El corazón es uno de los órganos más afectados a causa de la obesidad, dado que necesita mover más sangre a mayor volumen de tejido, lo que suele terminar influyendo en su capacidad para bombearla de forma adecuada. Por eso, científicos se propusieron analizar en qué medida la vitamina A ejercía un efecto protector en estos casos.
PARA EL CORAZÓN
Sorprendente efecto protector de la vitamina de la espinaca
Investigadores probaron que, en ratones, la vitamina A ejerce un efecto protector en el corazón en casos de obesidad.
Para ello, expusieron a ratones con obesidad inducida por la dieta. Después de 20 semanas, los investigadores compararon los corazones y el metabolismo de los animales con obesidad y niveles suficientes de vitamina A y otros con deficiencia.
En comparación, los ratones con deficiencia mostraban represión de genes en el corazón que están asociados con: extraer energía de la grasa, extraer energía de la glucosa y la producción de la molécula portadora de energía trifosfato de adenosina.
Todas estas áreas son críticas para el funcionamiento metabólico, explica un comunicado de la American Physiological Society.
En efecto, mostraron que le nutriente de la espinaca lograba una mayor interrupción de los genes involucrados en la función cardíaca al utilizar un enfoque combinado dietético y genético.
“Nuestro estudio identifica un papel de la vitamina A en la preservación de la expresión del gen energético cardíaco que podría atenuar el desarrollo posterior de la disfunción mitocondrial y contráctil en la obesidad inducida por la dieta”, escribieron los investigadores de la Escuela de Medicina de Hannover, Alemania.
El trabajo fue publicado en el American Journal of Physiology-Heart and Circulatory Physiology.
¿Cómo obtener vitamina A?
La vitamina A tiene propiedades antioxidantes, es decir, sustancias que pueden proteger las células contra los efectos de las moléculas generadas cuando el cuerpo descompone los alimentos o cuando se lo expone al humo de tabaco y a la radiación (radicales libres).
Estas mismas sustancias podrían influir en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras afecciones. Por otro lado, es un nutriente vital para la visión, el crecimiento, la división celular, la reproducción y la inmunidad.
Como tal, está presente en muchos alimentos, tales como:
- Lácteos, como leche y queso.
- Hígado vacuno, aunque también es alto en colesterol y se recomienda una ingesta moderada.
- Algunos tipos de pescado, como arenques y salmón.
- Verduras de color verde, anaranjado y amarillo, como espinaca, batata, brócoli y calabaza.
- Huevos.
- Otras fuentes son los alimentos ricos en betacaroteno que el cuerpo transforma en vitamina A, como la zanahoria y el melón cantalupo o dulce.
El suplemento se aconseja solo a personas que llevan una mala alimentación o que tienen un trastorno que aumenta el requerimiento del nutriente, como enfermedades pancreáticas, enfermedades oculares o sarampión.
Según Mayo Clinic:
“Una dieta sana y variada le aporta suficiente vitamina A a la mayoría de las personas. Si estás interesado en las propiedades antioxidantes de esta vitamina, las fuentes alimentarias son lo mejor. No está claro si los suplementos de vitamina A ofrecen los mismos beneficios que los antioxidantes que se encuentran naturalmente en la comida”.
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