ANTI STREAMMING
Detenido en Chile el responsable de Cuevana en ese país
A las 16:30 horas en el Centro de Justicia se realizará el control de detención de un estudiante de 26 años, aprehendido por la policía por su relación con el sitio web Cuevana, en una diligencia a cargo del fiscal Pablo Alonso. Cuevana enfrenta dificultades legales en la Argentina.
13 de marzo de 2012 - 15:47
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - La investigación tiene relación con la denuncia presentada ante el Ministerio Público por el abogado representante de HBO en Chile, la que acusa al portal de propiciar en el país la distribución de material sujeto a las leyes de propiedad intelectual vigentes al no tener autorización de derechos de autor y conexos.
Esta operación se coordinó con la Brigada del Cibercrimen, quienes fueron al lugar de residencia del detenido, donde el propio acusado autorizó el registro de su hogar. En la diligencia se incautaron computadores y material que ahora mismo está siendo periciado por la policía.
Al momento se desconocen las penas a las que podría estar expuesta esta persona.
El caso en la Argentina
El mediático caso Cuevana se transformó en uno de los más relevantes del 2011, y dio lugar a que recrudeciera el debate sobre los límites que deben reinar en la íntima relación que existe entre los contenidos que se publican en la Red y la protección de la propiedad intelectual o los derechos de autor.
En este marco, el sitio de carga y descarga de contenidos Cuevana finalmente tendrá que hacer frente –según pudo conocer BAE Judicial– a dos denuncias que complicarían su situación. Por un lado, el 20 de diciembre pasado Julián Subías –apoderado especial de Twentieth Century Fox Film Corporation, Disney Enterprises Inc., Paramount Pictures Corporation, Columbia Pictures Industries Inc., Universal City Studios LLC, Universal City Studios Productions LLLP, y Warner Bros. Entertainment Inc.– radicó una denuncia contra los responsables del sitio de Internet www.cuevana.tv por la posible comisión de delitos de defraudación a la propiedad intelectual –previstos en la ley 11.723–.
En diálogo exclusivo con BAE el fiscal general Ricardo Sáenz confirmó que se encuentra investigando la actividad del sitio Cuevana desde diciembre del año anterior, en virtud de las denuncias de los principales estudios de cine de los EE.UU. y de Telefe. La actuación del fiscal se realiza en el marco de dos investigaciones preliminares que tienen por finalidad establecer las circunstancias de tiempo, lugar y modo de ejecución de los hechos denunciados, previo a ponerlos en conocimiento de la autoridad judicial.
Con ese alcance, Sáenz explicó que tiene probado y demostrado el funcionamiento del sitio, y prima facie quiénes son sus operadores responsables. La prueba pendiente de producción –cuya filtración a la prensa ya ha ordenado realizar por separado– es la referida a las personas físicas que contrataron el alojamiento del sitio www.cuevana.tv en un servidor de la ciudad de Rosario, y a nombre de quién o quiénes ese servidor registró el dominio de cuevana.tv.
Según trascendidos judiciales, se apunta como responsables del sitio a Tomás Escobar, Mario Cardosio, y David Fernández, señalando que las maniobras denunciadas como violatorias de los derechos de propiedad intelectual de sus mandantes se llevarían a cabo a través de la principal actividad del sitio Cuevana, esto es, la distribución de películas y programas de televisión, mediante la modalidad de streaming, sin el permiso, autorización o licencia de los titulares de los derechos de autor de dichas obras.
Por otro lado, la segunda denuncia fue radicada el 29 de diciembre de 2011 por la Apoderada de Televisión Federal S.A. (Telefe). En la acción se apunta también a investigar la posible responsabilidad penal de los tres responsables de Cuevana por defraudar la ley de propiedad intelectual; en este caso, se trata de infracciones por carencia de autorización que tendrían un doble origen: en primer lugar, la reproducción ilegal e indebida de los programas de televisión Algo habrán hecho (por la Historia Argentina), Clase Turista, Lo que el viento nos dejó, Los Simuladores, y The Simpsons. En segundo término, se adjudica a Cuevana la reproducción ilegítima, en vivo y en tiempo real, de la señal oficial de LS82 TV Canal 11, cuya licenciataria y propietaria de derechos es Telefe.
Lo cierto es que, este panorama impulsó a que la fiscalía dispusiera la apertura de sendas investigaciones preliminares que buscan determinar los alcances de la operatoria del sitio Cuevana en lo que refiere tanto a su funcionamiento técnico como a la información correspondiente al alojamiento del portal, entre otras cuestiones que hacen al fondo de la investigación.
Lo cierto es que frente al abrumador escenario donde la proliferación diaria de Internet trae consigo la necesidad de delimitar nuevas reglas de juego, el manejo de los contenidos dentro de la inmensa Red es, desde hace algún tiempo, foco de duras polémicas en el sector no sólo judicial sino que también político, donde se buscan establecer límites más claros en lo que respecta a la regulación del uso de los contenidos que muchas veces chocan con legislaciones vigentes como las referidas a responsabilidad civil, derechos de autor, propiedad intelectual, libertad de expresión, entre tantos otros preceptos legales.
Cuevana nació como un emprendimiento llevado a cabo por tres amigos y que en la actualidad alcanzó un tráfico diario que supera las dos millones de visitas. Con algo más de 12 millones de usuarios, Cuevana se establece como un sitio para mirar películas y programas de televisión sin cobrar por esto costo alguno. El problema radica en que, según trascendidos extraoficiales, “se estima que el 98% del material de Cuevana está protegido por derechos de autor, mientras que más del 50% del contenido es propiedad de los miembros de MPAA”.
Para explicar la cuestión operativa, se debe señalar que Cuevana pone a disposición de los usuarios un hipervínculo hacia otra página, que es la que aloja el contenido, y éste es uno de sus principales argumentos para cubrirse de las posibles responsabilidades legales que la puedan implicar en la violación de la propiedad intelectual (lo que ya se conoce informalmente como “linkear no es delito”, concepto que resulta muy discutible desde la óptica jurídica). La realidad es que el mismo argumento fue utilizado el pasado año por el portal de descargas Taringa!, cuyos responsables resultaron procesados por la Justicia. En el caso de Cuevana el material estaría alojado en los denominados cyberlockers, entre los que al momento pudo comprobarse que Bitshare, un denominado “paraíso fiscal de la tecnología”, le presta este tipo de servicios.
En el marco de la investigación se pudo comprobar que el hosting del sitio se halla alojado en la firma Dattatec (ver recuadro) en la ciudad de Rosario, aunque asimismo existen otros servidores en Canadá, USA o Europa en donde se almacenan los datos, lo cual dificulta aún más el proceso judicial.
Otro de los puntos sobre los que se sugiere avanzar es el componente publicitario, dado que se pudo verificar en el sitio la existencia de firmas como Despegar.com, empresa que –en el marco de la investigación judicial– advierte no haber publicitado en Cuevana, sino que contrata publicidad en Google, quien se encarga de distribuir la misma en sitios de interés. Es decir, que las empresas que contratan publicidad con Google no deciden el destino de sus banners, sino que esta elección corre por cuenta de Google, incluso cuando se trate de un sitio de dudosa legalidad como Cuevana.
En síntesis, esta investigación judicial –de la que participa la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal– apunta a determinar no sólo los alcances de la operatoria de Cuevana sino también a establecer el lugar físico desde el que funciona, la relación con Google y el tipo de contratación publicitaria que entre ambos existe, entre otras líneas de averiguación que apuntan a determinar la posible violación de derechos de terceros.
Así avanzan por los carriles de la Justicia dos denuncias que abren paso a nuevos avances en la causa Cuevana, que no deberán soslayar el componente económico de estas operaciones, ya que los investigadores no creen estar frente a un grupo de estudiantes que armó una plataforma para ver películas gratis con amigos, sino que Cuevana aparecería más bien como un importante negocio, con capacidad no sólo de vender publicidad sino de recibir donaciones. Cabe señalar que todavía resuena en el ambiente de la fiscalía que una de las acusaciones que pesa sobre el sitio Megaupload en los Estados Unidos (uno de los cyberlockers utilizados por Cuevana), es nada más y nada menos que la figura de lavado de dinero.