LEY JUSTINA

Por unanimidad en Diputados, ahora todos somos donantes de órganos

La Cámara de Diputados sancionó por unanimidad (202 votos a favor) la nueva Ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, conocida como Ley Justina, por la niña de 12 años que murió en noviembre pasado luego de esperar durante tres un trasplante de corazón. Desde que supieron que necesitaba un trasplante, Justina y sus papás iniciaron una campaña para concienciar a la sociedad sobre la donación de órganos.

La Cámara de Diputados sancionó por unanimidad el proyecto de “ley Justina”, que marca un antes y un después en la donación de órganos en la Argentina. A partir de esta ley todas las personas son donantes de órganos, salvo que hubieran expresado su voluntad contraria.
 
El principal cambio que la ley aprobada introduce en la anterior es la instauración de la categoría de donante presunto: toda persona mayor de edad que no haya expresado su negativa a la donación será tratada como donante. Hasta ahora, sólo se tomaban como donantes aquellas personas que hubieran manifestado expresamente su voluntad de donación (en caso de mayores de edad) o cuyos responsables legales quisieran donar sus órganos (en caso de menores de edad o personas tuteladas). 
 
 
El proyecto fue impulsado por el senador de Cambiemos Juan Carlos Marino y los padres de Justina Lo Cane y busca "desmitificar, simplificar y liberar a las familias de tomar una decisión en el momento trágico de la muerte de un ser querido".
 
En consideración a la familia de Justina, presente en el recinto, los diputados cambiaron el orden de tratamiento de los proyectos previsto para hoy y le dieron prioridad a la ley de trasplantes.
 
La ley fue sancionada por 202 votos a favor, sin abstenciones. Fue el final de una sesión emotiva, que terminó con todos los diputados aplaudiendo de pie.
 
Con pleno consenso se votó la ley que adoptó el nombre de Justina Lo Cane, la nena de 12 años que falleció el año pasado, el 22 de noviembre, por no recibir un trasplante de corazón a tiempo. Como pasó en el Senado, los padres de Justina, Ezequiel y Paola, también sus hermanos y abuelos, siguieron todas las alternativas, presentes en el recinto -junto al senador Marino-, con profunda emoción.
 
La norma elimina la necesidad del consentimiento familiar en caso de que el fallecido no hubiera expresado en vida su voluntad de ser o no donante de órganos. Hoy el 40% de las donaciones que se pierden son por oposición familiar. Si bien ese aspecto de la ley se terminará de definir en la reglamentación, el objetivo es reducir esa cifra. Sí seguirá siendo necesario el aval de los padres en caso de que el posible donante sea un menor de edad.
 
Hay unas 10.500 personas en la Argentina que esperan por un trasplante, se destacó durante el debate. Y sólo donan hasta ahora, 13 personas por cada millón de habitantes.
 

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