Este martes Google se sentó en el banquillo de acusados para el inicio del proceso con el que la justicia de EEUU tratará de dirimir si el dominio aplastante de la compañía se debe a su rendimiento o bien si detrás de este éxito hay prácticas ilegales. Se trata de la demanda antimonopolio más grande presentada contra un gigante tecnológico.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, la empresa cimentó su posición dominante en la red con contratos ilícitos con empresas como Samsung, Apple y Firefox para que estas instalen su motor de búsqueda de forma predeterminada en sus teléfonos inteligentes y servicios. Están previstas diez semanas de audiencias.
En concreto, el DOJ acusó a Google de pagar más de U$S10.000 millones por año para continuar siendo el buscador prestablecido en navegadores de escritorio y celulares.
"Este caso trata sobre el futuro de Internet y sobre si Google alguna vez enfrentará una competencia significativa en las búsquedas", dijo el abogado del Departamento de Justicia Kenneth Dintzer mientras el gobierno de Estados Unidos comenzaba a presentar su caso contra la firma.
El letrado argumentó que Google se convirtió en un monopolio cerca del 2010 y que hoy concentra alrededor del 89% del mercado de búsquedas. "La compañía paga miles de millones para que sean el motor de búsqueda por defecto porque son muy poderosos. En los últimos 12 años, Google abusó de su monopolio", agregó.
La demanda se centrará en los contratos que Google firmó con fabricantes de dispositivos, operadores de telefonía móvil (como T-Mobile o AT&T) y otras compañías, con los que, según el Gobierno, deja pocas posibilidades de competir a sus rivales, como Bing (Microsoft) y DuckDuckGo.
Por su parte el grupo californiano, fundado en 1998 por Sergey Brin y Larry Page, asegura que la popularidad de su motor de búsqueda se debe a la calidad de su servicio. Kent Walker, director jurídico de Alphabet, la empresa matriz de Google, afirmó en un comunicado:
"Este es un asunto retrógrado", agregó Walker, y aseguró que nos encontramos "en una era de innovación sin precedentes" con "avances en inteligencia artificial, nuevas aplicaciones y nuevos servicios que están creando más competencia y más opciones para el público que nunca".
La primera fase del juicio estará focalizada en analizar si Google realmente tiene una posición monopólica o no, y la segunda, en caso de confirmarse la acusación, buscará remedios a la situación.
Google se juega mucho en este proceso. Si el juez Amit Mehta falla a favor del gobierno norteamericano, el grupo podría verse obligado a dividir sus actividades o a cambiar su modo de funcionamiento.
En el caso de perder el juicio, Alphabet debería separar el servicio de búsqueda de otros como el sistema operativo Android o Google Maps, lo cual implicaría la mayor división forzosa de una empresa estadounidense desde la de la telefónica AT&T en 1984.
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