Martín Llaryora se alínea al RIGI a pesar de los nervios industriales

En ese sentido, y en la última etapa de debate que involucra al Senado, Llaryora volverá a ser protagonista. Lo hará mediante Alejandra Vigo, la senadora del PJ cordobés que se perfila como un voto positivo para la concreción definitiva del proyecto oficialista.

La mujer, pareja de Juan Schiaretti, presentó recientemente algunas objeciones referentes a los cambios en la moratoria previsional y los presupuestos para entes y universidades. Sin embargo nada dijo sobre el Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI), temática sobre la cual hay cierta tensión en el círculo industrial cordobés.

Al respecto, Llaryora tendría decidido acompañar esa medida que exime de impuestos y cargas por importaciones y exportaciones a aquellos inversores que inyecten 200 millones de dólares o más en proyectos locales. Una normativa que carece de obligaciones específicas para los beneficiados, abriendo un universo de posibilidades en la balanza comercial.

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Martín Llaryora aguanta el RIGI.

Martín Llaryora deberá explicar

El RIGI está principalmente pensado para la actividad minera y petrolera. Planeada como un boost de inversiones, el Gobierno nacional pretende extender facilidades a las compañías energéticas para que se pueda desarrollar, de manera privada, todo el potencial de ese campo subexplotado en Argentina.

Atento a ello, Llaryora expresó su acompañamiento a ese régimen, que podría abrir las puertas a nuevos proyectos en Córdoba. El gobernador lo hizo asistiendo a un evento que la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) organizó en la provincia, lugar que pretende impulsar la minería para incluirla en el circuito industrial.

No obstante, la oposición ha señalado que los límites de la norma propuesta no están claros, lo que abre el juego a una posible lluvia de importaciones en otros sectores. Algo que fue advertido también por sectores industriales como la Unión Industrial Argentina, con fuerte participación de empresarios cordobeses que tienen una relación fluida con el oficialismo de su provincia.

Con la preocupación creciente del cinturón industrial cordobés, que no ve garantías de que el RIGI no desborde a los sectores originalmente destinados, Llaryora sufriría un choque de intereses entre las partes que, en ambos casos, juegan un papel importante en la salud de su administración.