El Gobierno instaló en la agenda mediática la 'cuestión Gran Hermano', con el objetivo de desviar la atención de los reales y graves problemas que enfrenta la Argentina. En este marco, y sin temor al ridículo, Alberto Fernández habló en una entrevista y continuó con la estrategia comunicacional.
"ENERGÚMENO"
Alberto Fernández, en 'modo Diego' y sin temor al ridículo
Alberto Fernández, sin temor al ridículo, siguió con la estrategia de desviar la atención con el tema Gran Hermano. Defendió a Gabriela Cerruti y se justificó.
Este viernes (21/10) el Presidente de la Nación se refirió a la polémica suscitada a partir de las acusaciones de Alfa, un participante de Gran Hermano 2022, que lo calificó como un “coimero”. Y defendió a su vocera, Gabriela Cerruti, que había sido criticada -incluso por los propios kirchneristas, como el caso del periodista Diego Brancatelli- por haberse hecho eco de estas declaraciones televisivas.
“La vocera dijo lo que exactamente yo creo. Terminen con esa discusión. La vocera expresó lo que el Presidente piensa”, introdujo Alberto Fernández en una entrevista concedida al canal de noticias C5N.
Resulta por demás curioso que el mandatario hable de sí mismo en tercera persona, tal como lo hacía Diego Maradona...
"El Presidente es una persona honrada, nunca ha participado de ningún hecho de corrupción, nunca se ha cuestionado su decencia", siguió Alberto Fernández, en 'modo Diego'.
Y agregó: "lo único que tengo para dejarles a mis hijos es mi decencia; si quien me ataca es alguien muy importante o un energúmeno, voy a reaccionar del mismo modo porque lo que están poniendo en tela de juicio es la honestidad del Presidente de la Nación y eso yo no puedo dejarlo en tela de juicio porque soy una persona honesta”.
“Si se trata de un energúmeno o de una persona muy importante, me da exactamente igual. No me voy a quedar callado cuando me agredan en cosas que no tengo nada que ver. Yo estoy hablando de la investidura presidencial y de mi persona”, aseguró Alberto Fernández luego de participar de un acto en Pilar.
Es evidente que el Presidente, en crisis de gobernabilidad, súper debilitado y aislado, y en medio de una Argentina con inflación descontrolada, está dispuesto a continuar desviando la atención con cuestiones nimias.
Pero subestima Alberto Fernández a los argentinos, si cree que por mucho que hable de este tema Gran Hermano, se olvidarán de los problemas reales que deben afrontar cotidianamente.
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