ARGENTINA

NO PUEDEN DISPARAR

Los controles vehiculares, un punto de conflicto en Córdoba

El día de ayer (30/11), se dio a conocer un video donde un grupo de jóvenes redujeron a un efectivo de la Policía de la Provincia de Córdoba en Sampacho, una localidad ubicada en el departamento Río Cuarto, a unos 260 kilómetros al sur de la capital cordobesa. El hecho pone nuevamente en la mira a los procedimientos de control vehicular en la provincia, que ya habían sido reformulados luego del caso Blas Correas, ocurrido en agosto, cuando efectivos de la policía cordobesa acribillaron un auto con menores que se fugaron de un retén, matando a uno de los ocupantes.

CÓRDOBA. La polémica sobre el poder en el accionar policial a la hora de las detenciones es una temática que ha rondado las primeras planas a lo largo del mundo. Desde el caso de George Floyd que desató cientos de protestas en Estados Unidos, pasando por el efectivo de la Policía Federal asesinado con un cuchillo por un sujeto en pleno centro porteño, y llegando al caso de gatillo fácil que terminó con la vida del joven Valentino Blas Correas (17) en un control vehicular en Córdoba, los protocolos de acción policial ante supuestas amenazas son puestas en cuestión, ya que ninguno de los dos extremos implementados (la brutalidad y la inacción) parecen resguardar la integridad física de nadie.

En ese orden, el día de ayer (30/11) se escribió en Córdoba otro capítulo que abre nuevamente la reflexión sobre el rol policial. En las últimas horas del lunes (30/11) comenzó a circular un video casero en el que se mostraba como un grupo de jóvenes sostenían inmovilizado a un efectivo de la policía cordobesa, mientras este intentaba zafarse de los agresores.

Según pudo conocerse más tarde, el video fue grabado en la localidad de Sampacho, ubicada en el departamento Río Cuarto (con capital en la ciudad de Río Cuarto), a unos 260 kilómetros al sur de Córdoba capital. El hecho que motivó la filmación se habría originado a partir de la detención de un vehículo por parte del efectivo que fue reducido. 

Al detener el vehículo, el policía pudo comprobar que todos los ocupantes del rodado estaban alcoholizados, por lo que habría procedido a la detención definitiva del vehículo, lo que habría generado la ira de los ocupantes, quienes decidieron reducir al agente y amenazaban con quitarle el arma, algo que fue impedido por vecinos que oyeron las amenazas. Cabe destacar que el hecho aún se encuentra bajo investigación. 

A raíz de una acumulación de polémicas como la mencionada, la provincia de Córdoba sufrió en los últimos meses una reestructuración de la cúpula policial por la cual el ex Jefe de la Policía de Córdoba, Julio Cesar Súarez, debió dejar su cargo para la asunción de la primer Jefe de Policía mujer en la historia policial cordobesa, la comisario general Liliana Zárate Belletti. Además, los protocolos de acción policial en los controles vehiculares fueron reformulados, por lo que ahora la policía cordobesa no podrá disparar contra vehículos que se den a la fuga de dichos controles, ni como método de disuasión ante sucesos de tensión, lo que reduce la capacidad de acción de los agentes. 

Estas resoluciones se dieron luego de la muerte de Valentino Blas Correas (17), cuando junto a sus amigos del secundario (habían salido a un bar para verse luego de meses de cuarentena) y luego de un confuso episodio con otro vehículo, se saltearon un control policial que decidió frenar el automóvil Fiat Argo en el que se trasladaban disparando. Uno de los impactos dio en Valentino y terminó con su vida en un hecho que causó conmoción en la capital de Córdoba, ya que se trató de un caso de gatillo fácil, que incluso la propia policía intentó ocultar incriminando a los jóvenes y plantando evidencia falsa.

A pesar de las reformulaciones de los protocolos de acción y la remoción de la cúpula policial, parece que en Córdoba aún no se encuentra un equilibrio que realmente sostenga la integridad física de los ciudadanos cordobeses y del propio personal policial. Desde la muerte de un joven inocente a la humillación, de un oficial se evidencia el desequilibrio en los procedimientos de rutina. 

Desde el Gobierno provincial y el Ministerio de Seguridad de Córdoba la orden a partir de los sucesos de gatillo fácil fue clara. No habrá tolerancia hacía el personal que se vea involucrados en casos como ese. Así lo expresó el ministro de Seguridad cordobés, Alfonso Mosquera, cuando presentó el nuevo protocolo de accionar policial (Protocolo de Actuación Policial Para Uso Legal y Racional de la Fuerza).
 

En las últimas horas, esa reducción en la capacidad de acción puso en riesgo la vida de un oficial, que de no haber sido por los vecinos que acudieron a su ayuda, podría haber sufrido la sustracción de su arma.
 

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