EXCLUSIVO 24

UNA TARDE EN LA CASA ROSADA

Divididos

En la semana laboral que comienza, finalmente la ausencia de Diego Armando Maradona comenzará a menguar en las noticias. Precisamente, las exequias de Maradona en la Casa Rosada fueron tema por varias dificultades que ocultaron una situación muy trascendente que ocurrió en el Gobierno de la Nación.

El desastre de la organización de las exequidas de Diego Armando Maradona direccionó mucha atención de la opinión pública a un evento definitivamente secundario: de quién fue la responsabilidad del freno (desmedido para unos, inevitable para otros) de las fuerzas de seguridad a quienes no acataban las consignas de orden.

En forma inusualmente exaltada, el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, escribió en la red social Twitter contra Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y la Policía de la Ciudad. El ministro llamó "fiesta popular" a una peligrosa exaltación del covid-19 en días de imprescindible prevención epidemiológica.

De Pedro era, en ese momento del tuiteo, el anfitrión de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, de visita en la Casa Rosada.

No obstante, más allá de la sobreactuación de 'Wado', a cargo de los vínculos con gobernadores -pero también el actor de un intento de puente con la Corte Suprema de Justicia de la Nación, aunque se desconoce si esa plataforma es para el uso de Alberto Fernández o de CFK-, ocurrió un hecho clave, que muchos mencionaron pero no en su precisa importancia.

El presidente Alberto Fernández y CFK coincidieron en tiempo y espacio pero tuvieron agendas diferentes dentro de la Casa Rosada. Tan diferentes que se encargaron de desencontrarse en un espacio tan limitado. Alguno afirmará que se ignoraron mutuamente.

Fernández estaba con fervor casi desconocido, saltando de una selfie en las vallas exteriores de la Casa Rosada con asistentes, a una advertencia megáfono en mano, siempre junto a su protegido Santiago Cafiero. Fernández se dijo convencido de que la Casa Rosada era el lugar indicado para la ceremonia y no un estadio de fútbol, decisión presidencial que resultó bochornosa, al menos al carecer de la capacidad organizadora de CFK en otras circunstancias similares.

En cambio, CFK eligió la compañía de De Pedro antes de ser evacuada por temor a los impresentables que pululaban por el Patio de las Palmeras en medio de un desorden general, al grito de 'Dale Campeón' (¿?).

Así, el desencuentro confirmó las elucubraciones y las informaciones acerca de que la relación entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner no atraviesa su momento más armonioso. Han ocurrido días mejores. Se espera que no haya jornadas peores. Pero nada puede garantizarlo.

Acerca de cómo evolucionará esa relación, no hay precisiones pero sí abundan las especulaciones.

No resultaría un hecho relevante si al presidente Fernández le acompañara el éxito en su gestión. Sin embargo, tal como lo explica el ex funcionario hoy politólogo comentarista Gustavo Marangoni, la gestión no es una virtud de la Administración en curso.

La debilidad creciente de Fernández, a causa de la sucesión de errores, provoca los rumores ante circunstancias tal como la de que ocurrió. Pra recuperar imagen positiva, Fernández se arriesgó al velatorio de Maradona en la Rosada, aún cuando ante el fracaso intentara asumir un rol secundario y dejara el insólito rol protagónico a la ex mujer (algo que quizás nunca hubiera tolerado Maradona en vida) y 2 de los muchos hijos del ex jugador. Y el riesgo no tuvo tasa de retorno.

En la comparación de eficiencia, CFK salió ganando. ¿Cuál será el próximo paso?

Es necesario recordar que todo esto sucede con la reforma de los dos tercios para elegir Procurador General, la despenalización del aborto y un acuerdo futuro con el FMI.

El problema es que CFK eligió, en su momento, un binomio para el marketing, que no necesariamente era una fórmula de poder y tampoco de gestión. Muchos se preguntan si hay un margen de acuerdo posible para reajustar el esquema, en un entendimiento o armonía entre las partes. Los acontecimientos de Casa Rosada resultan una respuesta que es sencilla de interpretar.

Dejá tu comentario