La vacunación antivariólica de rutina terminó en la mayoría de los países antes de 1980, cuando la Asamblea Mundial de la Salud declaró erradicada a la viruela.
“Este brote realmente estaba esperando a ocurrir”, dijo el doctor Romulus Breban, investigador del Instituto Pasteur de París a The Guardian.
El modelo matemático realizado por Breban y su equipo en 2020 encontró que en la República Democrática del Congo, por ejemplo, la inmunidad a la viruela símica cayó del 85% a principios de la década de 1980 al 60% en 2012.
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Con la disminución de la inmunidad, la enfermedad planteó “una amenaza para la seguridad sanitaria”, escribió el experto en aquel momento. En 2020, la República Democrática del Congo tenía más de 4.000 casos sospechosos y al menos 171 muertes.
“Nuestro nivel de inmunidad es casi cero”, enfatizó Breban y agregó: “es probable que las personas de 50 años o más sean inmunes, pero el resto de nosotros no, por lo que somos muy, muy susceptibles”.
Aun así, el investigador de enfermedades emergentes cree que el brote se puede contener y dijo que esta es una oportunidad para proponer campañas de vacunación en países en los que el virus es endémico.
Robert Steffen, profesor de la Universidad de Zurich (Suiza) y ex presidente de la Sociedad Internacional de Medicina del Viajero, dijo a Infobae que “cada vez se consideraba más a la viruela del mono como una nube oscura en el horizonte o incluso como una bomba de tiempo al tener en cuenta el rápido aumento de la incidencia de la infección en África y el creciente número de casos exportados desde los países endémicos”.
“Ofrecer la vacunación a las personas de más riesgo y a las que puedan haber estado expuestas al virus”, es parte de la solución al brote, aseguró Steffen.
La vacuna contra la viruela
La vacunación antivariólica de rutina terminó en la mayoría de los países antes de 1980, cuando la Asamblea Mundial de la Salud declaró erradicada la enfermedad.
Debido a que la vacuna también protege contra la viruela del simio, la campaña también mantuvo esa enfermedad bajo control, especialmente en las regiones de África central y occidental donde el virus es endémico.
Desde entonces, la proporción de personas protegidas contra la viruela del mono ha disminuido sustancialmente, lo que permite que el virus se propague más fácilmente de animales a humanos y de persona a persona, aumentando el riesgo de un brote.
El aumento de casos ha planteado dudas sobre si el virus de la viruela símica ha evolucionado hacia una forma más transmisible.
Hasta ahora, los científicos no han encontrado evidencia de que este sea el caso, pero los investigadores están estudiando el ADN para ver si las mutaciones en el virus pueden haber cambiado su comportamiento.
Los estudios genéticos hasta ahora sugieren que el virus coincide con cepas que llegaron al Reino Unido, Singapur e Israel en 2018 y 2019.
Graham Medley, profesor de enfermedades infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Reino Unido, dijo que es poco probable que haya el mismo "crecimiento explosivo" de infecciones en la población general que se observó con COVID. El brote podría continuar durante varios meses a medida que el rastreo de contactos ralentiza, pero no detiene la transmisión, aseveró.
"Cuanto más tiempo continúe el brote y mayor sea la prevalencia, más probable es que la viruela símica encuentre estos otros nichos”, aseguró.
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