La toma “bolsonarista” de la plaza de los Tres Poderes en Brasilia, provocó, naturalmente, la reacción de diversos referentes de la dirigencia política argentina. Más allá de que la mayoría -exceptuando a los libertarios que se limitaron adherir a un documento del Foro de Madrid- expresaron su firme repudio a la invasión que puso en riesgo a la democracia de Brasil, FdT y JxC aprovecharon para enredarse otra vez en vanos insultos, chicanas y profundizar la grieta.
POLÍTICA EN CRISIS
Caos en Brasil, y ¿Argentina?: Impotentes, FdT y JxC juegan con fuego
Inútiles ante la crisis de Argentina, JxC y FdT parecen no entenderlo: se desentienden de los problemas, se radicalizan y profundizan la incesante grieta.
En lugar de reflexionar y mirar dentro de su país para buscar posibles soluciones ante crisis política, prefieren prolongar la contienda dramática y desentenderse de los problemas que aquejan a los argentinos.
Ambas coaliciones parecen olvidar los últimos graves acontecimientos de su país: el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner de hace apenas cinco meses, el recurrente ataque K contra la CSJN, la ascendente crisis económica, y el fuerte hartazgo político de la sociedad, privada de una digna representación. Pero a clase política argentina le gusta jugar con fuego y eludir los problemas.
La polarización parece no tener fin. Tras el fallido ataque a CFK, las mayores fuerzas políticas del país tenían la oportunidad de generar nuevos acuerdos para una mejor convivencia democrática pero en lugar de eso extremaron sus posiciones y se refugiaron en sus núcleos duros. Siguen con la nefasta tendencia.
Mientras que los K repudian el asalto a la sede del Congreso Nacional, el Palacio presidencial del Planalto y el edificio del Supremo Tribunal Federal de Brasilia, niegan el ataque de sus seguidores al congreso argentino en 2017 cuando Macri estaba en la Rosada y parecen olvidar la actual y feroz guerra de CFK y Alberto Fernández contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).
Mientras tanto, los referentes de JxC pasean por la costa atlántica y celebran cumbres que delatan la vaga coalición electoral, síntoma de la tediosa e irresoluble lucha de poder interna del espacio y su carencia de planes de gobierno.
Prueba evidente
La evidencia más reciente la proporcionó el cruce entre la titular del PRO, Patricia Bullrich y el canciller Santiago Cafiero. Él revivió la grieta cuando prodigó su pobre análisis político y asoció las derechas antidemocráticas con las ideas de Mauricio Macri en declaraciones al diario oficialista Destape Web.
Pero continuó: “Hay muchos dirigentes violentos del macrismo que suelen agitar a la opinión pública y luego no se hacen cargo de lo que provocan. Durante la pandemia estaban con lo de la ‘infectadura’ y promovían marchas contras las medidas sanitarias. Luego se produjo el intento de magnicidio de Cristina (Kirchner) y miraban para otro lado, decían ‘yo en esto no tengo nada que ver".
Concluyó: “La misma excusa puso Trump con la toma del Capitolio, la misma pone Bolsonaro con los hechos de violencia de sus simpatizantes, y en su momento lo mismo dijeron Macri y otros dirigentes violentos que tiene Juntos por el Cambio”, agregó el funcionario que forma parte del Frente de Todos. Yo lo resumo de esta forma: cuando uno siembra odio, cosecha odiadores. Entonces no se pueden hacer los distraídos”.
Patricia Bullrich le respondió: “Señor canciller @SantiagoCafero, Mauricio Macri fue democráticamente electo y ejerció su mandato siempre con apego a la ley y respetando las instituciones, a diferencia de ustedes, que se hacen los democráticos cuando les conviene. Trate de estar a la altura de su cargo", escribió la ex ministra de seguridad en su cuenta de Twitter.
La presidenta del PRO durante los trágicos eventos en el país vecino también había aprovechado para criticar al presidente Alberto Fernández por su pelea contra la CSJN por el fallo de coparticipación a favor de CABA.
"DEMÓCRATAS CON OTROS PAÍSES Y AUTORITARIOS AQUÍ. Aquí, quieren tomar la Corte Suprema de Justicia y destruyen al Congreso con 14 toneladas de piedras. El día que retire el pedido de juicio político a la Corte, puede opinar sobre lo que sucede en Brasil".
Ejemplos sobran. El mejor argumento de cada fuerza opuesta es el ataque y desacreditación hacia el otro. No se discuten apreciaciones políticas sino que se pone en cuestionamiento la violencia y la peligrosidad del partido opositor. Los partidos políticos ya no son contrincantes sino enemigos. En los discursos no hay propuestas solo reproches.
En ese sentido, los políticos aprovechan su tiempo y espacio público para difamarse entre ellos en vez de intentar acordar políticas beneficiosas para los argentinos. Solidifican una contienda dramática creyéndose protagonistas del país y exponen la vacuidad discursiva.
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