CÓRDOBA. Si bien las bicicletas son uno de los medios de transporte más antiguos y simples de la humanidad, el último año ha sido sin dudas uno de los años de oro para el ciclismo, y Córdoba es testigo de ello. El auge en personas interesadas y compradores de bicicletas ha sido notable gracias a las restricciones establecidas sobre las actividades deportivas populares.
EN PEDALES
En Córdoba hay fiebre por las bicicletas
Córdoba ha sido el epicentro de un auge nacional de ventas de bicicletas, impulsado por las restricciones y la necesidad de hacer ejercicio.
La llegada del coronavirus demostró que el ciclismo, en términos epidemiológicos, es el deporte con menor riesgo de contagio (casi nulo) por lo que las personas decidieron montarse, algunas por primera vez, en dos ruedas. Algunas empresas en Córdoba registraron aumentos de hasta un 150% en las ventas con respecto al año 2019, último año de la “normalidad”.
Todo ello a pesar de que el precio en dólares de las máquinas aumentaron. Actualmente se pueden encontrar modelos que van desde los 50 mil pesos hasta los 300 mil para un uso semi profesional, aunque existen rodados incluso más caros.
De hecho, durante buena parte del año pasado, muchas empresas no pudieron hacer frente a la demanda, iniciando esperas de meses para poder adquirir nuevas bicicletas. El fenómeno, según dicen los expertos, es mundial.
La mayor parte de las ventas se concentran en las “mountain bike” o bicicletas de montaña, que tienen un perfil “off-road”. Con estas se pueden sortear más fácilmente los caminos irregulares que se pueden encontrar en las Sierras de Córdoba.
Algunas bicicletas sufrieron hasta un 100% de aumento en su valor en el último año. Además del ciclismo deportivo, surgió el cicloturismo.
La geografía cordobesa es propicia para esta actividad, ya que el acceso a la zona montañosa está a pocos kilómetros de las ciudades. Esto permite a las personas pasear por paisajes turísticos sin necesidad de sacar el auto y tan solo pedaleando 60 o 70 kilómetros.
De este modo, en Córdoba y el resto del país, se está gestando una muy buena tendencia que debería ser seguida de cerca por las autoridades, que tantos problemas tienen con el transporte. La cultura ciclística podría ser una salida a los conflictos que traen, en todos los sentidos, los transportes propulsados por motores.