A raíz de la actual hambruna en Gaza y los bombardeos israelíes, gran parte de Europa y el presidente estadounidense Donald Trump, antiguo aliado de Tel Aviv, están presionando a Israel para que detenga su ofensiva en el enclave —que martiriza a los civiles en medio de su contienda contra el terrorismo— y permita el ingreso de la ayuda humanitaria.
Tras más de dos meses del bloqueo humanitario, coincidiendo con la escalada posterior al atentado del 7/10/23, la Unión Europea perdió la paciencia y anunció este martes 20 de mayo que revisará su acuerdo de cooperación comercial con Israel por presuntos abusos a los derechos humanos en Gaza.
La decisión se tomó el martes después de que 17 de los 27 ministros de Asuntos Exteriores del bloque europeo apoyaran la medida, que fue presentada a principios de mayo por el ministro holandés de Asuntos Exteriores, Caspar Veldkamp.
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Con esta medida, el Ejecutivo del bloque iniciará una investigación para revisar si Israel ha violado los derechos humanos en Gaza en virtud del artículo 2 del Acuerdo de Asociación UE-Israel, un pacto que define las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambas partes.
"De los debates de hoy se desprende claramente que hay una fuerte mayoría a favor de revisar el Artículo 2 de nuestro Acuerdo de Asociación con Israel", declaró la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas. "Pondremos en marcha esta revisión y, mientras tanto, depende de Israel liberar más ayuda humanitaria", sentenció.
En la misma jornada, el gobierno de Suecia dijo que presionaría a la UE para que impusiera sanciones a los ministros israelíes, además de esta medida punitiva.
Netanyahu no cede, pero simula que sí
El lunes, como un manotazo de ahogado ante la presión internacional, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que Israel permitirá el ingreso a Gaza de una ayuda humanitaria “mínima”.
Netanyahu comunicó a viva voz que iba a permitir "por razones diplomáticas" el acceso de ayuda humanitaria "mínima" al enclave, bloqueado desde el 2 de marzo, para evitar que "imágenes de hambruna masiva" deterioren el respaldo de "países amigos".
Asimismo, confirmó que el Ejército israelí tomará el control total de la Franja de Gaza con el objetivo de erradicar a la milicia sunita palestina, Hamás, de la región.
Europa y el Brexit contra Israel por sus excesos en Gaza
Reino Unido también presiona a Israel para que decline con el derramamiento de sangre en Gaza, un daño colateral de la ofensiva israelí contra el terrorismo de Hamás. Al respecto, el primer ministro británico Keir Starmer declaró que la política israelí de bloquear la ayuda y "expandir la guerra" en Gaza era "indefendible".
De hecho, Starmer anunció que suspendió las negociaciones de libre comercio con Israel, convocó al embajador israelí y dijo que estaba imponiendo sanciones a los colonos israelíes de Cisjordania Ocupada.
"Bloquear la ayuda, ampliar la guerra, despreciar las preocupaciones de sus amigos y socios. Esto es indefendible y debe terminar", sostuvo el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, en un discurso ante el Parlamento.
En cuanto a Washington, histórico aliado de Tel Aviv, al parecer ha dejado de respaldar a Netanyahu (coalición gobernante de Likud y ultraortodoxos) debido a ciertos excesos cometidos en nombre de la legítima defensa de la soberanía judía sobre los territorios en disputa con Palestina y el terrorismo yihadista.
La semana pasada, el presidente estadounidense Donald Trump, en su última parada de su gira por Medio Oriente y tras haber sellado históricos acuerdos de defensa con el bloque sunita, mostró por primera vez compasión por la situación en Gaza y dijo que los palestinos estaban "muriendo de hambre”.
Al igual que la Casa Blanca, el gobierno español —que ha pedido en varias ocasiones a Benjamin Netanyahu que tenga piedad con los civiles palestinos— tramitará una ley para imponer un embargo de armas a Israel.
El Parlamento español aprobó este 20 de mayo iniciar el trámite de reforma a la ley que controla el comercio exterior de material de defensa, con el objetivo de bloquear cualquier tipo de comercio armamentístico con países investigados por genocidio en la Corte Penal Internacional (CPI), como Israel.
Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Oren Marmorstein, declaró que "la presión externa no desviará a Israel de su camino en defensa de su existencia y seguridad".
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