Mientras el presidente Alberto Fernández resiste presiones del kirchnerismo por cambios en el Gabinete, decidió ponerse al frente de la campaña electoral de cara a las Legislativas del domingo 14 de noviembre.
ESTALLA EL FDT
Alberto Fernández pasa al frente mientras aparecen pintadas
El Frente de Todos (FDT) vive sus horas más críticas tras las PASO 2021. El presidente Alberto Fernández pasó al frente pero la mayoría no está de acuerdo.
Sin embargo, no todos están muy seguros de que esa sea una buena estrategia para intentar revertir el resultado de las PASO 2021. De hecho, hay quienes miran al cielo para que no recorra su territorio y así evitar la foto.
Puertas adentro, hay mucha autocrítica. Uno de los errores tiene que ver con la gestión económica en medio de la pandemia y la falta de reconocimiento de la magnitud del impacto. De hecho, Juntos por el Cambio tampoco esperaba ese resultado y eso tiene que ver, básicamente, conque ninguno de los 2 frentes está entendiendo lo que está pasando en la calle y en la mesa de los argentinos en la más absoluta intimidad: sus miedos, sus broncas, sus angustias y preocupaciones, la situación que atraviesan las familias...
Pero otro dato clave tiene que ver con el valor de las internas. La Casa Rosada no está entendiendo que los tiempos cambiaron y las generaciones necesitan otro tipo de excusas para militar o, incluso, ir a votar.
Con El Gran Dedo, los Fernández decidieron imponer listas únicas en muchos distritos, salvo en aquellos cuyos mandatarios provinciales tienen espalda para rebelarse. Ahora bien, queda la duda si algunos punteros dieron la orden de no ir a votar. Es que falló el aparato del peronismo y una de las explicaciones apunta a la falta de representación de los movimientos sociales o sectores de Izquierda como el kirchnerismo y otras versiones:
¿Será por eso que en las calles de Quilmes aparecieron advertencias de punteros?
Interesante el resumen que hizo el escritor Jorge Asís desde su cuenta en Twitter:
De fondo, queda la falta de plan económico y las consecuencias. Ahora, el oficialismo tira manotazos de ahogado para intentar reflotar los números pero preocupa lo que pueda pasar luego del 14 de noviembre con la economía, el dólar y la inflación.