Una gran parte de la batalla cultural se libra en las escuelas y academias, más allá del filtro que uno puede realizar a partir de la educación primaria que reciba de su familia. En USA, algunos gobernantes conservadores, alarmados por el “woke” extendido en varias instituciones, no tuvieron otra idea que recurrir a los preceptos bíblicos (como si fuese el único y el mejor modo de combatirlo). La mejor manera evitar el desplazamiento de un extremo a otro es fomentar la laicidad y respetar todos los cultos.
¿Y LA PRIMERA ENMIENDA?
En USA las escuelas son el campo de batalla religioso
En las escuelas de USA se enseña la Primera Enmienda de la Constitución que contempla la separación de Iglesia y Estado y, sin embargo, algunas imponen la Biblia.
En USA, el tema se trata menos de una cuestión moral o ideológica que legal. La Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos contempla claramente la separación de Iglesia y Estado. “El Congreso no aprobará ninguna ley que se aboque al establecimiento de religión alguna, o que prohíba el libre ejercicio de la misma”.
Y, sin embargo, el estado de Luisiana y el de Oklahoma (ambos republicanos) recientemente impusieron el estudio de la Biblia y los Diez Mandamientos en una clara oposición a la “Cláusula de Establecimiento” y la “Cláusula de libre Ejercicio”. La primera prohíbe que el gobierno establezca una religión oficial o muestre preferencia por una religión sobre otra; la segunda protege el derecho de los individuos a practicar la de su elección.
Si bien sólo 2 estados de los 50 han tomado estas controvertidas medidas, ciertos proyectos de ley en otros y una Corte Suprema conservadora sugieren una creciente tendencia.
Según supo Reuters, los legisladores de 29 estados han propuesto al menos 91 proyectos de ley que promueven la religión en las escuelas públicas este año, de acuerdo a Americans United for Separation of Church and State que respalda una demanda que impugna la ley de Luisiana.
Texas podría ser el próximo estado en seguir las medidas de Oklahoma y Luisiana. El año pasado se aprobó la primera ley en toda USA que permite a las escuelas públicas contratar capellanes como consejeros y, además, se presentaron proyectos similares en más de una docena de estados.
La junta de educación del estado decidirá en noviembre si aprueba un nuevo plan de estudios para la escuela primaria que incluya enseñanzas bíblicas. “Es probable que los legisladores republicanos de Texas reaviven los proyectos de ley que exigen la exhibición de los Diez Mandamientos en las escuelas y permiten que los vales financiados con fondos públicos paguen la matrícula de los estudiantes en escuelas religiosas privadas”, informó Reuters.
La Corte Suprema, de mayoría conservadora (6 a 3), últimamente se está apartando de su tradición y ayudado a promover la religión en el país.
Si en 1962 dictaminó que las plegarias patrocinadas por autoridades académicas en las escuelas públicas violaban la cláusula de establecimiento, en 2022 las avaló en la boca de los entrenadores de fútbol en el campo de juego escolar.
El tribunal, según la misma agencia británica, facilitó que “las escuelas e iglesias religiosas reciban dinero público; ha eximido a las corporaciones familiares de tener que proporcionar a los empleados cobertura de seguro para el control de la natalidad de las mujeres por motivos religiosos”.
La pregunta es ¿cómo explicar ahora el principio democrático fundamental determinado en la primera enmienda (respetar la diversidad y no interferir en las prácticas espirituales individuales)?
El máximo responsable del sistema educativo de Oklahoma (USA), Ryan Walters, argumentó de esta forma la polémica medida que obliga a los docentes a establecimiento educativos a incluir de forma inmediata en sus programas la enseñanza de la Biblia y los Diez Mandamientos.
“La Biblia es un documento histórico necesario para enseñar a nuestros hijos sobre la historia de este país, para tener una comprensión completa de la civilización occidental, para comprender las bases de nuestro sistema legal y, francamente, estamos hablando de la Biblia, uno de los documentos más fundamentales utilizados para la Constitución y el nacimiento de nuestro país”.
Las autoridades de Oklahoma defendieron la imposición alegando una tendencia hacia el secularismo y el ateísmo en clara ofensiva contra libros sobre raza, orientación sexual o identidad de género.
Entre paréntesis, el viernes pasado (2/08) Utah ordenó a las escuelas, aulas y bibliotecas públicas que retiraran 13 libros de Margaret Atwood y otras escritoras, según ellos feministas, al ser considerados “pornográficos” o “indecentes”.
Aunque el contenido de los libros tienen inclinaciones feministas, varias voces negaron que fueran woke, defendieron su valor literario y artístico y lo vieron como un acto de intolerancia a la diversidad. La realidad es que los legisladores buscan sacar provecho político (no es la primera vez) y utilizar cuestiones de guerra cultural nacional para dividir.
Volviendo a la impartición obligatoria de la Biblia en las aulas, cabe destacar: Una cosa es la enseñanza de la Biblia en un contexto o interpretación puramente simbólica, histórica y literaria, y otra muy diferente, es la evangelización, la promoción e imposición de una única visión sin ofrecer otras religiones, que parece ser la de Oklahoma.
Además, ¿el libro sagrado cristiano acaso no contiene pasajes de incesto, masturbación, zoofilia, prostitución, sexo oral, violación e incluso infanticidio? No es una cuestión de prohibir sino de tener perspectiva histórica y una dimensión interpretativa.
Tal como informé en esta nota de Urgente24, Walters habló de “tener una comprensión completa de la civilización occidental”. Pero, sin desdeñar el profundo influjo del cristianismo, ello sería una parcial ya que los orígenes de Occidente se remontan a años anteriores a la irrupción del cristianismo. Existían otras culturas, civilizaciones y tradiciones antes de Jesús que siguen moldeando nuestro presente.
Siguen vivas en el lenguaje, en la cultura, en el inconsciente. Solo por mencionar un ejemplo ( ya que hablamos de libros canónicos), los poemas homéricos (La Ilíada y la Odisea), que datan del siglo VIII antes de Cristo, son una fuente inagotable de conocimientos, enseñanzas y experiencias; canon cultural y religioso para las generaciones ulteriores. Y ni hablar de los tratados filosóficos de los helenos.
Más allá del aspecto inconstitucional, la propuesta plantea preocupaciones éticas. Si bien la tradición norteamericana está atravesada por una fuerte influencia cristiana, aprovecharse de la inocencia y credulidad de los alumnos puede limitar su exposición a la diversidad de creencias y privarlos de una educación inclusiva y equilibrada y pensamiento crítico. Esto podría resultar en fanatismos, visiones sesgadas y discriminaciones hacia otras creencias.
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