Un ingrediente común podría acelerar el cáncer: "Casi todo lo contiene"

¿Qué aumenta el riesgo de cáncer?

Las pruebas de que lo que se incluye en la dieta puede tener un impacto en el desarrollo del cáncer son cada vez más contundentes.

Este nuevo estudio de la Universidad de Washington en St. Louis (WashU) pone en la mira a la fructosa, un edulcorante que se añade a los alimentos ultraprocesados, normalmente en forma de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa.

Los científicos encontraron que la "fructosa dietética promueve el crecimiento de tumores en modelos animales de melanoma, cáncer de mama y cáncer de cuello uterino", indica un comunicado de la WashU.

Esto realmente es un problema, ya que el consumo de fructosa ha aumento considerablemente en la dieta de la población mundial.

“Si revisa su despensa y busca los productos que contienen jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, que es la forma más común de fructosa, es bastante sorprendente”, dijo Gary Patti, autor del estudio y profesor de genética y medicina en la Universidad de Washington en St. Louis.

“Casi todo lo contiene”, indicó. “No se trata solo de dulces y pasteles, sino también de alimentos como la salsa para pasta, el aderezo para ensaladas y el kétchup. A menos que intentes evitarlo activamente, probablemente sea parte de tu dieta”.

Fructosa y cáncer

Los investigadores querían saber más sobre cómo la fructosa afecta el crecimiento de los tumores.

“Nuestra expectativa inicial era que las células tumorales metabolizaran la fructosa igual que la glucosa, utilizando directamente sus átomos para construir nuevos componentes celulares como el ADN. Nos sorprendió que la fructosa apenas se metabolizara en los tipos de tumores que analizamos”, dijo el primer autor del estudio, Ronald Fowle-Grider, un investigador postdoctoral en el laboratorio de Patti.

Para el estudio, los investigadores alimentaron a animales portadores de tumores con una dieta rica en fructosa.

“Nos sorprendió ver que tuvo un impacto bastante drástico. En algunos casos, la tasa de crecimiento de los tumores se duplicó o incluso más”, dijo Patti. “Comer mucha fructosa fue claramente muy malo para la progresión de estos tumores”.

Los investigadores encontraron que el hígado convierte la fructosa en lípidos circulantes en sangre que muchos tipos de cánceres necesitan para crecer.

“Rápidamente aprendimos que las células tumorales por sí solas no cuentan toda la historia. Igualmente importante es el hígado, que transforma la fructosa en nutrientes que los tumores pueden utilizar”, añadió Fowle-Grider.

Entre la variedad de especies de lípidos identificados se incluye la lisofosfatidilcolinas (LPC).

“En los últimos años, ha quedado claro que muchas células cancerosas prefieren absorber lípidos en lugar de fabricarlos”, señaló Patti. “La complicación es que la mayoría de los lípidos son insolubles en la sangre y requieren mecanismos de transporte bastante complejos. Las células LPC son únicas. Podrían proporcionar la forma más eficaz y eficiente de apoyar el crecimiento del tumor”.

Los resultados también sugieren que, reducir el consumo de productos que contienen jarabe de maíz con alto contenido de fructosa podría ser una forma de combatir el cáncer.

"Una de las enseñanzas que podemos sacar de este estudio es que, si tenemos la mala suerte de tener cáncer, probablemente debamos plantearnos evitar la fructosa. Lamentablemente, es más fácil decirlo que hacerlo”, afirmó Patti.

El estudio fue publicado en la revista Nature.

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