La depresión es un trastorno mental común, que implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo, así la define la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este problema de salud mental puede afectar a cualquiera, pero también es posible prevenirlo. Entonces, ¿Qué hacer para prevenir la depresión? Un nuevo estudio acaba de identificar siete hábitos que, según los investigadores, ayudan a reducir el riesgo de padecer depresión.
DEBES SABERLO
Estos son los siete mejores hábitos para alejar la depresión
Nuevo estudio ha identificado los siete mejores hábitos que ayudan a prevenir la depresión. Conoce cuáles son.
¿Qué hacer para prevenir la depresión?
Prevenir la depresión es posible y todo se relaciona con seguir un estilo de vida saludable. Esa es la clave, de acuerdo con un estudio recién publicado en la revista Nature Mental Health.
En dicho trabajo, los investigadores identificaron siete hábitos saludables que podrían ayudar a reducir el riesgo de depresión, un trastorno que afecta al 5% de los adultos en el mundo, según la OMS.
Pero, ¿Cuáles son los hábitos para prevenir la depresión? Los investigadores enumeraron los siguientes siete factores de estilo de vida:
- Seguir una dieta saludable
- Hacer actividad física regularmente
- No fumar nunca
- Limitar el consumo de alcohol a cantidades moderadas
- Tener conexión social de manera frecuente
- Asegurarse de dormir lo suficiente
- Mantener el comportamiento sedentario al mínimo
¿Cómo evitar la depresión?
Para llegar a esa conclusión, los autores del estudio examinaron datos de casi 290.000 personas del Biobanco del Reino Unido por aproximadamente nueve años. De esa totalidad de participantes, unos 13.000 tuvieron depresión.
Los investigadores agruparon a los participantes en tres categorías conforme a la cantidad de hábitos saludables que seguía cada uno.
De esa manera, encontraron que las personas del grupo intermedio tenían un 41% menos de riesgo de desarrollar depresión a diferencia de las del grupo desfavorable. Mientras, el grupo favorable tenía un 57% menos de probabilidades de tener depresión.
Respecto a cada factor de vida saludable, Infosalus detalla que dormir bien redujo en un 22% el riesgo de depresión, la conexión social (18%), el consumo moderado de alcohol (11%), una dieta sana (6%), la actividad física (14%), no fumar (20%) y un comportamiento sedentario de bajo a moderado en un (13%).
"Aunque nuestro ADN puede aumentar nuestro riesgo de depresión, hemos demostrado que un estilo de vida saludable es potencialmente más importante", dijo Barbara Sahakian, coautora del estudio y profesora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge en Inglaterra.
“Algunos de estos factores del estilo de vida son cosas sobre las que tenemos cierto control, por lo que tratar de encontrar formas de mejorarlos (asegurándonos de dormir bien por la noche y salir a ver a los amigos, por ejemplo) podría marcar una diferencia real en la vida de las personas", agregó.
¿Cómo saber si estás en una depresión?
Por otro lado, debido a que muchas personas experimentan depresión sin siquiera saberlo, es importante reconocer los síntomas para buscar ayuda en caso de que sea necesario.
En ese sentido, veamos lo que indican los expertos del Instituto Nacional de Salud Mental, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Ellos dicen que, si ha estado experimentando algunos de los siguientes síntomas, bien sea la mayor parte del día, casi todos los días, o durante al menos 2 semanas, es posible que esté sufriendo de depresión:
- Estado de ánimo persistente triste, ansioso o "vacío"
- Sentimientos de desesperanza o pesimismo
- Sentimientos de irritabilidad, frustración o inquietud
- Sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia
- Pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades
- Disminución de energía, fatiga o sensación de lentitud
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
- Dificultad para dormir, despertarse temprano en la mañana o quedarse dormido
- Cambios en el apetito o cambios de peso no planificados
- Dolores o molestias físicas, dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos que no tienen una causa física clara y no desaparecen con tratamiento
- Pensamientos de muerte o suicidio o intentos de suicidio
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