El FMI pondrá a prueba de balas la frágil unidad del FDT. Es que meter mano en la jugosa caja de subsidios, planes sociales y emisión monetaria es un combo que podría ser letal para quienes en Casa Rosada y el Instituto Patria recuerdan lo que le pasó al expresidente Mauricio Macri en tiempos de Cambiemos y su impacto electoral en 2019.
EL FDT EN ESTADO RESERVADO
Se acabó la mentira de los planes sociales y los subsidios
El FMI obligó al FDT a meter mano en una caja muy sensible que sostiene su unidad: planes sociales y subsidios. Empezó el debate y su estado es muy delicado.
El presidente Alberto Fernández y su mesa chica se enfrentan a un fantasma que asusta en reiteradas oportunidades en la Argentina: terminar el mandato de la forma más ordenada posible y lograr la reelección; escenario muy similar que vivió Macri en 2018 anunciando el stand-by con el FMI con el 2019 por delante pero en esta oportunidad Fernández pensando en el 2023.
Todo esto con una pobreza de más del 40%, inflación del 51% en 2021 -proyectando el mercado un 60% en 2022-, el dólar imparable y la conflictividad social en aumento.
Ahora bien, resulta muy curioso que tras 10 años de retroceso, tanto la Izquierda como los movimientos sociales y el kirchnerismo se alarmen por los subsidios y los planes sociales, a sabiendas de que no ha sido más que un parche que solo fue resolviendo la vida de muy pocos (estamos hablando de aquellos que gracias a esas partidas presupuestarias lograron algún cargo público con un sueldo importante).
Es que según Andrés Schipani, doctor en Ciencia Política, investigador del Instituto Universitario CIAS y profesor de la Universidad de San Andrés, el gasto en planes sociales no garantiza una reducción de la pobreza.
En diálogo para LN+ comenzó explicando sobre el interesante informe que compara el gasto social argentino con el resto de la región y su consecuente impacto en la reducción o no de la pobreza:
En el caso de la Argentina, hay que dividirla en 2 períodos:
- Hay un período de 2002/2003 al 2011/2012 donde Argentina es muy exitosa bajando la pobreza. Si vos mirás los niveles de pobreza con la canasta que se usa hoy, baja del 65% al 30%.
- Ahora, si mirás a Argentina en la última década, ahí ves el fracaso de la política con la pobreza. A diferencia de la mayoría de los países de la región, no solo no se ha logrado bajar la pobreza sino que aumentó y hoy estamos en 40%.
Luego de recordó que para comparar la pobreza entre países de América latina se tomó el gasto de US$5,5 diarios, la periodista Luciana Vázquez repasó:
Se tomó en términos de 5,5 dólares diarios. Argentina destinó 11% del PBI y el 9,9% está en ese nivel de pobreza. Chile dedicó 5,8% del PBI y su nivel de pobreza es del 3,72%. Uruguay gastó 7,3% del PBI y el nivel de pobreza es de 2,8%.
Entonces, Schipani dio en la tecla:
"Los otros países han crecido pero han tenido muy contenida la inflación, en un dígito. Por otro lado, la Argentina no tiene la mejor asignación del gasto: por cada peso que se gasta en asignaciones familiares para niños pobres, se gastan $5 en pensiones no contributivas para adultos pobres o vulnerables.
La diferencia es muy grande y eso se refleja en la diferencia en las tasas entre grupos etarios. Es decir, la pobreza no le pega a todos por igual en Argentina: el promedio es del 40% pero entre niños y jóvenes es del 55%, mientras que entre adultos mayores es solo del 14%.
Hay muchas partidas que se podrían reorientar. Hoy, los gastos en subsidios a la energía son, más o menos, 2,8% del PBI. La AUH cuesta medio punto del PBI. Quiere decir que si vos cortases 20% de los subsidios a la energía, que muchos van a clase media y alta que pueden pagarlo, duplicarías la inversión en la política de lucha contra la pobreza infantil más importante de la Argentina.
Pero la diferencia central con Chile y Uruguay es la alta informalidad del mercado de trabajo en la Argentina. Sin un plan realmente ambicioso para reducir la informalidad, será imposible salir de la trampa de la pobreza y los recursos".
A su vez, este lunes 31 de enero, Nicolás Arceo, director de Economía & Energía, que fue mano derecha de Axel Kicillof en Energía cuando era ministro de Economía de CFK, fue entrevistado en Radio Con Vos y advirtió en medio del debate sobre el FMI y la presión por los subsidios:
"El aumento de los subsidios en los últimos años no tuvo solo que ver con la política tarifaria que se aplicó sino también con un aumento significativo en la demanda, la crisis hídrica muy significativa que redujo la producción un 30% a lo largo del año pasado, y un contexto de precios internacionales en máximos históricos. El año pasado gastamos US$11.000 millones en subsidios, el tercer año más importante".
En este sentido, enfatizó que "más allá de lo que defina el gobierno, la perspectiva para el 2022 es un aumento tendencial en los subsidios por 5 factores, salvo que haya una política tarifaria muy agresiva:
- Tasa de depreciación de la moneda más alta que en 2021, dado que el sector energético está dolarizado.
- Aumento significativo de la demanda de energía asociado a la recuperación de la actividad económica; cambios en los patrones de consumo por la pandemia y abaratamiento tarifario
- Precios internacionales, importaciones y aumento del GNL. El año pasado importamos US$8 por millón de BTU y este año vamos a importar US$20 por millón de BTU. Esto implica un aumento en los subsidios solo por efecto precio, sin contar las cantidades, de US$1.500 millones.
- Bolivia informó al gobierno argentino que no puede mantener el suministro de gas del año pasado y lo tenemos que reemplazar o con combustibles líquidos o con GNL. Eso va a implicar entre US$900 y US$1.300 millones más de importación.
- La crisis hídrica.
"Si consideramos una inflación del 50%, lo que necesitarías es un incremento por encima de ese nivel para compensar los mayores costos de importación de la energía. Si se aumentan un 20% las tarifas por encima de la eliminación de subsidios en los hogares de altos ingresos, el efecto será muy significativo. Te mejora pero te falta para lograr una estabilización de los subsidios. Se necesitaría que las tarifas sigan a la inflación", consideró, y cerró:
Entonces, no se puede entender la obsesión de un sector del FDT por las tarifas y los planes sociales en el AMBA mientras en el resto del país las tarifas son muchos más costosas y el gasto previsional mucho menor o con otros esquemas. No se puede comprender que algunos personajes lamentables de la política se muestren preocupados por la pobreza pero no por la inflación para reducirla, siendo la principal causa de su aumento.
¿Importa la pobreza o la caja?