SENASA LO APOYA
Contra la inflación, proponen comerse a los ciervos
"A los cazadores solo les interesa el trofeo, pero la carne de ciervo podría competir a un valor popular". Según una cooperativa, hablamos de $500 el kilo". "No es el 'Bambi' que nos vendieron", afirman.
Si bien actualmente, los especialistas prefieren no hablar de un aumento de la población sino de una gran dispersión que impacta en la biodiversidad, para controlar la población y generar, a la vez, una mayor accesibilidad a la carne, varias instituciones avanzan en este ambicioso proyecto.
"A los cazadores solo les interesa el trofeo, pero la carne de ciervo es magra, sana y podría competir en el mercado a un valor popular. Una cooperativa cárnica hizo cálculos y hablamos de 500 pesos el kilo. Además, podría generar una alternativa de trabajo. Hoy hay todo un mercado negro que no está regulado", explicó Gastón Marchioli, uno de los impulsores del proyecto, al diario local 'Río Negro'.
Definió al ciervo como "un animal muy territorial y agresivo que va corriendo, por ejemplo, al huemul. No es el Bambi que nos vendieron. Además, produce daños sobre la flora nativa y en esta época, empieza a marcar territorio en los árboles".
Ocurre que pese a la presencia de este animal en el país se remonta a comienzos de 1900, en ese entonces, Pedro Luro, un aficionado a la caza, introdujo jabalíes y ciervos colorados en su estancia en La Pampa. En 1922, el inmigrante alemán Roberto Hohmann le compró 20 ejemplares que fueron trasladados a su estancia Collun-Co, en Junín de los Andes. Los liberó diez años más tarde y la especie fue expandiéndose hacia el sur. Hoy, se encuentran ciervos desde Chos Malal hasta Esquel.
"A Hoffman se le venció el área de pastaje que Parques le había entregado y como no le había ido tan bien con la cría de ciervos, los terminó largando", contó Ricardo Barroetaveña, presidente del Club de Pesca y Caza de Bariloche.
"En esa época -recordó-, se estilaba poblar diferentes zonas con animales exóticos. No estaba la cultura ecológica ni el conocimiento respecto a la necesidad de no introducir animales exóticos que podrían hacer daño o desplazar a otras especies".
Destacó que el ciervo "cuajó muy bien en la cordillera ya que le gusta comer en el llano pero cuando nota alguna inclemencia del tiempo o algún peligro de depredación, toma el bosque como refugio".
La caída de cenizas volcánicas en 2011 impactó en la falta de pastura que fue desplazando a los ciervos de la cordillera a la zona de Comallo y Pilcaniyeu.
"La mayoría de los cazadores matan el animal, sacan sus trofeos y el resto queda tirado. En época de cacería, es mucha la carne que dejan por ahí en los operativos de caza control. La idea es darles un valor agregado a la carne, el cuero y las astas, con un fin social", resumió Jonhatan Strada, integrante de la cooperativa cárnica Ayllú Bariloche.
"Es una carne que se puede aprovechar pero no hay que olvidar que está en un ambiente silvestre. Si bien no se han encontrado enfermedades de gran impacto en la carne de ciervo, son necesarios los controles", puntualizó Leandro Celestre, referente de Agricultura Familiar en Senasa regional Patagonia Norte.
"La finalidad es que nadie se enferme al consumir esa carne pero, además, aprovechar la caza de ciervo para realizar monitoreos de enfermedades de fauna silvestre. Hoy, el 80% de las enfermedades emergentes en el humano son de origen animal", recordó.
El proyecto está a un paso de concretarse, pero requiere de una planta de faena móvil con una sala de almacenamiento con frío para evitar la contaminación en la manipulación del animal.
"Se trata de cuidar la biodiversidad y a la vez, darle un valor agregado a la carne que es gratis y está en el parque. Pero es necesaria la infraestructura mínima para garantizar las condiciones de inocuidad y sanidad. Por eso, en este momento, se busca financiamiento. No es mucho dinero en relación a lo que representa el proyecto con este fin social o lo que representa en puestos de trabajo", consideró Celestre.