El Observador de Tucumán vive de prestado. Es decir que 'levanta' notas de terceros, por ejemplo Urgente24, y pretende atribuírsela a los efectos publicitarios. Como la gente de Google y de Facebook no está siendo lo severa que tendría que ser con esos medios ladrones, el negocio es reproducir contenidos textuales e ir a facturar al Google AdSense o Google AdExchange o Taboola o lo que fuese. Es un juego pequeño, sin neuronas, carece de creatividad, revela espíritus mediocres pero verificables, reales y rentables. Sí, El Observador de Tucumán la tiene pequeña... en cuanto a sus objetivos pero ya se lo dijo Ernest Hemingway a Scott Fitzgerald: es una cuestión de perspectiva. A quien le interesa el periodismo, tal como a Urgente24, le resulta bien diferente a quien vive de cafishio.
CURIOSIDAD
El Observador de Tucumán... la tiene pequeña
El Observador de Tucumán es una web que copia todos los contenidos de Urgente24. Le proponemos que también suba la siguiente nota... pequeña: 313 palabras.
Durante semanas se decidió no darle importancia al robo que comete El Observador berreta, pero de pronto apareció la pregunta: ¿Y por qué vamos a tolerar esto? ¿Cuál es el beneficio que nos provoca como medio? ¿Por qué aceptar esa situación ilegal y ridícula? Por lo tanto, no deja otra opción que el inicio de todas las medidas posibles. Por ahora este apercibimiento digital, lo siguiente será el camino judicial.
Ahora ¿por qué hay gente que arremete con estas prácticas? Buena pregunta. ¿No hay un protocolo al respecto en los indexadores? Porque no debería resultar sólo una denuncia de Urgente24 sino una acción preventiva de los indexadores ya que no debe ocurrir solamente con esta web sino con otros. Entonces, por un lado se está premiando el contenido único, según Google, pero luego se admiten estas situaciones escandalosas, ¿cuál es el criterio?
El gran propósito de esta nota es conocer si el medio ladrón también la reproducirá como las restantes.
Luego, obviamente, incitarlos a ser periodistas, ya que parece atraerles la actividad, e intentar producir algo propio digno de mérito. Nunca perdemos la esperanza de la redención.