La vicepresidenta Cristina Kirchner sufre el paso del tiempo de un manual ya desgastado y sin impacto.
DE MANUAL
La única campaña del Sí de Cristina Kirchner
La vicepresidenta Cristina Kirchner expuso, una vez más, no tener otra idea para enfrentar las elecciones ni la etapa que viene.
Más allá de su ego y la gran cantidad de notas periodísticas que se despliegan en los portales cuando hace o dice algo, alimentando esa supuesta centralidad en la política argentina, su influencia sobre el grueso del electorado es prácticamente nula.
En pocas palabras, al 70% no le interesa Cristina Kirchner como persona ni como líder de un espacio. Y si algo le interesa, es considerado como una dirigente que forma parte del problema, no de la solución.
Una vez más, la integrante del Frente de Todos demostró no tener otro tipo de estrategia que apuntar a los medios y la Justicia para victimizarse e intentar liderar la agenda.
El gran problema del oficialismo es no haber podido, -hasta las PASO 2021- renovar la esperanza de un futuro mejor o, al menos, de una economía distinta a la que se sufre.
Hay quienes consideran que el éxito de Juntos por el Cambio fue haber podido reconfigurar el perfil del espacio más allá de Mauricio Macri. Bueno, el Frente de Todos no está pudiendo prometer al electorado una economía distinta a la que piensa el kirchnerismo. Todo es cepo y congelamientos; una receta que ya fue rechazada por el votante indeciso de la clase media que no se siente seducido por ningún polo de la grieta y que los equipos de campañas se rompen la cabeza para detectar qué es lo que quiere. Solo hay una certeza: ese sector sabe muy bien lo que no quiere.
Sin dudas, es un grave problema para Antoni Gutiérrez-Rubí, consultor catalán que asesora al presidente Alberto Fernández, y todo el equipo de campaña, porque CFK jamás se adaptará a las estrategias de moderación. Podrá controlar su exposición pública pero siempre que saldrá a hablar o tuitear lo hará con su estilo combativo.
Qué piensa Antoni Gutiérrez-Rubí
Según Gutiérrez-Rubí, los políticos tradicionales no comprenden que el ciudadano ya no se deja llevar por la ideología sino por el sentimiento:
Tecnopolítca:
Sus ideas parecen estar lejos de CFK, preocupada hoy por su situación judicial y la de su familia. Allí es donde nace una pregunta que todavía no encuentra respuesta en la gestión: ¿El FDT llegó para mejorar la calidad de vida de la sociedad o para mejorar la situación judicial de CFK?