Indulto a Ross Ulbricht: Trump, el juego cripto y el pacto libertario

El indulto a Ross Ulbricht, creador de Silk Road, el primer mercado moderno de la darkweb con un sistema de pagos basado en Bitcoin, no es un mero acto de clemencia, sino una jugada de Donald Trump para reforzar el vínculo con el mundo de las criptomonedas y los magnates tecnológicos envueltos en un fervor libertario.

En 2013 fue arrestado por el FBI acusándolo de ser “Dread Pirate Roberts”, el seudónimo bajo el cual operaba el sitio. Fue acusado de conspiración para cometer lavado de dinero, conspiración para la distribución de narcóticos y participación en una empresa criminal. En 2015 fue condenado a dos cadenas perpetuas, más 40 años adicionales sin posibilidad de libertad condicional.

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En mayo de 2024, Donald Trump, hablando en la convención del Partido Libertario de Estados Unidos, prometió conmutar la sentencia de Ulbricht el primer día de su presidencia. El 21 de enero de 2025 lo cumplió y se identificó con él:“La escoria que trabajó para condenarle eran algunos de los mismos lunáticos que participaron en la instrumentalización moderna del Gobierno contra mí. Le dieron dos cadenas perpetuas, más 40 años. ¡Ridículo!”.

Mundo cripto

Indultar a Ulbricht fue una oportunidad fácil para que Trump se ganara el favor de la industria de las criptomonedas y de los votantes libertarios. Ulbricht es considerado como un mártir de la era digital. Han pasado 4.130 días desde su detención en octubre de 2013.

El republicano lanzó la semana pasada sus memecoin oficial de Donald Trump que se disparó a casi 12.000 millones de dólares en valor de mercado, atrayendo miles de millones de dólares en volumen de transacciones. También conocida como $TRUMP, subió a $58,56 lo que le da una capitalización de mercado de aproximadamente $11,7 mil millones, según CoinMarketCap que la clasificó como la 18.ª criptomoneda más grande, según supo Reuters. Su volumen de transacciones en 24 horas alcanzó los 52.500 millones de dólares.

Además, horas después de su toma de posesión Bitcoin, la criptomoneda más popular del mercado, alcanzó un máximo histórico de 109.241 dólares.

Ulbricht siempre defendió que su web ilegal nació como reflejo de su pasión por la libertad individual y los derechos de privacidad. Creía que “la gente debía tener derecho a comprar y vender lo que quisiera, siempre y cuando no lastimara a nadie más”. Convencido que las personas debían tener “la libertad de tomar sus propias decisiones, de perseguir su propia felicidad, como mejor les pareciera individualmente”, ofreció a sus usuarios la oportunidad de pagar de forma anónima con bitcoin. Los usuarios defendían esta expresión de libre mercado sin intervención gubernamental.

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Donald Trump se ganara el favor de la industria de las criptomonedas.

Pero su red se convirtió en un masivo mercado negro online, refugio de narcos y delincuentes. Este mercado utilizaba la red Tor para garantizar el anonimato y el Bitcoin para las transacción. Allí se realizaban transacciones de drogas, armas, y otros bienes ilegales aprovechando el anonimato proporcionado por la dark web y las criptomonedas, tal como contó Urgente24.

Si bien al principio el caso dañó la reputación de Bitcoin y otras criptomonedas, también demostró potencial para transacciones anónimas y globales. Eso permitió su progresiva adopción en mercados legales y financieros. Los defensores de las criptomonedas, incluidos algunos de los desarrolladores originales de Bitcoin, han defendido durante mucho tiempo una campaña para liberar a Ulbricht.

Este movimiento de Trump es otra prueba de que se está rodeando de las figuras mas influyentes de la tecnología y finanzas, buscando una suerte de pacto, abriendo una nueva era de poder tal vez dominada por las criptomonedas y la tecnología.

Uno de los últimos en pedir su liberación fue Elon Musk, el hombre más rico del mundo y aliado cercano de Trump a quién le encargó la tarea de desburocratizar USA.

Ulbritch publicó en X de Musk tras el triunfo de Trump: “Inmensa gratitud a todos los que votaron por el presidente Trump en mi nombre. Confío en que cumplirá su promesa y me dará una segunda oportunidad. Después de más de 11 años en la oscuridad, finalmente puedo ver la luz de la libertad al final del túnel. Muchas gracias, Donald Trump”.

Gobierno criptoeconómico-libertario

El equilibrio entre regulación y libertad en el área virtual de las criptomonedas supone un desafío. Silk Road puede considerarse como el resultado de un idealismo libertario. La liberación de Ulbirtch acaso es otro indicio del nacionalismo criptoeconómico-libertario de Trump 2.0 con un proteccionismo (aranceles) y una desregulación masiva de los sectores de las finanzas digitales y la inteligencia artificial.

Durante su campaña electoral, Trump prometido ser un "presidente criptográfico" y agregar al bitcoin a la Reserva Federal. Manifestó su intención de convertir a Estados Unidos en el “líder mundial en criptomonedas”. Entre sus propuestas, destacó la creación de una reserva estratégica de Bitcoin y una desregulación que facilite el crecimiento de la industria, reduzca los obstáculos regulatorios de las criptomonedas y promueva la adopción generalizada de activos digitales.

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Donald Trump, el criptolibertario.

Según recuerda el portal Nueva Sociedad, anuncios recientes de Trump señalan una fuerte apuesta en favor de las criptomonedas y una menor regulación en su segundo gobierno. Bitocin es una pieza fundamental en el futuro de la nueva economía digital mundial.

Nombró a Howard Lutnick para dirigir el Departamento de Comercio y a Paul Atkins como presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, y creó un púlpito para que David Sacks defienda la actividad desde el puesto vagamente definido de «zar de la inteligencia artificial y las criptomonedas». "Todos ellos son evangelizadores de las criptomonedas que han abogado por marcos regulatorios laxos y por tratar el bitcoin como «cualquier otra mercancía» que debería comercializarse libremente y no pasar por una supervisión regulatoria más estricta que la de valores como los bonos y las acciones".

No está nada claro qué papel desempeñará Ulbricht, que nunca reconoció plenamente el daño infligido por las ventas de drogas, en este incipiente mundo libre.