CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina ya escuchó demasiadas veces acerca del abuso que realiza el abanico de sindicatos con competencia en Aerolíneas Argentinas/Austral Líneas Aéreas.
CRISTINA QUIERE ASUSTAR A LOS SINDICATOS, QUE NO LE TEMEN
Otra vez la aburrida novela de Aerolíneas, que ya no la cree nadie
Aerolíneas Argentinas/Austral Líneas Aéreas es una típica historia kirchnerista que ha heredado Cristina Fernández y que no le resultará muy fácil modificar pero, probablemente, ponga a prueba sus vínculos con Hugo Moyano (Mariano Recalde), La Cámpora (Eduardo de Pedro), la Secretaría de Transporte (Juan Pablo Schiavi), y otros.
03 de marzo de 2011 - 10:21
Es cierto que Austral todavía mantiene una conducta más coherente que Aerolíneas, pero de todos modos, el asunto se remonta al inicio del gobierno del Frente para la Victoria cuando Néstor Kirchner/Julio De Vido/Ricardo Jaime utilizaron a los sindicatos para lograr que descarrilara primero Antonio Mata y luego Gerardo Díaz Ferrán/Gonzalo Pascual Arias (en ambos casos, Marsans).
Néstor quería controlar Aerolíneas/Austral por los subsidios que podrían distribuirse los protagonistas de ese negocio, replicando el esquema vigente en las concesiones ferroviarias, en el autotransporte de pasajeros y de cargas.
Más allá de resultar un líder político, Néstor era un visionario hombre de negocios, según dicen.
Y Néstor no comprendía porqué no podía conseguir que Marsans, investigado en España por administración irregular de cientos de millones de euros que le había entregado el Estado para el rescate de Aerolíneas, no aceptara aqui algunos conceptos similares de parte del Frente para la Victoria en el poder.
El error feroz de Díaz Ferrán y Pascual Arias fue no vender Aerolíneas/Austral cuando llegó la oferta de Ricardo Jaime. Después perdieron el control, aterrizó Julio Alak -pésima gestión que nunca se investigó- y más tarde Mariano Recalde, que es de La Cámpora pero también de Hugo Moyano.
Por eso la Quinta de Olivos puso un vicepresidente que es 100% propio: Eduardo de Pedro, alias Wado, jefe de La Cámpora, movimiento en el que Recalde ha retrocedido algunos casilleros.
En Transporte, el sospechado Ricardo Jaime tuvo que renunciar y anda perdiendo millones en honorarios a abogados que no le pueden resolver todas las demandas, y decoló su colaborador Juan Pablo Schiavi, quien chocó con Recalde pero por ahora ambos sobreviven en un equilibrio inestable.
En tanto, los sindicatos presionan por más beneficios, menos trabajo, menos calidad en un mercado competitivo, más quebranto para el Estado. Hoy día la única ventaja que conserva Aerolíneas es que no ha protagonizado accidentes aerocomerciales, pero si al público se la da a elegir entre Aerolíneas, LAN y Gol, la compañía argentina nunca será la preferida.
Los transversales defienden el error de Néstor afirmando que hay un contenido social en Aerolíneas pero cuando surgen los conflictos y los pilotos reclaman $ 70.000 de salario mensual por volar menos que los de cualquier compañía competidora, no hay contenido social sino abuso laboral, estafa a los contribuyentes, malestar de los usuarios = menos votos para Cristina.
Y hoy día la prioridad en la Casa Rosada es obtener algunos puntos porcentuales del electorado de clase media que Cristina perdió desde la crisis con el campo en 2008, porque la alquimia comicial afirma que así puede asegurarse el triunfo sobre sus competidores.
Por lo tanto, es obvio que Cristina se comportará según el consejo de las encuestas de opinión, en las que la ocupación de espacios públicos, la percepción de inseguridad y el abuso sindical resultan temas dominantes.
En ese contexto pueden encontrarse algunas explicaciones del hartazgo de Cristina con los sindicalistas de Aerolíneas/Austral, a quienes en reiteradas ocasiones apeló y ellos le dicen que sí pero luego que no.
La escena se complica cuando aparecen Hugo Moyano, Julio De Vido, La Cámpora, la Secretaría de Hacienda y otros protagonistas de la novela.
De pronto, el diario La Nación publica, con la firma de Francisco Olivera, que el Ejecutivo Nacional busca un socio local para administrar Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas ante las incontrolables internas gremiales que afectan los servicios de ambas empresas.
El concepto es equivocado: con el marco jurídico actual de Aerolíneas no puede haber socio local porque la empresa no es del Estado Nacional.
Todavía la mayoría de las acciones son de Marsans, un entuerto legal irresponsable que no podrían explicar en una investigación ni Cristina ni De Vido.
Luego, no hay socio posible si no hay cambio en los convenios colectivos de trabajo entre Aerolíneas y los sindicatos presentes.
La empresa es inviable con los convenios vigentes y la participación sindical en cuestiones cotidianas de la compañía.
En verdad, alguna empresa vinculada a De Vido cree que puede quedarse con alguna moneda en la intermediación parasitaria entre la Secretaría de Hacienda y los proveedores de Aerolíneas.
Luego, ¿cuánto vale el 50% de Aerolíneas, que es un quebranto volando? Si cada día Recalde no consigue que Hacienda le gire el dinero para pagar el combustible, los aviones no levantan.
Pero si los aeronavegantes deciden reclamar por un nuevo viático, tampoco.
Antes de los comicios de octubre de 2007, los de Marsans intentaron firmar una tregua social plurianual con los sindicatos, en el Ministerio de Trabajo, y fue un fracaso.
Es decir que Cristina ya tuvo la oportunidad de reordenar, con la ayuda de Carlos Tomada, la relación entre la empresa y los sindicatos, y eligió no hacerlo.
Pero todo el asunto es patético:según La Nación, Patricia Alzúa, esposa de Carlos Zanini, secretario de Legal y Técnica, estudia las consecuencias legales que podría tener la separación de Aerolíneas Argentinas de Austral Líneas Aéreas.
Marsans anhelaba concretar esa división: le obsequiaba Aerolíneas al Estado argentino y se quedaba con Austral, que creía que era administrable. Cristina no lo permitió pero ¿cómo hará Alzúa para resolver la cuestión de la propiedad de ambas compañías, que nunca fueron expropiadas?
En verdad, no hay nada de todo eso. La historia de La Nación solamente parece responder a una filtración de la Casa Rosada para asustar a los sindicalistas, quienes ya conocen el ardid. Y lo que es peor: lo utilizó hace algunas semanas Jorge Pérez Tamayo, de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas, contra su adversario Claudio Somoza, de la Unión Argentina de Líneas Aéreas.
En el pasado, Ricardo Jaime ya fracasó en conseguir socios administradores para Aerolíneas:
> Eduardo Eurnekian/Ernesto Gutiérrez (Aeropuertos Argentina 2000);
> Juan Carlos López Mena (Buquebus y BQB Líneas Aéreas), y algún otro más.
Incorporar al listado a Jorge Brito, de Banco Macri, es ilógico. ¿A Enrique Eskenazi le concedieron YPF y a Brito Aerolíneas? Parece una broma de mal gusto. Es banquero o sea que no es tonto.
Muy interesante un comentario de la newsletter Código Aéreo:
La publicación de La Nación del intento de reprivatizar Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas (ver aparte) generó, de inmediato, la reacción de dos de los gremios más combativos del sector: la Asociación de Personal Aeronáutico y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas.
Lo curioso que son dos de los gremios más beneficiados por la actual administración: APA logró que los cursos para comisario de abordo que dictaba la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) no fuera tomado en cuenta por la empresas; APLA pudo “colocar” 235 nuevos pilotos pagados con dineros públicos, aunque no tienen aviones para volar.
En declaraciones a los medios, el secretario general de APA, Edgardo Llano, rechazó una posible “reprivatización” de Aerolíneas Argentinas y de Austral Líneas Aéreas y, sin tener autoridad para decidir por el Gobierno, desmintió la entrada de un socio privado.
Llano explicó el Estado no se desprendería del Estado y que "desde la Secretaría de Transporte aseguran que esa no es una posibilidad factible" y agregó “las veces que lo hemos preguntado, siempre han negada esa posibilidad”; además que “no puede ingresar un socio privado a una empresa que no es de uno", haciendo referencia a que Aerolíneas Argentinas no es todavía del Estado.
(...) Por su parte, el titular de APLA, el inefable Jorge Pérez Tamayo, aseguró que el Gobierno "se estarían equivocando, porque una línea aérea no es negocio", una de las grandes mentiras que suele sostener el gremialista, olvidando las empresas del sector que cotizan en todo el mundo y distribuyen dividendos.
El gremialista defendió argumentando que, desde que se estatizó Aerolíneas Argentinas, APLA no realizó ningún paro.
"Pero cuando distintos sectores que influencian en la operación de los vuelos realizan medida de fuerza, siempre los que reciben los cachetazos son los gremios aeronáuticos", sentenció.
En ese sentido, responsabilizó a los controladores de tránsito aéreo por llevar a cabo acciones gremiales "encubiertas".
"Informan que la afluencia de controladores es de diez minutos, cuando el normal debería ser de cada tres. Por eso, los vuelos se demoran", explicó.
Además, consideró que "hay una gran confusión de lo que está sucediendo" que se "está tratando de decir que son los gremios aeronáuticos los responsables de todo".
"Sería absurdo que después de todo lo que se hizo, querer que Aerolíneas (Argentinas) no funcione. Los gremios sólo quieren trabajar", concluyó. Lástima que no lo demuestren, en especial, los pilotos que vuelan menos de 30 horas por mes cuando en otras empresas llegan a 70 horas mensuales. (...)".
En tanto, el presidente y Gerente General de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, Mariano Recalde, será citado a dar explicaciones a fines de mes en la Comisión Bicameral de Reforma del Estado, según lo confirmó el radical Rubén Lanceta, titular de la Bicameral sobre Privatizaciones y encargado de desempatar cualquier votación, ya que la composición está igualada entre oficialistas y opositores.
“El problema es que se declaró de interés público pero no se expropió nada. Y ponemos plata en el funcionamiento para que se preste el servicio. Para eso no hacía falta más que tomar la marca aerolíneas, recontratar a los empleados”, detalló Lanceta.
“Lo que pasó es que (Jorge) Pérez Tamayo apretó para que se expropie y así se garantizó el control de los gremios. Pero nada de lo que ocurre se justifica. Hay 11 mil empleados para 56 aviones, mientras que cuando operaban más de 100 había 10 mil. Además operan cuatro líneas distintas, caso único en el mundo, porque multiplica los costos de mantenimiento”, enumeró Lanceta.
Sobre esas dudas giró el cuestionario que le acercó Recalde, quien se excusó de responderlo con la extraña excusa de que la comisión no estaba facultada a acceder a información pública.
El personal de la bicameral insistió por última vez hace en febrero y la respuesta no varió.
“Ahora lo citaremos para fines de mes junto al secretario de Transporte (Juan Pablo Schiavi)”, confirmó Lanceta. Seguro de que los kirchneristas no aportarán número, el radical se ajustará a reglamento para iniciar la sesión con un tercio de los miembros.
El cuestionario que se negó a responder Mariano Recalde consulta Estado de la flota, su endeudamiento actual, el valor de los pasajes, la gestión financiera, el déficit operativo mensual, la provisión de repuestos, el plan de disposición de unidades que salen de servicio definitivamente y cancelación de contratos de leasing y el nivel de aportes estatales y la deuda heredada por la expropiación, entre otras inquietudes.
También consultan sobre el Estado del Convenio con la Universidad de Buenos Aires para determinar los pasivos contraídos en forma ilegítima.