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DERRUMBE DEL CRUDO

Paniconomics: Rusia advierte a sauditas (y a Trump) que se preparó para la crisis

Para comprender lo que está sucediendo en los mercados, primero se debe restaurar la cronología de los eventos en la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo + Rusia) y cuestionar el pánico que nunca, bajo ninguna circunstancia, conduce a nada bueno.

MOSCÚ. Volvamos a la reunión de la OPEP+ el viernes 06/03 y restauremos las posiciones de las partes contratantes no de acuerdo con las declaraciones de los participantes de la reunión, quienes podrían ser sospechosos de querer culpar a otros de los problemas, sino de acuerdo con la información de los medios de comunicación occidentales que habitualmente discrepa con la idea de OPEP+, y mucho menos Rusia. Por ejemplo, la agencia británica Reuters.

Así describió el curso de las negociaciones:

"Los ministros de la OPEP dijeron el jueves 05/03 que apoyaron (una reducción adicional de) 1,5 millón de barriles por día de producción de petróleo hasta finales de 2020, además de prolongar la reducción existente de 2,1 millones de barriles por día. Eso significaría retirar del mercado un total de alrededor de 3,6 millones de barriles por día, o el 3,6% de los suministros mundiales. Moscú rechazó la oferta el viernes 06/03, diciendo que solo estaba dispuesta a extender los recortes existentes de la OPEP+ en 2,1 millones de barriles por día, algo que debería expirar a finales de marzo. 

En respuesta a Rusia, la OPEP se negó a extender los recortes existentes.

Es decir, Rusia no rompió nada y no socavó nada. En general, la situación concluyó en que los miembros de la OPEP decidieron aplicar a Moscú una conocida estratagema: "A pesar de que a mi abuela se le congelen las orejas... ". 

Es difícil determinar si espiaron esta estrategia en nuestros vecinos ucranianos, que han estado tratando sin éxito durante 6 años de aplicarla en Rusia, pero sería profundamente incorrecto tratar de evitar que ganen la experiencia vital que tanto necesitan.

La situación, basada en datos de Reuters, debe describirse una vez más en términos completamente comprensibles: Rusia sugirió dejar todo como estaba hasta ese momento y no sucumbir al pánico. 

En lugar de buscar un compromiso, representantes de los países de la OPEP (probablemente aquí el papel principal fue desempeñado por Arabia Saudita) decidieron que, en vez de un compromiso, era necesario seguir un principio y destruir incluso lo que Rusia propuso dejar en su lugar, y luego empeorarlo para que todos estuvieran lo peor posible. 

Es decir, cuando tuvieron que elegir entre 

> la opción "continuar reduciendo la producción al mismo nivel en el que todo ya estaba arreglado" (aunque no fuese ideal, desde el punto de vista de Riad), y 

>  la opción "cancelar todo, derribar el mercado, dañar a todos y causar daños, en primer lugar a la propia economía de la OPEP+" (es decir, "congelar los oídos a pesar del Kremlin");

nuestros socios de la OPEP, confiadamente, eligieron la opción de "congelar los oídos". 

En realidad, la magnitud de la caída en los precios del petróleo probablemente ocurre porque nadie esperaba tal escenario en el mercado, ni siquiera el peor escenario inherente a los precios antes de las conversaciones del viernes.

Nuestros socios occidentales, por cierto, no tienen ninguna duda sobre quién causó el colapso del petróleo. 

Ejemplos: 

> el canal de televisión estadounidense CNN tituló: "El petróleo está en su punto más bajo desde 1991: Arabia Saudita comienza la guerra de precios"

> el buque insignia de la prensa financiera europea, Financial Times, tituló: "Oil Crash: ¿por qué Arabia Saudita ha puesto en marcha una guerra mundial de los precios del petróleo?".

Arabia Saudita, con toda seriedad, trató no solo de colapsar el mercado, sino de hacerlo lo más dolorosamente posible para todo el mundo (no solo para los países productores): además de anunciar que en abril su petróleo se vendería a todos con un descuento de US$ 10 por barril en comparación con las cotizaciones de ese momento, en el campo informativo el Reino avanzó que estaba listo para aumentar la producción hasta 3 millones de barriles por día. 

En consecuencia, la caída de los precios del petróleo consta de 3 componentes:

> el efecto del coronavirus en las economías mundiales (los mercados en todo el planeta, incluidos USA y la Unión Europea, están cayendo y están en pánico evidente), lo que reduce la demanda de petróleo;

> terminación del "acuerdo de la OPEP+"; y

> Arabia Saudita está lista para vender petróleo con un descuento de US$ 10, es decir (al momento de escribir esta nota) alrededor de US$ 20 por barril, mientras que el resto de los productores venden alrededor de US$ 30, y no hay un aumento en las ventas. El descenso no puede ser compensado ni siquiera de cerca.

Tal vez en Riad existe la ilusión de que la economía rusa se desmoronará ante los precios más bajos del petróleo y esto obligará a Moscú a reconsiderar radicalmente su posición.

Sin embargo, esto es sólo una ilusión. 

Rusia a propósito, y durante muchos años, se estuvo preparando precisamente para el caso de que en algún momento las razones geopolíticas, diplomáticas o económicas (o una combinación de todas estas razones) podrían conducir a una fuerte caída en los precios del petróleo. 

Tal como destaca el Ministerio de Finanzas de Rusia, "en el caso de mantener precios bajos estables, la garantía del cumplimiento de todas las obligaciones del Estado y mantener la estabilidad macroeconómica y financiera es la disponibilidad de un volumen suficiente de activos líquidos en el Fondo de Bienestar Nacional (FNB). A partir del 01/03/2020, el volumen de activos líquidos del FNB y los fondos en la cuenta para contabilizar los ingresos adicionales por petróleo y gas ascendieron a más 10.1 billones de rublos (US$ 150.100 millones), o 9,2% del PIB, que es suficiente para cubrir el déficit de ingresos por la caída de los precios del petróleo a US$25 / US$30 por barril en el transcurso (precios de 2017) de 6 a 10 años (considerando los ingresos posibles en el marco del mecanismo amortiguador)".

Por cierto, sucumbir a la presión de los socios de la OPEP (incluso bajo la amenaza de una interrupción total del acuerdo) no era una buena idea, aunque solo fuese porque en los mercados hay pánico a causa del coronavirus, y los mercados en esa coyuntura se comportan de manera irracional. 

La caída de los precios quizá se pueda extender en el tiempo, aunque debe admitirse que los esfuerzos de Arabia Saudita para "congelar los oídos" hicieron que la caída fuera más profunda de lo que sería en todos los demás casos. Sin embargo, es necesario insistir, nuestros socios de la OPEP son las principales víctimas.
 
En este contexto, vale la pena recordar que Arabia Saudita tiene una tasa de cambio fija del riyal (N. de la R.: la moneda saudí) al dólar (mantener la paridad obligará al Reino a la quema de reservas de divisas) y un déficit presupuestario de US$ 50.000 millones por año equivalente al 6,5% del PIB. Esto fue a un precio del petróleo Brent de US$ 60 por barril y un precio de equilibrio presupuestario (estimado por Al Rajhi Capital a partir de octubre de 2019) a US$ 71 por barril. 

En estas condiciones, las reservas de divisas de Arabia Saudita (aproximadamente US$ 501.000 millones, datos a enero de 2020) durarán muy poco tiempo, especialmente teniendo en cuenta que en estas condiciones (estimación de Forbes de 2018) el presupuesto saudita depende en 87% de los ingresos del petróleo. 

En este contexto, Rusia parece un estándar de estabilidad financiera: un presupuesto sin déficit (aunque está claro que con una fuerte caída en los precios, habrá un cierto déficit, pero el punto de partida es mucho mejor que el saudita), una paridad cambiaria flotante y el porcentaje de ingresos de petróleo y gas en los ingresos presupuestarios (datos del Ministerio de Finanzas de Rusia para 2019 ) es del 40,8%.

Rusia tiene todas las posibilidades de esperar este período de turbulencia, que afectará principalmente a las economías de los países miembros de la OPEP y a las empresas estadounidenses de esquisto bituminoso (fracking). 

Y aún más: golpeará el llamado 'shock deflacionario' en las economías desarrolladas, incluidos USA y la Unión Europea. 

Esto puede parecer paradójico, pero los precios demasiado bajos del petróleo causan graves problemas incluso al "Occidente colectivo", y esto se confirma fácilmente por los antecedentes históricos y las últimas noticias. 

Por ejemplo, el canal de televisión estadounidense CNBC cita al ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Mer, quien en vivo por la radio francesa France Inter, dijo: "Quiero que Arabia Saudita como presidente (del grupo) de los países más ricos del G20 coordine el tema de los precios del petróleo, para que no sorprenda a los mercados". 

"A la larga, si los precios del petróleo caen demasiado, preocupará a los mercados y tendrá implicaciones para el financiamiento de nuestras empresas y economías", agregó.

Y el especialista en energía de Bloomberg, Javier Blass, recuerda un precedente histórico cuando quien luego sería presidente estadounidense, George Bush (padre), voló a Arabia Saudita en 1986 exigiendo el fin de sus desempeños digno de aficionados en el mercado petrolero, y razonablemente comenta que "USA representa el petróleo barato, siempre y cuando no sea tan barato que amenace a Texas". 

La situación actual es una amenaza directa para todo el sector de petróleo y gas de USA, responsable de aproximadamente el 7% del PIB y de una parte significativa del mercado laboral.

Hay razones para creer que todas las partes interesadas buscarán una salida más o menos aceptable de la situación y, tal vez, esta solución se encontrará tarde o temprano, e implicará algún tipo de compromiso. 

Quizás la próxima reunión del comité técnico de la OPEP+ (probablemente el 18/03, según los medios de comunicación occidentales) será una buena oportunidad para buscar e identificar oportunidades que mejoren la situación. 

Sin embargo, Rusia es bastante capaz de sobrevivir un período de turbulencia en los mercados financieros, incluso si resulta ser más largo de lo previsto.

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