El 29 de diciembre de 1968, Vélez Sarsfield se coronó campeón del Torneo Nacional, rompiendo el dominio de los cinco grandes en el fútbol argentino. ‘El Fortín‘, dirigido por Manuel Giúdice, se impuso en un triangular final ante River Plate y Racing Club.
un golpe a los cinco grandes
Vélez y su primer título: el bautismo de oro de un club histórico
Vélez Sarsfield hizo historia en 1968 al desafiar a los gigantes Racing y River en el Nacional, rompiendo la hegemonía de los 'cinco grandes'
La Batalla en el Cilindro
La última fecha del Nacional 68 fue un duelo épico entre Racing y River, ambos necesitaban la victoria para alzarse con el título. Vélez, acechando a un punto de distancia, soñaba con un empate entre los líderes para forjar un triangular.
Más de 60 mil hinchas colmaron el Cilindro de Avellaneda, testigos de un empate 1 a 1 en el clásico más antiguo y la victoria 2 a 0 del ‘Fortín ‘ sobre Huracán. Así, la AFA se vio obligada a organizar un triangular inédito para determinar al campeón.
Vélez triunfa en el Viejo Gasómetro
El Viejo Gasómetro de Boedo se convirtió en el escenario de la definición. River dio el primer paso al vencer a Racing 2 a 0, dejando la presión sobre Vélez. El 22 de diciembre, un partido lleno de emociones definía todo. En él, el árbitro Guillermo Nimo pasó por alto una mano clara que podría haber cambiado el destino del encuentro.
El Vélez de Manuel Giúdice aprovechó la oportunidad y, una semana después, celebró la vuelta olímpica tras superar a un duro Racing en un partido que concluyó 4 a 2. Aquel equipo, liderado por el elegante Daniel Willington, supo conjugar el juego señorial con la efectividad. Con figuras como Omar Wehbe, máximo goleador del Nacional con 16 tantos, y un joven Carlos Bianchi, Vélez se erigió como un equipo sólido y contundente.
La distribución goleadora entre nueve futbolistas fue la clave de un título que desafiaba la jerarquía impuesta por los “cinco grandes” de la época. Este campeonato marcó un logro histórico para Vélez, pero también fue un quiebre en la concentración de poder de los clubes tradicionales, demostrando que la grandeza no estaba reservada exclusivamente para unos pocos.