Raúl Moneta denuncia en varias ocasiones la inseguridad jurídica que provocaba la manipulación institucional de la élite mendocina. La respuesta fue, en sociedad con Grupo Clarín -que mantenía una disputa de negocios con Moneta- la demonización del personaje. Algo parecido sucede con el defenestrado Walter Bento. Entre Grupo Clarín, que tiene cuentas pendientes por la muy reprobable actuación de Bento en el 'caso Cablevisión' (resultó un arma inútil de Daniel Vila, quien hoy ni le atiende el teléfono), y el poder político que quiere apropiarse el Juzgado Federal con competencia electoral, Bento está en probelmas. Pero la denegación de Justicia es algo que no corresponde. Y la inseguridad jurídica vigente en Mendoza es preocupante cuando el gobernador Alfredo Cornejo quiere presentarse ante la Nación como un personaje confiable.
EL CASO WALTER BENTO
Raúl Moneta tenía razón: en Mendoza hay inseguridad jurídica
Inseguridad jurídica en una provincia con 'chapa' de instituciones seguras: el caso Walter Bento actualiza aquella denuncia de Raúl Moneta.
Días atrás sucedió un acontecimiento llamativo aunque en Mendoza casi toda la prensa -casi la excepción fue Mendoza Today- decidió mirar hacia otro horizonte. No es la Mendoza de la Fiesta de la Vendimia y sus reinas de belleza. Ni la Mendoza de la Ruta del Vino. También hay una Mendoza del Poder, que padecen los propios mendocinos honestos y laboriosos que construyen el día a día provincial.
Andrés Ramos, Mariano Fragueiro Frías, Juarez Diez, Daniel Romero, Gustavo Gazzali, Pablo Cazaban, Juan Rifo, Juan Villegas y Andrés Aliana -defensores de diferentes imputados en el juicio contra Walter Bento- denunciaron enormes irregularidades: amenazas, grabaciones ilegales, manipulación informativa y violación del derecho a la defensa en Mendoza. Uno de ellos pidió la absolución de todos los acusados. Todos apuntaron al Ministerio Público Fiscal: Dante Vega.
Pablo Livio Cazaban, representante legal del abogado Ríos, expresó su preocupación:
La desinformación
Para demonizar es importante desinformar. Y es lo consiguen los enemigos de Bento, con la complicidad de varios medios de comunicación pública cuya relación con la pauta publicitaria provincial ya fue motivo de muchas notas en Mendoza.
El abogado Fragueiro Frías, en relación al papel del Ministerio Público lo acusó de la “construcción de un relato”, y citó un ejemplo del día anterior, cuando se proporcionó información errónea: “Se dice que se revelaron cuestiones nuevas, lo cual es falso. Estos testimonios se grabaron hace 2 años bajo amenazas. Buscan tergiversar la información para influir negativamente en esta causa y en Bento. Esto se aclarará.”
El abogado defensor del Dr. Bento indicó: " Se le prohibió a mi defendido el uso de dispositivos móviles y computadoras ¿Cómo va a responder? Vamos a analizarlo, pero está claro que detrás de esto está el Dr. Vega y su animadversión hacia el Dr. Bento. Limitar su derecho de defensa desafía los parámetros del debido proceso."
El actual ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, cuando defendía a juez Walter Bento calificó al juicio como el más difícil de su carrera porque "tengo un fiscal, un juez y una cámara en contra”, y que “hay gente presa por delitos excarcelables, a quienes presentan como arrepentidos, para que acusen ‘Bento’”.
Un ejemplo concreto: Marcos Calderón, imputado 'arrepentido' que accedió a 'colaborar' con la investigación.
“Pagué un soborno, una plata que me pedían para tener un beneficio en mi causa, que era el sobreseimiento”, explicó Calderón, quien complicó a su por entonces abogado en ese acuerdo, Luciano Ortego, nombró a Diego Aliaga, que dijo que era el nexo entre Ortego y el juez investigado. ¿Pruebas? Ninguna. Incomprobable.
“Diego Aliaga era parte de la cadena de pedido de plata que era para el señor juez, Walter Bento”, sostuvo.
Calderón: “Yo tenía otro abogado y lo cambié por Luciano Ortego, a él lo conocía del poker. Me trajo a una reunión con Diego Aliaga. Me pidieron US$ 80.0000 a cambio de sobreseimiento. Me dijeron que iba a tener el beneficio rápido. En su momento accedí. Mal hecho. Entregué 2 vehículos, 1 BMW que tenia a la venta y posteriormente una camioneta Mercedes Benz X6, que se la llevé a Aliaga a su domicilio. Como entre los 2 autos no llegaba al monto, me dictan la falta de mérito. Empecé a pedirles (a Ortego y Aliaga) el sobreseimiento, pero a medida que pasaba el tiempo me pedían más plata. Me sentí en una situación complicada. Era seguir con ellos o perder todo. Empecé con problemas con Aliaga y Ortego. Tuve peleas. Entre ellos se culpaban. Me pedían una diferencia de entre US$ 20.000 y US$ 25.000”.
¿Cómo prueba lo de Bento en esto? Otra vez: incomprobable. Pero para Vega es una prueba fundamental.
Otro caso: el abogado Matías Aramayo. En mayo de 2021, Aramayo llevaba algunas horas detenido con su socio, Martín Leopoldo Ríos, cuando accedió al acuerdo para declarar como arrepentido: “… Aliaga, Luciano Ortego y Jaime Alba son los miembros de carácter permanente que tiene esta asociación ilícita, después estamos otros abogados que somos de carácter circunstancial. Nosotros estamos como una línea más baja. He podido conocer que en esta estructura de línea baja está el doctor Javier Angeletti, el doctor (Jorge) Miranda, el doctor Ríos y yo”.
El dijo que Bento era quien tenía el rol de jefe, "debido a que disponía qué, cómo y cuándo actuar", aunque él sólo tuvo contacto con el ex despachante de Aduanas, Diego Aliaga, quien “nombraba a Bento como el gran jefe o primo”, y dijo que tenía entendido que hablaba por teléfono con él: ¿...?
Él reveló que Aliaga era informante de la Policía contra el Narcotráfico en causas de contrabando (en los legajosera el Nº59), el dinero era para Bento y “Aliaga se quedaba con una parte”, dijo desconocer el monto de los arreglos y que él solamente cobraba los honorarios que se pactaban. ¿Pruebas? Nada. Así estamos.
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