Una rápida recorrida por los votos de los presidentes, desde Raúl Alfonsín hasta Javier Milei, lleva a que todos han reunido números importantes de los votos populares que consagran su mandato de Presidente (teniendo el 50% como eje), jefe del Ejecutivo en un país donde no hay, repito, no hay una tradición parlamentarista y, de hecho, no existe la serie de mecanismos que tornan las democracias presidencialistas en parlamentarias.
TODO EN SU MEDIDA Y ARMONIOSAMENTE
Javier Milei en números y territorios
Hay que empezar a analizar más en serio y sin complejos a Javier Milei. Que el humo no nos tape los números. Lo que el dice no siempre es coherente.
La democracia representativa es responsable de ese déficit. No hay meritocracia en el Parlamento con una 'lista sábana', por ejemplo. Menos mal que no parlamentarismo hoy en la Argentina....
Si fracasara el Presidente, llega la intemperie hasta la próxima elección y eso se debe a que el Ejército quedó desprestigiado después de Alfonsín y desmantelado después de Carlos Menem. Menos mal. La democracia ha sido eficiente en este rubro.
Pero tampoco seamos injustos: no existen los golpes militares, afirman los teóricos del tema. Todos los gobiernos de facto son cívico-militares. No repetir la estupidez de perseguir a quienes recaudan la dádiva pero no al que la da. La corrupción es de ambos.
La necesidad de un papá
Aquí no hay Primer Ministro. Alfonsín impulsó la Jefatura de Gabinete de Ministros con la idea inicial de ministro coordinador con la idea de que represente al Legislativo, que lo puede remover. Nunca funcionó así, muy teórico. Los de la UCR son así, siempre. La Constitución Nacional tiene como referencia la de USA. En Europa hay Primer Ministro porque hay (España / Países Bajos / Reino Unido / Dinamarca / Noruega) o hubo (Italia / Portugal / Alemania) monarquías.
Aquí, en Argentina, hay un hombre fuerte. José de San Martín y Manuel Belgrano lo consideraban necesario para salir de la guerra civil. Juan Manuel de Rosas ordenó algunas cosas, al menos en el comienzo, y por eso lo volvieron a elegir. Mucho, poquito o nada. Cuando llegan a nada y han deshojado la margarita el asunto se convierte en temblequeo, problemas de salud de la democracia y de las libertades individuales, que son las que más asustan y por las que, acaso, se termina votando para eso: para cuidarlas. Las necesidades individuales no son las necesidades colectivas tanto en libertad como en esperanza. Los humanos son individuos. Existe el libre albedrío. Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, pensaba otra cosa. También Kim Jong-un. Pero en democracia existe el consenso, el mínimo denominador común, el acuerdo.
Tal vez lo mas relevante desde 1983 a la fecha es que quien fue elegido Presidente, o sea jefe del Estado, ha manifestado públicamente que, entre el Estado y la empresa prefiere a la empresa. En los hechos no es tan, tan pero tan así. A él le fascina la verborragia. La última vez que visitó Córdoba, con él fueron 3 aviones de comitiva, 1 solo para los custodios, ¿qué empresa le pagaría eso? Hipócrita el Javo, y subestimador del prójimo. La amenaza de descuartizar al Estado es pública: es parte del discurso de campaña con el que alcanzó el rango: Presidente. Pero también prometió dolarizar, dinamitar el Banco Central, romper relaciones con China... ¿seguimos la lista?
Hay un punto de cruce. El ciudadano está en contra del exceso de gasto público porque lo paga con la propia: impuestos. Tiene toda la razón. Desde 1983 la democracia aumentó el gasto público, la presión tributaria y resulta que ni la salud pública ni la educación pública han mejorado respecto a entonces.
El exceso de gasto público es malo, sea corrupció o no. Pero si es corrupción, es peor. Es parte de la cultura popular que quien define una contratación exige una retribución adicional. El sobreprecio es una institución que no se desmonta de la noche a la mañana. Y este 'basta' llegó para quedarse. Un problema para el dirigente que no lo comprenda y no se reconvierta. El silogismo acaso sea el que quiere conjugar Milei.
Ni tío ni papá, espalda que ayuda
La sustancia de los argentinos (el Ser Nacional de los criollos) lleva a tres cuestiones: salud, educación y seguridad.
- ¿Quien paga mi enfermedad y me repone sano?
- ¿Quien me educa volviéndome un integrante de eso, de una sociedad integrada?
- ¿Quien me cuida de los malos?
Parecería que Milei dice (sugiere) 'andá que te cure Lola, que te enseñe Magoya y te cuide Robocop'. Él lo niega y dice que ponerle un límite al presupuesto universitario le clavó ese puñal. Pero, a la vez, Milei ha masacrado a los jubilados y pensionados para que le 'cierren' los números y no se atrevió a abordar el anexo del Presupuesto 2023 que tenía un listado de erogaciones a cortar por 4 puntos del PIB. Sí, en cualquier caso es un camino. También mucha ignorancia. Tener una licenciatura en Economía tampoco te hace estadista. Está muy sobrevalorado ese certificado.
No obstante, Milei es el primero que avisa que, claramente, elige esa forma de usar los poderes del Estado, pero hay un semáforo en rojo permanente que Milei cruza; sobre el dinero que recauda el Estado no hay mucha transparencia porque no hay Presupuesto sino discrecionalidad. No somos boligomas, nos damos cuenta Javo. Y en muchos casos quitar al Estado como regulador oscurece más todo. Tampoco creamos la estupidez de que el capitalismo es perfecto y autosuficiente. Donald Trump se reiría mucho con la inocentada. Elon Musk, quien es un enorme contratista del Estado, también.
Hay una madeja con múltiples nudos y difícil de colocar en un solo hilo -sin nudos ni hilachas desde el principio hasta el final– para resolver qué se hace con los dineros públicos (los del Estado son eso: públicos) hasta llegar al fondo: la moneda como sujeto de confianza, cambio, trueque.
Una profecía no es un plan
¿Cuán libre es un hombre libre en el discurso de Milei? Cuando él dice que dentro de 40 años seremos los primeros del mundo (Milei: “En 40 años Argentina puede ser potencia mundial Nº1, pero hay chances de que sea en menos”) se disfraza de profeta, no de planificador. De hecho, para un buen libertario, no se programa sino que las fuerzas del mercado construyen el porvenir. Provocan ternura los intelectos púberes de la creación espontánea.
¿Está pidiendo quedarse 40 años? ¿10 mandatos presidenciales consecutivos? ¿Está diciendo que es eterno o que elegirá a su sucesor? ¿Y la democracia?
Un discurso desde una tribuna es típico de una alta ilusión, pero la vida cotidiana se resuelve con el viejo sistema de Juan Enrique (Pestalozzi) para la educación: "paso a paso… y acabadamente". El educador advertía que nunca la multiplicación antes que la suma y resta; y nunca la ecuación antes que la división y la tabla del 7.
La sociedad que elige con un número similar de votos a los Fernández, Macri, Alfonsín, Menem, Milei, Kirchner... en tan pocos años no puede saltar los pasos sin abrir los ojos. Se anhelaba llegar a una sociedad de Estado que vigile (no hay Sociedad sin Estado, deberíamos recordarlo y recordárselo) con pulcritud (sin corrupción) y así asegurar el crecimiento. Por cierto, muy infantil el concepto: la honestidad no tiene relación directa con la productividad. Y en el capitalismo lo que importa es la productividad.
En cuanto a que la empresa es el héoe y el Estado es el villano... ¿De qué sociedad está hablando? Nombre y apellido. No jodamos.
Los parientes pobres
No parece que se lea, se vea, se advierta un facto. Buenos Aires provincia, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, Mendoza. Juntar esos territorios es reunir una masa crítica de votos. Esos votos consagraron mandatarios provinciales de un modo claro, tan directo y tan real, tan práctico, tan democrático como la suma de votos que… en balotaje… (se reitera, en balotaje) eligió a Milei. Y se insiste: rondar el 50% de los votos para consagrar al campeón (el Presidente y su vice) es consagrar un binomio presidencial, los votos del Legislativo consagran el mapa territorial de voluntades.
Despreciar el Legislativo Nacional ha sido un eje de la actividad pública de Milei pero cuidado y más cuidado: los Gobernadores no son ni diputados ni senadores: son ejecutivos electos con tanto derecho como Milei. No es el mismo trato… ni el mismo maltrato, el que hace falta para resolver un problema que ya Juan Perón explicitaba difícil: "Lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie".
Milei desobedece el consejo /conclusión de Perón, y quiere resolverlo solo. Tal parece que quiere gobernar con un “Úkase” tras otro -del ruso 'ukazat', que significa 'ordenar'-. Del unicato de una democracia minusválida al emperador y los reyes (al Imperio o el Reino) hay un paso y en el siglo XXI se sabe dónde está ese Reino. En las barajas… también en pueblos muy diferentes al que somos.
El relato de Hamelin
Por si no se entiende: no hay un solo gobernador que opine sobre el Estado y la empresa igual que Milei. Ni uno. Es un dato demasiado grueso como para esquivarlo desde las usinas porteñas de un descuidado porvenir mediático sosteniendo un peligroso porvenir institucional.
Dos reflexiones trae el viejo y fabuloso relato del flautista de Hamelin (ojo, viene de fábula, de exagerada mentira para moraleja mas pedestre y utilitaria), quien con el sonido de una bella flauta subyuga a todo el mundo y desratizaba una ciudad.
Queda una 3ra. que el relato no aclara, tal vez porque no hacía falta. El flautista no se quedaba gobernando la ciudad, simplemente quitó una plaga.
En varias oportunidades, cuando se usa el concepto 'agente catalizador', tomado de la Física Elemental, aparece el sonrojo, el enojo, el anatema.
Milei en números del Legislativo Nacional (que existe) y en número de Gobernadores, todos democráticamente elegidos, es minoritario. Se acerca mas a un 'catalizador' que a un profeta. Y quizás sea mejor entender así estos días, estos meses, estos años.
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