Desde el domingo 2/01 la crisis prende fuego a Kazajistán, sobre todo al presidente Kasim-Yomart Tokáyev. Las manifestaciones comenzaron en el oeste del país por el encarecimiento del gas licuado de petróleo para los autos. Fue la gota que colmó el vaso y la crisis escaló en el lapso de 4 días y ya hizo caer al gobierno.
SAQUEOS Y CAOS
Kazajistán: Con el combustible no se jode y cae el gobierno
Las protestas aumentan en Kazajistán y el estado de sitio fue declarado en todo el país. El presidente echó a todo su gabinete incluido el primer ministro.
Desde fin de 2019 que el gobierno está en una transición para poner fin a los subsidios al combustible y pasar a un sistema de precios determinado por el mercado, esto provocó que el precio se duplicara tras año nuevo de unos 10 a alrededor de 20 céntimos de euro el litro de gas licuado, un sobreprecio que se notó en regiones como Mangystau, donde el gobierno estima que más del 70% de los vehículos utilizan esta fuente de energía.
¿Podría pasar algo similar cuando se terminen los subsidios a la energía en Argentina? Para pensar.
Hoy miércoles 5/01 las protestas se han expandido por todo el país y se declaró el estado de sitio en todo Kazajistán. El presidente decidió deshacerse de todo su gabinete y ha asignado al viceprimer ministro, Aliján Smailov, como primer ministro. Aunque antes había dicho:
Unos de los cambios más significativos que realizó el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, es que asumió mando del Consejo de Seguridad que hasta ahora encabezaba Nursultán Nazarbáyev, el hombre que ha controlado el poder desde la independencia en 1991.
Nursultán Nazarbayev es un aliado del mandatario ruso Vladimir Putin y dirigió esta antigua república soviética como presidente hasta 2019 y aún mantiene una gran influencia. La situación es grave y preocupa a Moscú, que con precedentes como las crisis de Ucrania y Bielorrusia, ha prometido “a los hermanos y amigos kazajos” que ampliará su “asistencia no militar” si es necesario.
Revolución
Ni el cambio de gabinete ni la promesa de volver a reducir los precios de la nafta sirvieron para calmar los ánimos de los manifestantes que asaltaban el ayuntamiento de Almaty, la ciudad más grande de Kazajistán.
El gobierno cortó los servicios de internet y telefonía móvil para evitar que la crisis se haga evidente para los ojos internacionales, cada hora aparecen nuevas imágenes en las redes sociales con la llegada de camiones militares a distintas ciudades y enfrentamientos con la población. Además, se ha suspendido la emisión de varias televisiones, como Jabar 24 y Kanal 31.
Euronews entrevistó a Arkadiy Dubnov, experto político independiente ruso para Asia Central, y declaró que lo que buscan los manifestantes son reformas económicas y políticas radicales. “Existía un descontento generalizado que no se transmitía a las autoridades debido a la falta de instituciones democráticas. Sólo se necesitaba un pretexto para desencadenar las protestas”, agregó.
Se pueden ver similitudes con las protestas en Chile y Colombia donde el descontento social estalla por lo que parecería ser un detalle que desencadena una crisis política de alto calibre.
También se observaron saqueos a comerciantes y a las fuerzas de seguridad, los manifestantes obtuvieron armamento militar.
Cuando la tiranía es ley, la revolución es orden
Según una nueva encuesta de The Washington Post y la Universidad de Maryland, el 34% de los estadounidenses cree que la acción violenta contra el gobierno a veces está justificada. ¿El caso de Kazajistán podría aplicar a esta afirmación?
Al menos una cuarta parte de la población en USA dijo que "la fuerza podría estar justificada", según la situación, con respecto a cuestiones como los derechos civiles, las políticas de armas, los resultados de las elecciones y el trabajo.
Como menciona el diario El País, Kazajistán goza de enormes reservas de petróleo. El país es miembro de la OPEP+, el cartel de exportadores de petróleo en su versión ampliada junto a otros grandes productores como Rusia. Aunque la situación económica de sus ciudadanos es mejor que la de otras repúblicas de Asia Central, la percepción es que podría ser mucho mejor. Según su agencia gubernamental para la Planificación Estratégica y las Reformas, el salario medio rondaba a finales de 2021 los 249.349 tenges, lo que equivale a unos €500.