La soja vuelve a tener mala cotización con gobierno no peronista: ya bajó 50%, lo peor en 7 años

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A dòlar constante, un nuevo derrumbe de la soja en un gobierno no peronista

Alejandro Borensztein tomó el tema en broma en 2021, pero su vaticinio se está cumpliendo casi cuatro años más tarde.

El columnista dominical de Clarín había revelado la extraña coincidencia entre las buenas cotizaciones de esta legumbre durante los gobiernos “perucas” y la constante caída en sus valores cada vez que la “marchita” dejaba de ser cantada en Balcarce 50.

Concretamente, el hijo del genial Tato Bores denunciaba que:

-A fines de 1983, con el regreso de la democracia, el “yuyo” se movía por encima de los US$ 300.

-Tres años más tarde, con Raúl Alfonsín en la Casa Rosada, ya había bajado a la mitad: US$ 176 la tonelada.

Todo cambió en el 88 y 89 cuando Carlos Menem ganó primero la interna del PJ y luego la presidencial: US$ 341.

Fernando de la Rúa, el ex presidente radical que gobernó entre 1999 y 2001, ingresó en un "sube y baja" que derivó en una crisis terminal cuando la soja cotizaba en Chicago un poco por encima de los US$ 100.

Tras la salida de la convertibilidad a principios de 2002, con Eduardo Duhalde y luego Néstor Kirchner comenzó a subir de manera frenética hasta multiplicar su precio.

Las condiciones se mantuvieron con Cristina Kirchner y por eso, luego de la crisis de las hipotecas sub primer de Estados Unidos de 2008, el ex ministro de Economía Martín Lousteau emitió la Resolución 125 de “retenciones móviles” para la soja que puso al campo en pie de guerra.

Con la llegada de Mauricio Macri al poder se acentuó este “péndulo anti gorila”.

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La caprichosa cotización de la soja suele marcar el compás de la economía de Argentina

Como vemos en el ùltimo gráfico, el líder del PRO sufrió un desplome notable en 2017 (bastante menos de US$ 200) y ya nunca pudo recuperarse. En la segunda parte de su mandato explotó la inflación y se triplicó el valor del dólar pasando de $ 20 a $ 60 en el final de la gestión. Como vemos en el ùltimo gráfico, el líder del PRO sufrió un desplome notable en 2017 (bastante menos de US$ 200) y ya nunca pudo recuperarse. En la segunda parte de su mandato explotó la inflación y se triplicó el valor del dólar pasando de $ 20 a $ 60 en el final de la gestión.

Sin embargo, una vez más el poroto le sonrió a los “compañeros” y con Alberto Fernández y CFK arrancó a 324 dólares y en poco más de un año aumentó 62% hasta cotizar a 527 dólares por tonelada.

Se repite con la soja en Argentina el vaticinio de Borensztein

Sin embargo, existe una gran diferencia en el presente 2025.

Lo que se está pulverizando no es solamente el margen de rentabilidad del supuesto “monocultivo” porque l a mala racha (o feroz atraso cambiario) se está llevando puestas a otras actividades:

-cayeron miles de productores de tomate en Mendoza porque la industria compra la pulpa directamente en Chile o Italia.

-se abandonaron miles de hectáreas de limones y cítricos en Tucumán. En el Jardín de la República los socios de Coca Cola elaboran el jugo de limón que la multinacional utiliza luego a nivel global. Los compradores se fueron a Sudáfrica.

-la cebolla detuvo su boom en Río Negro y sufre por la fuente devaluación (25%) que implementó Brasil.

-las frutas finas de la Patagonia (manzanas, cerezas, uvas, peras y frutillas) pierden de manera categórica con Chile. Los trasandinos ya exportan estas especialidades por un total de US$ 7.000 millones anuales.

–la yerba mate tiene precios ridículamente bajos y los misioneros la malvendieron todo el año 2024. Una idea para Santiago Caputo y su socio Guillermo Garat (YPF). En lugar de poner en los spots de la petrolera de bandera a Lionel Messi dando consejos sobre fútbol… ¿por qué no lo muestran a nivel internacional tomando mate para ver si amplían las exportaciones de la mesopotamia?

-los cultivos de bananas formoseños han sido abandonados casi por completo.

Resumiendo: tiene razón el humorista con sus chanzas y su explicación “peruca” pero también tienen razón los economistas que ya piden a gritos una nueva paridad cambiaria que le devuelva alguna chance de rentabilidad a las economías regionales Resumiendo: tiene razón el humorista con sus chanzas y su explicación “peruca” pero también tienen razón los economistas que ya piden a gritos una nueva paridad cambiaria que le devuelva alguna chance de rentabilidad a las economías regionales