Atanor, la fábrica de agroquímicos de San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, despidió a quince empleados este martes (20/8). La Justicia clausuró la empresa por contaminación luego de la explosión que sufrió el último 20 de marzo. Con un futuro incierto, los nicoleños y los ambientalistas empujan para que sea trasladada.
DEFINE LA JUSTICIA
Atanor: La guerra entre los vecinos y la empresa puede terminar el viernes
La planta de Atanor en San Nicolás está clausurada por la explosión de marzo y la empresa anunció despidos, mientras los vecinos exigen que sea reubicada.
En 1997, Atanor fue comprada por Albaugh, una compañía estadounidense especializada en herbicidas, que son productos químicos usados para controlar o eliminar plantas en los cultivos. Actualmente, la empresa es la única de Latinoamérica que produce los tres pesticidas más demandas: glifosato, fenóxidos y atrazina. Además, el 15% del mercado de herbicidas en la Argentina le pertenece.
Desde que la jueza Luciana Díaz Bancalari, titular del Juzgado de Ejecución Penal N.º 1 de San Nicolás, dictó la medida cautelar en marzo, la planta de Atanor se encuentra cerrada. En mayo, la empresa suspendió a sus ciento cincuenta empleados y acordó con el Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de San Nicolás pagar el 75% del sueldo, según informó el secretario general del gremio, Ricardo García.
Ahora, como la suspensión venció, quince empleados fueron despedidos y otros diez aceptaron el retiro voluntario que les ofreció la empresa. García le explicó a Infobae que “esta es la última tanda de despido, si se logra empezar a trabajar la semana que viene. Ahora, si no logramos para la semana que viene empezar a trabajar, seguramente nos vamos a quedar todos sin trabajo”.
García contó que el viernes (23/8) habrá una audiencia en el despacho de Díaz Bancalari con “todos los directivos y peritos de los distintos ministerios, municipalidades y empresas" donde se presentarán todos los peritajes ambientales realizados a pedido de la jueza de San Nicolás "para ver si pueden resolver la situación y que se pueda volver a trabajar”.
La situación es complicada, porque los ambientalistas y los habitantes de San Nicolás no quieren que Atanor vuelva a abrir por el daño que causó con la contaminación. Por su parte, la empresa presiona a la Justicia con despidos masivos del personal si no habilita su reapertura, amparándose en la crisis económica que atraviesa por los cinco meses de clausura que lleva adelante.
¿Por qué la jueza clausuró Atanor?
El 20 de marzo de 2024 a las 3:30, en Atanor hubo una explosión en un reactor de atrazina, un herbicida prohibido en Unión Europea desde 2004 y restringido en Estados Unidos, como resultado de un exceso de presión. Como consecuencia, Julio César Corbalán, empleado de la empresa, resultó herido de quemaduras y tuvo que ser hospitalizado.
Según García, no hubo negligencia y fue "un accidente" que puede pasar "en cualquier industria". Pero aunque los bomberos de San Nicolás y Ramallo contuvieron rápidamente el fuego, los ciudadanos de San Nicolás tuvieron que encerrarse en sus casas sin poder abrir puertas ni ventanas porque la ciudad se cubrió de un polvo blanco altamente tóxico.
El 22 de marzo, Greenpeace tomó muestras de dos lugares cercanos a la fábrica y de un efluente de salida de la planta que va hacia el río Paraná. Los resultados arrojaron que “la atrazina y otros agrotóxicos fueron detectados en todos los puntos muestreados, en un radio que va desde los 150 a 350 metros de distancia con la planta”, dijo Leonel Mingo, coordinador de la campaña.
Por su parte, Atanor aseguró en un comunicado que las muestras tomadas del aire y del suelo el día de la explosión dieron resultados negativos. "No han detectado en aire concentraciones de ninguno de los compuestos requeridos por el Ministerio de Ambiente ni en suelo trazas de atrazina", reza el comunicado de la empresa, que fue avalado con Certificados de Cadena de Custodia (CCC) y Protocolos Oficiales de Informe (PI).
A su vez, el abogado ambientalista Fabián Maggi, quien representa a los vecinos de San Nicolás contra Atanor y es parte de la ONG Foro por el Medio Ambiente (Fomea), presentó una cautelar ante Díaz Bancalari. La jueza hizo lugar al reclamo y ordenó el cierre de la empresa hasta que se tomen las medidas de seguridad necesarias para su correcto funcionamiento.
Los otros fallos contra Atanor
La explosión del reactor de atrazina no es el primer conflicto ambiental que provoca Atanor en sus inmediaciones. Incluso, los habitantes de San Nicolás luchan contra la empresa para que se mude, porque dicen que los desechos de los herbicidas que se encuentran en el aire y en el agua producen cáncer en la población.
Desde hace años los nicoleños denuncian que en las manzanas cercanas a la planta de Atanor se detectan casos de cáncer con una incidencia muy superior a otras zonas. En 2015 se contabilizaban 200 casos de cáncer en las manzanas aledañas, entre los que se registró una familia entera con la enfermedad. A pesar de las constantes denuncias de la población, la Municipalidad de San Nicolás nunca realizó ningún control sanitario.
La Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires dio a conocer en abril de 2024 los resultados de las muestras tomadas en mayo del año pasado, los cuales confirmarían la presencia de agroquímicos en los pozos de la zona. “La Atrazina o sus derivados (sobre todo la hidroxiatrazina) se han hallado con valores por encima del límite de cuantificación en todas las muestras”, señaló el informe.
Incluso en 2023, Atanor fue condenado a pagar una multa de 150 millones de pesos por volcar sus efluentes al río Paraná, lo que generó un daño ambiental que la sentencia judicial calificó de irreversible e irreparable. "Vamos a seguir exponiendo la contaminación y exigiendo que se investiguen las causas y el impacto de la explosión de manera urgente", reclamó Mingo.
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