Un día después de anunciar el envío de tropas junto con un avanzado sistema antimisiles THAAD -un despliegue altamente inusual destinado a reforzar las defensas aéreas del país tras los ataques con misiles de Irán a Medio Oriente- USA dio a su aliado Israel un fuerte ultimátum: o mejora la situación humanitaria en Gaza o sufrirá consecuencias en el suministro de armas.
¿USA juega a dos puntas? O solo es un nuevo intento de despegarse nuevamente de la matanza en Gaza con armas yankees y ganar tiempo.
En una carta, el secretario de Estado de USA Antony Blinken y el secretario de Defensa, Lloyd Austin exigieron a los funcionarios israelíes medidas concretas para abordar la calamidad en Gaza en medio de una renovada ofensiva israelí en el norte del enclave y del asedio extremo.
La carta enumeraba las restricciones que el estado judío estaba imponiendo, incluidas las relativas a las importaciones comerciales, la negación de la mayoría de los movimientos humanitarios entre el norte y el sur de Gaza y restricciones "onduladoras y excesivas" sobre qué bienes pueden entrar en Gaza.
Según supo Reuters, Israel tiene 30 días para cumplir con las siguientes demandas:
- permitir el ingreso de un mínimo de 350 camiones a Gaza por día,
- establecer pausas en los combates para permitir la entrega de ayuda y
- rescindir las órdenes de evacuación de civiles palestinos cuando no haya necesidad operativa.
"No demostrar un compromiso sostenido con la implementación y el mantenimiento de estas medidas puede tener implicaciones para la política estadounidense... y la legislación estadounidense pertinente" señala la carta que cita la Sección 620i de la Ley de Asistencia Extranjera, que prohíbe la ayuda militar a países que impidan la entrega de asistencia humanitaria estadounidense y un Memorando de Seguridad Nacional que Joe Biden emitió en febrero y que requiere que el Departamento de Estado informe al Congreso sobre si considera creíbles las garantías de Israel de que su uso de armas estadounidenses no viola el derecho estadounidense o internacional.
La carta llega en un momento en que Europa está cansada de los excesos y crímenes de las guerras israelíes y otras atrocidades. Preocupa mucho el estado de las organizaciones humanitarias después de los últimos ataques que han sufrido los cascos azules de la FINUL y las constantes peticiones de acceso a alimentos, agua y medicinas para los civiles.
USA-Israel
Desde el estallido de la guerra, USA se ha encontrado en una encrucijada contradictoria entre el apoyo militar incondicional a Israel y la presión para abordar la crisis humanitaria en Gaza. Washington ha presionado con frecuencia a Israel para que mejore las condiciones humanitarias en Gaza y no es la primera vez que amenaza con la suspensión del envío de armas. En mayo de este año USA detuvo envío de armas a Israel por ofensiva en Rafah.
Estados Unidos había retenido el suministro de potentes bombas (consta de 1.800 bombas de 2.000 libras y 1.700 bombas de 500 libras) a Israel en oposición al asalto de la ciudad y en medio la presión interna estudiantil que organizó una ola de marchas en varios campus universitarios estadounidenses en las que pedían el cese de apoyo a Israel.
La constante ayuda militar a Israel no es popular en USA. El senador demócrata Bernie Sanders prepara varias resoluciones que frenarían más de 20.000 millones de dólares en ventas de armas estadounidenses a Israel, aunque su éxito es improbable.
USA corre el riesgo de ser “cómplice de este desastre humanitario” (para los palestinos ya lo es) porque gran parte de la carnicería en Gaza se ha llevado a cabo con equipo militar proporcionado por Estados Unidos.
Tanto Donald Trump como Kamala Harris afirmaron que mantendrán el envío de armas a Tel Aviv.
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