OPINIÓN

DÍAS DE PANDEMIA

Fernández me preocupa, me preocupa mucho

"(Alberto) Fernández es el Presidente de la Peste. Parece difícil otear en el horizonte algo más beligerante que una guerra donde todos padecemos el cruce de soldados y enfermos y lo que me pregunto, lleno de tribulaciones, porque no creo en su fortaleza pero me sostengo en que el voto popular es soberano: ¿nos salvará, salvará a todos…?": Raúl Acosta, 'el Bigote'.

Nada de cuanto nos sucede como personas es un hecho aislado. Como sociedad menos. Es una deriva constante. Somos parte de una sumatoria, contribuimos a ella y seguimos. Heráclito era demasiado claro. En algunas ocasiones olvidamos que no es el mismo río y peor: que el río está. Ni contrafactismo ni olvido. Cuesta entenderlo parados en nuestro ombligo.

La imagen de inconcluso que brinda Alberto Ángel Fernández, el porteño…y abogado, es necesario despegarla de aquella de Fernando de la Rúa y su disparatado gobierno. Un gobierno de coalición con un eslogan de campaña: “somos más”… La reunión de todos los que no votaban peronismo incluyó peronistas como 'Chacho' Álvarez. Es su vicepresidencia la que conjuga un verbo: colaborar. El colaboracionismo de ése peronismo que Álvarez representaba en la Alianza UCR Frepaso tuvo un límite delgadísimo y todo fue un castillo de naipes.

Elegido por el voto popular, como todos desde 1983 en adelante y espero que por mil años más, De la Rúa no fue un presidente dudoso sino una persona que dudaba. En determinados sitios las dudas no pueden existir. Esto es fácil en la escritura; poniendo el cuerpo supongo que es otra cosa y el zapato le ajusta al abogado porteño. Fernández no es De la Rúa pero está claro que no es Alfonsín, Menem, Duhalde, NK y/o CFK… y 'el Mauri'. 

La diferencia insoslayable con De la Rúa es que a Fernández lo elige el peronismo. El almanaque es la otra. Para los actos de gobierno sólo el tiempo juzga sin piedad y el reloj no ha corrido lo suficiente.

Un hecho que todos los estadísticos y encuestadores muestran debe leerse nuevamente. Pertenezco a la generación 'Vacunate nene'. Sobre el primer concilio allá, parados en marzo del 2020, las mediciones indicaban un 'te quiero' de mas del 75% y una confianza llamativa en aquel Fernández, el de las fotos, los consejos y el todos unidos triunfaremos. Lo que debe leerse en las encuestas y estadísticas y sus curvas, es la caída en relación con la vacuna que no llega y preguntarse bueno, si apareciese la vacuna o mejor, cuando la vacuna esté en cada brazo de las personas que votan, ¿este porcentaje de 'te quiero', cuál será?.

Obvio es decir, pero también necesario recalcarlo, que a marzo del 2020 la pobreza era mucha, la inflación estaba fuera de control (como siempre, mes a mes, en la última década) y nada bueno había sucedido con el abogado porteño pero la confianza era muy, pero muy alta. Nada de nuestros pesares permanentes tuvo influencia o provocó merma en aquella adhesión.

Las cosas por su nombre, la Peste es una guerra. Los periodistas somos cronistas y corresponsales de guerra que, además, recibimos esquirlas, balazos y hasta un tiro en la sien que no detienen los cascos o el rating. Como en toda guerra hay aprovechados que compran propiedades o venden carísimo el alcohol en Gel. Como en toda guerra hay un Estado Mayor y un General en Jefe. Uno.

Este es el General, 'el General' Fernández y esta es su guerra y, por lo que a mi concierne, entiendo que hasta las elecciones de octubre de 2023 suya será la estrella del mas alto General. Es su guerra y soy soldado de la misma.

Hablen con Ortega, hombre y circunstancia. Fernández es 'el General de la Peste'. Es 'el presidente de la Peste' y nada aparece superior a tal circunstancia. Nada. Pienso en las circunstancias de Alfonsín, Menem De la Rúa,  Duhalde, NK y CFK… y 'el Mauri'. A cada quien sus líos. Al abogado porteño, la Peste.

Mi insistencia debe entenderse como desesperación y pregunto, con insistencia … y desesperación: ¿alguien en Argentina está fuera de la guerra contra la Peste? ¿Hay otra guerra?

Toda legislación sobre binomios presidenciales, todo acuerdo tácito con ministros que no fueron votados y son brazos de un Poder Ejecutivo unipersonal… y un poco mas, según las fotos, envilece la foto.

Fernández es el Presidente de la Peste. Parece difícil otear en el horizonte algo más beligerante que una guerra donde todos padecemos el cruce de soldados y enfermos y lo que me pregunto, lleno de tribulaciones, porque no creo en su fortaleza pero me sostengo en que el voto popular es soberano: ¿nos salvará, salvará a todos…? 

Fernández me preocupa, me preocupa mucho, estoy en su ejército. No es consuelo que con 'el Mauri' hubiese sido peor. Fernández es lo que hay y, según advierto, es muy poco, pero soy esclavo de la democracia. Allí me quedo. Tal vez todos deberíamos hacer como Ulises. Atarnos al palo. Una tenue luz en las parciales del 2021 y una luz mayor en la inmensa luz del 2023. Es todo lo que hay. El resto oscuridad. Democrática oscuridad.

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