CÓRDOBA. El comercio minorista de Córdoba sufrió un periodo cercano a una depresión de ventas durante julio, arrastradas por la crisis económica. Con un gran porcentaje de las Pymes sin alcanzar los objetivos, la caída registrada fue del 14,1% interanual.
Muy complicado el escenario minorista.
El dato se desprende de un informe de la Federación Comercial de Córdoba, que relevó numerosos rubros y su desempeño en ventas minoristas durante el mes pasado. Además, se reveló que es el segundo julio consecutivo que sufre un efecto similar a la baja, ya que en julio de 2023, respecto julio de 2022, las ventas habían disminuido 3,7%.
Con un achique más acelerado, el rubro principalmente afectado fue el de muebles y decoración, con un derrumbe del 20%. Cerca quedaron electrodomésticos y artículos electrónicos (-18,7%), y Alimentos y bebidas (-16,1%).
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Los menos afectados en julio fueron perfumería y cosmética (-9,4%) y neumáticos y repuestos (-8,2%). Mientras tanto el único rubro que creció, irónicamente, fue el farmacéutico con un incremento de la facturación del 3,2%.
“En lo referido a formas de pago, el 58% de las transacciones se realizaron con tarjeta de crédito, y un 42% al contado”, explica sobre deudas el informe panorámico.
Rebote muy lento en Córdoba
Desde marzo, la situación económica minorista en Córdoba acusa una recuperación. Con el piso del 20% en la caída del consumo empujada por la acelerada inflación de ese mes, se marcó un quiebre en la tendencia.
Sin embargo, algunos empresarios cordobeses señalaron que la lentitud de dicha recuperación podría terminar por romper el tejido empresarial que aún se mantiene saludable. Todo ello en la víspera de una postergada recomposición salarial que no tiene fecha, y que cercena la capacidad de consumo de los clientes.
El pronóstico de los empresarios tiene como evento fundamental el rol de los bancos, que demoran la salida de créditos competitivos para los consumidores. Una vez que el mercado crediticio ofrezca oportunidades reales de acuerdo a la actualidad salarial, las Pymes pueden esperar el tan ansiado “rebote”, que mientras tanto es un lento y agónico proceso para algunos.
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