El Día Nacional del Cerealista fue resolución del Consejo Directivo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en conmemoración de la fecha de la 1ra. exportación de trigo, resultado de la política de intercambio comercial liderada por Nicolás Avellaneda, presidente de la Nación en el período 1874-1880.
14/08 - AGROEXPORTADOR
Desde 1926, Día Nacional del Cerealista (Nicolás Avellaneda)
El Día Nacional del Cerealista: las divisas genuinas que ingresan a la Argentina siguen dependiendo del campo. Justa reivindicación del Modelo Agroexportador.
La 1ra. exportación de trigo fue parte de una Argentina que aún amasa el sueño de la mesa tendida y el de la libertad de encender el fuego.
Está destinada a homenajear a los trabajadores del agro, en el más amplio espectro que el concepto involucra, entre otros actores importantes,
- productores,
- acopiadores,
- cooperativas,
- corredores,
- industriales,
- aceiteros y molineros,
- exportadores,
entre otros destacados eslabones de una cadena tan valiosa, que es capaz de tender las mesas de las naciones del mundo, y convocar al goce de “hacer migas”, de donde surge la palabra, amigo: el que hace migas conmigo; compañero, el que “com - parte" (parte con) el pan nuestro de cada día.
El Presidente
El tucumano Nicolás Remigio Aurelio Avellaneda fue presidente de la Nación por el Partido Autonomista Nacional, que él había fundado aquel año.
El PAN fue una fuerza político partidaria que se mantendría 42 años en el poder sin ninguna alternancia, y antes de su decadencia tuvo momentos notables en el desarrollo de la Argentina.
Avellaneda había sido el ministro de Justicia e Instrucción Pública de Domingo Faustino Sarmiento. Entre otros motivos porque él adhería a las ideas respecto de la educación popular como base del afianzamiento de la democracia.
Avellaneda ejecutó la creación de escuelas normales en todas las provincias, la renovación de los programas primarios, secundarios y universitarios, impulsó la escuela secundaria -hasta entonces sólo había establecimientos secundarios en Buenos Aires, Córdoba y Concepción del Uruguay-, agregó 800 escuelas a las 1.000 ya existentes, y llevo los alumnos en curso de 30.000 a 100.000.
Con el apoyo de Sarmiento, Adolfo Alsina y Julio Argentino Roca, Avellaneda lanzó su candidatura presidencial en Córdoba. Del otro lado, el expresidente, Bartolomé Mitre. Pero Mitre era sólo Buenos Aires y Avellaneda era el resto del país. De paso, ya Presidente, Avellaneda separaría Provincia de Buenos Aires de Ciudad de Buenos Aires, achicándole el distrito a Mitre y estableciendo una diferencia muy lógica.
Como un elogio, al entregarle la banda presidencial, Sarmiento le dijo: "Usted es el primer Presidente que no sabe usar una pistola". Fue un gran Presidente, con una idea de país en el mundo. Luego, él falleció muy joven, a los 48 años.
Los valores
La palabra cerealista encarna valores, tales como
- transparencia,
- consenso,
- compromiso,
- palabra empeñada,
- arbitración ante la duda.
Define toda una tradición acuñada y transmitida por generaciones a lo largo de toda la cadena de valor que comienza en el productor y que lejos de concluir en la exportación, en ella se expande y se multiplica.
Este entramado productivo posee un valor intrínseco, porque más allá de las pizarras que exhibe la Bolsa de Cereales, y de los guarismos que arrojan los datos- en alza o en baja- de los commodities, en el interior de una semilla o de un producto elaborado con ese bien, se halla
- el compromiso de hacer,
- el honor de trabajar,
- el goce de servir,
- la intención de prosperar,
- sumados
- al conocimiento,
- la investigación,
- la inversión que involucra la tarea,
- la biotecnología,
- las innovaciones de la industria,
- de la tecnología de punta; y
- el estar siempre un paso más adelante en la carrera tecnológica, a la que es arduo ganarle.
Estar un paso más adelante del hambre.
Desde aquellos lejanos años ‘20 y durante mucho tiempo, el Día del Cerealista se conmemora procurando la concurrencia de todas las fuerzas productivas en una decidida acción para impulsar la expansión de la producción agrícola y el perfeccionamiento de la industria y el comercio de los cereales; en los albores, alentando el Modelo Agroexportador, impulsado -pese a sus diferencias entre sí-
- desde las épocas de los gobiernos liberales de Justo José de Urquiza, Bartolomé Mitre, Nicolás Avellaneda,
- luego, en la etapa conservadora, pero pujante, más tarde en las transiciones militares y democráticas, con el impuso hacia el Método Sustitutivo de Importaciones, y en los populismos.
No hay ideología que frene la pulsión por la vida.
Al campo se le debe mucho. Al que lo trabaja, lo define, lo pone en valor, lo moderniza, lo torna contenido y continente, más.
Al originario le fue escenario y casa “e - conos”, de donde halla su raíz la palabra Economía.
Al campesino le fue canto y sudor: no existe una sola composición pictórica o musical nacional que desaire su raíz, sus aromas, el paisaje.
Para el ciudadano de las urbes grandes, evocación de paz y esperanza de progreso.
Para los jóvenes inmersos en el orbe virtual, sigue siendo un horizonte.
¿Quién está exento del goce de ver crecer la vida? ¿Quién no se conmueve (mover – con) al pasar por una fábrica o panificadora que exhala el aroma del tesoro dorado?
Al campo se le debe, y es hora de ponerlo en alto, porque nadie es alguien con excepción de la tierra.
Entender estas líneas en este tiempo nuestro de discrepancias, daña; la tierra y su gente ya tiene muchas cicatrices…
La propuesta de hoy, para celebrar con el cerealista es realzar su persona y el don de ser parte activa en la capacidad de proveer junto a la creación del pan nuestro de cada día, y trabajar sin descanso para forjar una nación diferente, en la que nadie integre la nómina vil del 50% del hambre.
Hoy, coincidentemente se celebra también el nacimiento de un poeta salteño, de tierra adentro, Don Manuel Castilla; sean para el cerealero, sus versos:
“Don Juan Riera
Con el lucero amasaba
Y daba esa flor del trigo
Como quien entrega el alma.
A veces hacía jugando
Un pan de palomas blancas
Y harina, su corazón
Al cielo se le volaba”.