Este viernes 17 de junio se conmemora el paso a la inmortalidad del General Martín Miguel de Güemes, un actor clave en la guerra por la Independencia de Argentina, que falleció en 1821. Y hay un dato curioso de su vida privada que sin dudas impactó en su vida política y militar: un amor" escandaloso".
CURIOSIDADES
El amor prohibido de Güemes que escandalizó a Belgrano
Al conmemorarse el paso a la inmortalidad del General Martín Miguel de Güemes, rememoramos un dato de su vida privada que impactó en su vida política y militar: un amor "escandaloso".
Como es sabido, Martín Miguel de Güemes fue un militar y político argentino defensor de la frontera norte contra la invasión realista, lo que permitió al general José de San Martín encarar sus campañas de Chile y Perú. Fue el primer gobernador de Salta (1815-1821).
Pero hay un dato de su vida privada que quizás no es tan conocido: su amorío con Juana Inguanzo, quien estaba casada con el teniente Sebastián Mella. Este romance escandalizó a Manuel Belgrano, al punto que ordenó la salida de Güemes del Ejército del Norte, y por ese motivo no participó de la Batalla de Salta del 20 de Febrero de 1813.
Según los relatos históricos, en el mes de junio de 1812 Belgrano tomó conocimiento de que el joven Güemes -aún soltero a sus 27 años- mantenía una vida amorosa desordenada y con mujeres casadas.
Como en cuestiones de moral pública Manuel Belgrano era inflexible, procedió a separar a Güemes del Ejército del Norte y confinarlo primero a Santiago del Estero. De nada valieron los excelentes informes por sus servicios prestados, como la toma de la fragata “Justine” a los ingleses en 1806 y el triunfo en la Batalla de Suipacha de 1810.
Pero luego Belgrano se enteró que Juana Inguanzo había ido hacia esa ciudad, entonces decidió enviar al salteño a Buenos Aires, donde revistó en el Estado Mayor.
Por esta razón Martín Güemes no estuvo presente en la Batalla de Salta del 20 de Febrero de 1813.
De hecho, Güemes arribó a Buenos Aires el 20 de enero de ese 1813, pidiendo se le haga conocer el motivo de su confinamiento, respondiendo el Estado Mayor que “no hay antecedente alguno”. Entonces el gobierno se dirigió a Belgrano para que haga conocer las causas.
La respuesta de Belgrano al gobierno central marca el pensamiento de aquella época. Dice el oficio escrito por Belgrano:
"Habiéndome informado el alcalde de la ciudad de Santiago don Germán Lugones de la escandalosa conducta del teniente coronel graduado, don Martín Güemes, con doña Juana Inguanzo, esposa de don Sebastián Mella, teniente de dragones en el ejército de mi mando, por vivir ambos en aquella ciudad aposentados en una sola mansión, y habiendo adquirido noticias que este oficial ha escandalizado públicamente mucho antes de ahora con esta mujer en la ciudad de Jujuy… Con estos antecedentes indubitables, considerando que cualquier procedimiento judicial sobre la materia sería demasiado escandaloso y acaso ineficaz, he tomado la resolución de mandarle a Güemes … Espero que vuestra excelencia se dignara aprobar estas medidas en que sólo he tenido por objeto la conservación del orden, el respeto a la religión".
Y agrega:
Los relatos cuentan que Juana Inguanzo era una mujer hermosa de facciones criolla-andaluz, pelo lacio y negro con ojos color verde, sumado esto a una gracia especial para hablar y moverse. Güemes quedó 'flechado' con ella y Juana aún más con Güemes, y lo seguía a todas partes. Opuesto al marido engañado, Martin Miguel tenía una figura varonil; bien plantado, cautivaba con su elocuencia y valentía.
La pluma de Juana Manuela Gorriti retrató al líder salteño de la Independencia como "un guerrero alto, esbelto y de admirable apostura. Una magnífica cabellera negra de largos bucles y una barba rizada y brillante cuadraban su hermoso rostro de perfil griego y de expresión dulce y benigna (...) A su lado, pendiente de largos tiros, una espada fina y corva, semejante a un alfanje, brillaba a los rayos del sol como orgullosa de pertenecer a tan hermoso dueño".
La reconciliación entre Belgrano y Güemes
Cabe destacar que tiempo después de este episodio, Manuel Belgrano y Miguel Martín Juan de Matta Güemes Montero Goyechea de la Corte -tal su nombre completo- se hicieron grandes amigos, tanto que muchas veces Belgrano hacía ostentación pública de su amistad con él. Hasta le permitió hacer lo que quisiera y actuar como quisiera en el plano militar.
"Puede hacer y deshacer como le parezca; en mis instrucciones sobre operaciones militares sólo digo que deje bien puesto el honor de las armas", le dijo Belgrano en un mensaje.
Poco tiempo después de la Batalla de Salta, el 15 de abril de 1813, Belgrano le escribe a Chiclana, a cargo del gobierno en Salta: "Si usted no presta oídos más que a los patriotas, le llenarán la cabeza de especies,…estoy arrepentido, usted sabe cuál es mi lenguaje y siempre digo lo que siento…”.
Ya el 9 de septiembre de 1816, Belgrano y Güemes mantenían una amistad. Así queda reflejado en una carta donde el primero lo llama: “Mi amigo y compañero querido…”
Vale remarcar que el 15 de julio de 1815, finalmente Martín de Güemes sentó cabeza y se casó con María del Carmen Puch, una joven de tan sólo 17 años, hija de un hacendado adinerado que contribuyó con bienes y dinero en la Guerra Gaucha. Tuvieron 3 hijos.
María del Carmen falleció muy joven, a los 25 años, el 3 de abril de 1822. Los relatos históricos indican que su muerte estaría relacionada con la depresión que le causó la pérdida de su esposo -quien había muerto 10 meses antes de un tiro en la espalda durante un enfrentamiento contra los realistas-.
Un cuento popular narra que al enterarse Carmen del deceso de Güemes, se encerró en su habitación en la residencia de los Puch, sin comida ni agua, y se cortó el cabello, que era frecuentemente alabado por su esposo, para finalmente dejarse morir meses después.
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