MEMORIA

A 81 AÑOS

El desencadenante de la guerra más sangrienta: nuevo aniversario de la invasión alemana de Polonia

El 1 de septiembre de 1939 acontecía lo que significó el puntapié inicial de la contienda bélica más sangrienta de la historia: la Alemania nazi irrumpía en suelo polaco con el fin de anexarse el territorio, objetivo que lograría tras poco más de un mes de batalla. La invasión provocó la declaración de guerra de Francia y Gran Bretaña a Adolf Hitler, dando así comienzo oficial a la Segunda Guerra Mundial.

El 1 de septiembre de 1939 se constituyó como uno de los días más oscuros en la historia de la humanidad. La Alemania nazi de Adolf Hitler comenzaba su invasión a Polonia, hecho que terminaría desembocando en la contienda bélica más sangrienta que jamás haya existido: la Segunda Guerra Mundial.

La superioridad militar alemana fue abrumadora, lo que provocó una pronta rendición de las fuerzas polacas, el 6 de octubre de ese mismo año. Claro que en el medio, y lo que acentuó su precipitada caída, sufrió la invasión de la Unión Soviética (aliada a Alemania en ese momento). Mientras alemanes atacaban por el oeste, soviéticos hacían lo propio por el este.

Tras la cristalización de la invasión, la Alemania nazi y la Unión Soviética se dividieron el país, de conformidad con una cláusula secreta del Pacto Alemán-Soviético de no agresión, y tanto Francia como Gran Bretaña, obligados por los acuerdos de defensa y ayuda mutua firmados en Varsovia, declararon la guerra al Tercer Reich.

Lo que sigue después es historia: una expansión territorial de Alemania por casi toda Europa en los años subsiguientes, al tiempo que aplicaba una política de exterminio contra los judíos en crueles campos de concentración; el giro de la Unión Soviética, que aplastó en 1943 en la gran Batalla de Stalingrado a fuerzas nazis tras un intento fallido de invasión; el ingreso dos años antes en la guerra por parte de los Estados Unidos, tras los ataques japoneses en Pearl Harbor, lo que significó un gran refuerzo para el bloque de aliados que poco a poco comenzó a acorralar, en los distintos frentes, a las fuerzas del Eje que finalmente se terminarían rindiendo en 1945, poniendo así final a la guerra.

Lo que sí se va a resaltar en esta nota, a vistas de un nuevo aniversario del inicio de la contienda bélica, será el proceso que significó la invasión alemana de Polonia.

Antecendentes: pacto de no agresión con Polonia

En 1933, Adolf Hitler llegó al poder en Alemania y más pronto que tarde empezó a violar el Tratado de Versalles de 1919. Alemania reactivo su "industria militar", reorganizó sus Fuerzas Armadas y se anexó a Austria. Antes de comenzar con ese proceso, en 1934, llevaría adelante una las iniciativas de política exterior más importantes: firmar con Polonia un pacto de no agresión. 

Esta medida que no fue acompañada por muchos adeptos al régimen del Führer, que resentían el hecho de que, debido al Tratado de Versalles, Polonia había recibido las antiguas provincias alemanas de Prusia Occidental, Poznan y la Alta Silesia, significó la neutralización de una eventual  alianza militar entre Francia y Polonia contra Alemania, antes de que ésta tuviera oportunidad de armarse de nuevo.

Europa en paz y la reconstrucción del monstruo alemán

Una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, Alemania es forzada a renunciar a cualquier tipo de pretensión sobre territorios polacos, si bien los artículos 87 a 104 del Tratado de Versalles establecen excepciones sobre los territorios de Dánzig (que queda como Ciudad libre de Dánzig amparada por la Sociedad de Naciones), el Territorio de Memel y Prusia Oriental (pendiente de un plebiscito sobre su adhesión a Alemania o a Polonia).

Para el inicio de la década del 30' imperaba en Europa una política exterior de pacificación, sobre todo en países como Francia y Gran Bretaña, con el objetivo de mantener la paz en el continente y en ese sentido se comenzó con el otorgamiento de concesiones limitadas a las nuevas exigencias alemanas. Estos dos países prácticamente dieron su consentimiento para el rearmamento de Alemania (1935-1937), la remilitarización de Renania (1936) y la anexión de Austria (marzo de 1938).

En septiembre de 1938, después de que durante la conferencia de Múnich los líderes británicos y franceses le entregaron a Alemania las regiones fronterizas checas conocidas como los Sudetes, presionaron a Checoslovaquia, aliada de Francia, para que cediera a la exigencia alemana de incorporar esas regiones

A pesar de las garantías inglesas y francesas respecto a la integridad de Checoslovaquia, los alemanes desmembraron el estado checoslovaco en marzo de 1939, en violación del acuerdo de Múnich. Gran Bretaña y Francia respondieron garantizando la integridad del estado polaco.

El 23 de abril Hitler manifiesta su deseo de «atacar Polonia en cuanto sea posible», ordenando al jefe de la Oficina de Personal del Ejército Bodewin Keitel que remita los planes Fall Weiss al Estado Mayor no más tarde del 1 de mayo. Dicha reunión en la Cancillería del Reich está reflejada en las Actas Schmundt. En la misma reunión, Hitler ordena que los planes de invasión sean secretos incluso para sus aliados italianos y japoneses. El 15 de junio, el Estado Mayor alemán tiene listo el plan de invasión. Se programan para el mes siguiente unas maniobras de verano para concentrar tropas en la frontera polaca sin levantar sospechas, mientras que algunas unidades se envían a Prusia Oriental con la excusa de preparar el 25.º aniversario de la batalla de Tanneberg.

El 23 de agosto se firmó el pacto de no agresión  germano-soviético. Este acuerdo fue recibido con hostilidad por parte de Francia y Reino Unido. Este último firmó a su vez el  Pacto de Ayuda Mutua con Polonia el 25 de agosto para el caso en el que cualquiera de los dos países sufriera una agresión. 

El 31 de agosto Hitler firmó la Directiva Guerra I en la que se detallan las órdenes de ataque contra Polonia, así como la fecha y hora previstas del ataque. Las órdenes se entregan en mano a sus destinatarios, que las reciben con doce horas de antelación al ataque.

Invasión a Polonia 

El 1º de septiembre de 1939, Alemania comenzó su incursión en territorio polaco. El país justificó la agresión señalando falsamente que, Polonia, con apoyo de otras naciones, había estado planificando rodear y desmembrar Alemania, y que los polacos estaban persiguiendo a los alemanes étnicos. 

La batalla fue totalmente desigual. Los alemanes no solo superaban en gran número a los polacos, sino que también contaban con mayor arsenal armamentístico. 

Las unidades alemanas, con más de 2,000 tanques,  2,000 aviones  y 9.000 cañones se burlaron de  las defensas polacas a lo largo de la frontera, provenientes de Prusia Oriental y Alemania por el norte y de Silesia y Eslovaquia por el sur, para avanzar hasta la capital,Varsovia, ciudad que se rendiría tras un intenso asedio alemán el 27 de septiembre de 1939. Gran Bretaña y Francia, fieles al acuerdo de defensa y ayuda mutua firmados en Varsovia, le declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. La Unión Soviética invadió el este de Polonia el 17 de septiembre de 1939. La resistencia llegó a su fin el 6 de octubre. La línea de demarcación que separaba a la Polonia ocupada por los rusos de la ocupada por los alemanes fue el río Bug.

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