EXCLUSIVO 24

LA INFLACIÓN

La pereza del FdT se parece a la abulia de JxC: El espejo es Macri, no De la Rúa

Las grandes mayorías partidarias argentinas mantienen un desprecio o un desinterés o una subestimación permanente acerca de la inflación. Hasta ahora, gozan del consentimiento o el sometimiento de la mayoría de la opinión pública, aún de aquellos que temen una 'venezolanización'.

En los 40 días iniciales de 2021, la Administración Fernández enfrenta

** la percepción general que o erró o mintió en la proyección de inflación de su Presupuesto 2021;
** el convencimiento popular de que la inflación del ejercicio 2021 será cercana a 50% o más;
** la evidencia de que la inflación no es una prioridad del Frente de Todos, tal como no lo fue del ex Cambiemos, hoy Juntos por el Cambio.

Cuando surge el debate sobre la inflación, la Administración Fernández recurre a

** culpar a otros por el deterioro del poder adquisitivo (por ejemplo, al incremento en el precio de la soja, una tontería porque los argentinos, en general, no consumen soja);
** exigir que los empleadores se hagan cargo del tema, aumentando los salarios por sobre los precios, una perversa apuesta por darle bríos a la espiral inflacionaria;
** prometer que será una tarea poselectoral.

Desde que la inflación ha regresado como una preocupación de los consumidores / electores / ciudadanos / contribuyentes / usuarios, la Administración Fernández no ejecutó ninguna acción para acotar la inquietud de quienes sufren una licuación de su poder adquisitivo. Solamente ambiciona tener más dólares para 'planchar' el tipo de cambio, o sea recurre al viejo ancla que todos ya saben cómo termina.

La única reacción que la tragedia le provoca a la Administración Fernández es asegurarse que no falten los 'bolsones' de alimentos en el 3er. cordón del Gran Buenos Aires y en los barrios de menores ingresos en los centros urbanos en general.

El objetivo es, en teoría, acotar el malestar y asegurarse el sufragio de lo que consideran 'propia tropa' o 'voto cautivo' para los comicios 2021.

La estrategia electoral es lo que consume las horas del Frente de Todos, que tiene como eje instalar la postpandemia que equivale a dar por terminada la pandemia y afirmar que fue un éxito de la Administración Fernández, que requeriría un reconocimiento en las urnas.

En tanto, ejecutar toda la obra pública posible, con criterio electoral.

De los enormes problemas pre pandemia, que se haga cargo Juntos por el Cambio.

De los problemas de la post pandemia, que se haga cargo el futuro, al que nadie conoce.

Así, con una conducta muy polémica, el Frente de Todos despeja la agenda, y festeja por anticipado su triunfo.

El problema inocultable

Los sectores socioculturales medios quedan afuera de la propuesta del Frente de Todos, cuya única propuesta de ascenso social pasa por integrarse al narcomenudeo, conseguir que Christian Bragarnik lo incorpore a algún equipo de fútbol profesional o hacer carrera en La Cámpora.

Es un desafío a los sectores socioculturales medios en base a que son menos electores que los sectores socioculturales bajos.

El resto, a trabajar en Pedidos Ya o en Rappi o en la obra pública. La propuesta social es muy precaria y descendente. El siglo 21 luce depresivo.

A favor de la Administración Fernández ocurre que los grandes temas nacionales lucen lejanos de la agenda de los grandes medios de comunicación, por temor a perder la pauta publicitaria del Estado: la desinversión directa, el crecimiento de la capacidad instalada ociosa, el deterioro de la tecnología 'de punta' y el temor empresarial a la inseguridad jurídica.

Sin embargo, la inflación sí es comprendida por todos, inclusive los del Frente. Es la pérdida de valor de la moneda propia. Es el incumplimiento de deberes del Banco Central. Es el malestar social que puede llevar al conflicto.

El Frente de Todos afirma que los peronistas tienen experiencia en impedir esos desmadres, y que jamás les sucedería

** lo que le pasó a Fernando De la Rúa -su expulsión del poder por traición de la propia UCR; en aquel entonces, Leopoldo Moreau estaba en la UCR, de la que hasta fue candidato presidencial-

** ni a Mauricio Macri -pérdida del poder sin reelección por abandono de muchos electores propios-.

Pero, más allá de tanta reivindicación de la propia historia -muy cuestionable todo esa autojustificación-, los días transcurren sin que se aborde el problema porque requiere decisiones que resultarían incómodas en el año electoral, se defienden en la Casa Rosada.

Siempre hay una excusa, tal como le ocurrió a Macri, la figura más impopular hoy día en la política argentina. Macri es el espejo donde debería mirarse el Frente de Todos, no De la Rúa.

Venezuela

¿A qué se refieren los que especulan con la 'venezolanización' de la Argentina?

Lo que es grave en Venezuela no es Nicolás Maduro ni el Partido Socialista Unido de Venezuela. El drama está en la hiperinflación, que destruye a la sociedad venezolana y a los individuos que no ganan en dólares estadounidenses, en especial desde que Maduro instaló la doble circulación de monedas, una 'dolarización ad-hoc'.

Suponer que el problema de la sociedad venezolana se limita a Maduro es imitar a los perdedores venezolanos como Juan Guaidó u otros, condenados a relatar el poder de otros.

Sin embargo, esta simplificación en el análisis de muchos argentinos no debería sorprender porque está construida con un pensamiento primario similar al vigente en la Argentina acerca del proceso inflacionario.

Resulta sorprendente que, luego de haber atravesado 2 olas hiperinflacionarias en 1989, la sociedad argentina apele a la desmemoria para superar aquellas horas terribles, mala resolución que la lleva a entretenerse en 2021 con una ruleta rusa de similares consecuencias en materia de pauperización, empobrecimiento y freno a cualquier ambición de ascenso sociocultural.

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