberá afrontar un stock total de deuda (pesos y dólares) de 2.157 millones de dólares, lo que en diciembre del año pasado representaba casi 5 meses de recaudación completa.