EXCLUSIVO 24

CURIOSIDADES

La Gaceta y el riesgo del 'efecto Clarín'

Los medios de comunicación tradicionales de provincias viven su propia grieta: entre el oficialismo extremo y el choque extremo. A veces es difícil ubicarse en el medio, que es donde estarían us propios intereses, ya sea en términos de prestigio o de credibilidad o de poder para negociar acuerdos comerciales con el gran anunciante que, a veces, cree que puede presionar. El caso de La Gaceta, de San Miguel de Tucumán es muy interesante.

Observándolo a la distancia, es muy interesante lo que sucede en San Miguel de Tucumán: la pulseada entre el matutino tradicional La Gaceta; y el gobernador Juan Luis Manzur.

Historias de inmigrantes: La Gaceta fue fundado por un uruguayo en 1912, año en el que los ancestros de Manzur aún vivían en El Líbano.

Si bien La Gaceta fue creada por Alberto García Hamilton III, hoy día la figura pública del matutino es Federico Diego van Mameren, quienes deciden sobre las cuestiones de fondo en la empresa editorial son, por diferentes motivos, Daniel Dessein, presidente del directorio; y José Pochat, gerente general.

Por estas horas, la vacunación en el Ministerio de Salud provincial es objeto de fuertes discrepancias, similar a las que en Nación provocó la apresurada salida de Ginés González García, una situación de la que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, se ha arrepentido en privado; y hasta se ha enojado consigo mismo, según diferentes contertulios.

Manzur, quien fue ministro de Salud de la Nación, eligió para la gestión provincial a Rossana Elena Chahla, mientras ha logrado, horas atrás, luego de meses de encontrar resistencias, comenzar a ubicar gente suya en Nación. En medio, le estalló el 'fuego amigo'.

Algo más sobre el relevo de Ginés: se le reprocha a Alberto Fernández, desde el propio Frente de Todos, la forma en que lo hizo: en medio de la turbulencia, dicen que terminó afectando también al reemplazo, Carla Vizzotti.  

En el caso de Tucumán, aparentemente, la investigación la realizó el muy buen periodista José Inesta, quien trabajó en La Gaceta -se insiste que Pochat conoce por qué eligió mudarse al multimedios de Grupo Clarín, desempeñándose como corresponsal de Artear-.

La investigación de Inesta, sin embargo, 'explotó' en La Gaceta antes que en el canal de noticias TN, y de pronto devino en eje de una fuerte puja por el poder hacia 2023 entre el gobernador Manzur y su vicegobernador Osvaldo Jaldo, quien con el escándalo mediático a su favor decidió dinamitar el intento de Manzur por reelegir al Defensor del Pueblo.

No faltan quienes especulan que el proceso fue inverso: que porque se ambicionaba cambiar el Defensor del Pueblo de Manzur se le concedió más volumen al hallazgo periodístico. No hay elementos suficientes para opinar al respecto.

El argumento de Jaldo consiste en que el Defensor del Pueblo vigente no ha logrado mantener ni la objetividad ni el celo propio de su función para garantizar un acceso justo, igualitario y apropiado a la vacunación contra la COVID-19. Y él intenta atraer de su lado a legisladores de otras fuerzas partidarias.

Es una cuestión que se dilucidará el lunes 08/03 cuando se vote en la Legislatura provincial.

Mientras tanto, ¿qué sucede con La Gaceta?

Durante años, en Ciudad de Buenos Aires se afirmó que el poder del diario Clarín consistía en que podía provocar cambios desde su portada ya que "nadie resiste 5 tapas al hil o".

En verdad, esto nunca dependió de Clarín sino de las alianzas que consiguiera para mantener la tensión mediática hasta convertirla en un hecho político, y en la decisión del vapuleado adversario. Por ejemplo, Carlos Menem se apresuró a entregar a Antonio Erman González, en los '90, a quien reemplazó Domingo Cavallo, que era candidato de Clarín a ministro de Economía; pero resistió a pie firme en 1995 los embates devaluatorios y ganó su reelección en 1ra. vuelta a José Octavio Bordón y Carlos Alberto Álvarez, que era el binomio apoyado por Clarín.

Fue la primera vez que trastabilló aquella idea que nadie resistía una sucesión de portadas.

En tiempos más recientes, los Kirchner -en especial Cristina Fernández- hicieron un culto de desatender las portadas de Clarín, o bien hacer lo contrario.

Inevitable que en el gabinete de Manzur, en San Miguel, algún colaborador recuerde aquellas anécdotas para preguntarse si el gobernador cederá a la ofensiva o disfrutará de la merma de poder del multimedios si no consigue alguna concreción de sus denuncias.

Esto quiere decir si provoca o no alguna modificación del gabinete de colaboradores, en el inicio de la carrera electoral 2021.

Por algún motivo que es difícil advertir desde Ciudad de Buenos Aires, Manzur afirma que se han metido con su 'familia', que conoce la autocrítica que se hace Alberto Fernández por lo que ocurrió con Ginés -situación que ya no puede reparar-, y que advierte la cuestión de fondo sobre autoridad política en el oficialismo que está en disputa.

Sin embargo, todo eso es lo político; en cuanto al medio de comunicación, ¿dónde se ubica el denunciante? Es evidente que hay dos posibilidades: o cambiar la agenda o insistir en ella. Esta decisión define el triunfo o la derrota.

Cambiar la agenda permite, sin embargo, obtener de la opinión pública un reconocimiento por la valentía investigadora que se cobra en credibilidad. Es un valor intangible pero definitivo la credibilidad.

La alternativa es persistir buscando consecuencias políticas, lo que es más riesgoso, en especial cuando hay que reciclar información antigua porque ya escasean las noticias sobre ese hecho puntual. Y hay que ver si corre algún riesgo la credibilidad ganada.

La situación es muy interesante para el análisis del desempeño de los medios de comunicación. Habrá que seguirlo con atención.

Dejá tu comentario