China y USA en puja de ofertas bélicas para Argentina

En ese sentido, uno de los campos donde más se ha evidenciado la carrera entre ambos es en la industria armamentística. Con Argentina debilitada y enfrentando serios problemas de seguridad interna fruto del narcotráfico, el rol de las Fuerzas Armadas volvió a estar en el foco de la discusión.

Como uno de los temas centrales de la agenda política en un año electoral, la seguridad pasó a la lista de prioridades junto a la economía. Por ello, el Gobierno nacional (en la búsqueda de una difícil reelección) dio rienda suelta a proyectos de actualización de algunos sistemas de armas para poder recuperar, aunque sea, la capacidad de disuasión.

Entre ellos, se encuentra la compra de un nuevo sistema de cazas multirol para la Fuerza Aérea. Actualmente, Argentina es el octavo país más extenso del mundo a nivel territorial y no cuenta con un sistema de armas aéreo supersónico activo.

Precisamente en ese rubro es que China y Estados Unidos desataron una fuerte disputa con Argentina en medio de las presiones de ambos bandos. Algo que sucede en casi todo el mundo.

Para China, la venta de material bélico a Argentina completaría un ciclo de engrosamiento de las relaciones bilaterales con el país sudamericano. Ello implicaría, además, una fuerte puerta de entrada del país asiático al resto de la región que históricamente fue controlada por Estados Unidos.

Por eso, China ofreció a Argentina sus JF-17. El diseño, compartido con Pakistán, fue acercado al Estado argentino como una de las posibilidades de negocio.

La oferta china estuvo a la cabeza de la carrera en la mente de los funcionarios argentinos por varios meses. La concordancia ideológica de algunos integrantes del Gobierno nacional con el régimen chino acercó tanto a las partes que incluso encendió las alarmas en Washington D.C.

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Ese acercamiento, sumado a las relaciones comerciales y logísticas que ya existen hace casi una década entre Argentina y China ameritaron la reacción del Comando Sur del Pentágono, que rápidamente preparó una oferta competitiva. Así llegó a la mesa del Ministerio de Defensa la posibilidad de alcanzar el mítico F-16, un caza de cuarta generación y servidor histórico del bloque occidental.

Los aviones ofrecidos por Estados Unidos son sistemas ex daneses que, a pesar de ser más viejos que el JF-17 chino, cuentan con la preferencia de los expertos de la Fuerza Aérea a nivel técnico. Además, el avión estadounidense, a diferencia del chino, no cuenta con componentes británicos que compliquen el mantenimiento.

Si bien el país norteamericano aún se encuentra conformando la oferta y aprobación final de la venta, el negocio por los F-16 tendría mayor anuencia entre los integrantes del Ministerio de Economía que, al fin y al cabo, es el que aprueba la erogación. Claro, todo ello pensando en la estabilidad.

No obstante, China no se quedaría cruzada de brazos ante un eventual acuerdo argentino con Estados Unidos. Además de los aviones, el país asiático ya trabaja otras ofertas como la de vehículos blindados.

Hace pocos días, Argentina perdió momentáneamente la posibilidad de comprar vehículos de combate blindados de 6 ruedas (VCBR) 6×6 Guaraní. Por la situación económica, Brasil desistió de financiar a la Nación para llevar a cabo el acuerdo.

Ante ello, China vio otra luz para entablar relaciones bélicas con Argentina. Por ello, el país asiático habría comenzado a empujar nuevamente por la oferta de los Norinco VN-1 D como candidato, que incluía la provisión de 209 unidades.

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El tanque de China que ofertan a Argentina.

El ofrecimiento, que fue previo al entendimiento entre Brasil y Argentina, podría recobrar temperatura. Sin embargo, no de manera inmediata.

Las decisiones en materia de Defensa posiblemente se dilaten hasta después de octubre, cuando se traspase el umbral de las Elecciones generales. Hasta entonces, el Gobierno nacional buscará no dar pistas sobre la tendencia política que podría seguir a nivel global.

Cabe recordar que tanto Estados Unidos como China son dos miembros pesados del FMI, organismo acreedor de Argentina. El disgusto de cualquiera de esas dos naciones podría generar fuertes inconvenientes para el país sudamericano.

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