La muerte de un piloto en pleno vuelo obligó a un avión de Turkish Airlines a aterrizar de emergencia en Estados Unidos. El hecho ocurrió en Nueva York, cuando la aeronave cubría la ruta entre Seattle y Estambul.
USA
Sin comandante: Vuelo en emergencia por piloto muerto
En Estados Unidos, un vuelo comercial debió aterrizar de emergencia por el fallecimiento del piloto. Los detalles.
Según la compañía, el trabajador se desplomó en pleno vuelo tiempo después del despegue. A bordo, los tripulantes intentaron reanimarlo aunque sin éxito, debiendo aterrizar en la costa este con emergencia declarada.
En cuanto a la condición médica del piloto, Turkish Airlines precisó que los últimos exámenes habían sido realizados en marzo. En ellos, no hubo indicios de posibles patologías que pudieran dar previsión al deceso del comandante.
Cabe destacar que los pilotos comerciales deben superar numerosas pruebas de salud psicofísica. En Estados Unidos, la FAA exige un certificado médico extenso realizado por médicos autorizados entre seis y doce meses, donde se prueba la visión, la audición, el equilibrio, la salud mental, la salud neurológica y la cardiovascular, entre otras.
El vuelo afectado fue el TK204 de Turkish Airlines, operado por un Airbus A350-900. El aterrizaje se produjo en el aeropuerto central de Nueva York, John F. Kennedy, luego del desarrollo del procedimiento pertinente, con la declaración “mayday” prevista para dichas ocasiones.
Qué pasa cuando muere el piloto en pleno vuelo
La muerte de un piloto en pleno vuelo no es una situación habitual aunque sí prevista, especialmente en vuelos largos. En ese sentido, los aviones actuales están preparados para ser comandados por un solo piloto gracias a la automatización de ciertos procesos.
El procedimiento ante la mencionada eventualidad comprende la toma de control por parte del copiloto. Y en caso de vuelos transoceánicos también se puede incluir el cambio del comando por otra pareja de pilotos que viaja a bordo.
En cuanto al manejo del cadáver, las tripulaciones suelen ubicar los cuerpos en el fondo de la aeronave, preferentemente en una fila de asientos desocupada. El mismo es cubierto con una bolsa específica, que no puede ser sellada hasta que un médico no constate el deceso.
Por último, la tripulación se concentra fuertemente en contener a los pasajeros para que no se produzcan situaciones de zozobra que puedan poner en peligro el normal desarrollo del viaje.