Boca y Racing se enfrentarán por las semifinales del Torneo Clausura. Será un atractivo duelo para sellar quién de los dos peleará por el título. El partido, que se jugará en la Bombonera, ya tiene fecha y hora: será el domingo 7/12 a las 19 hs.
TÁCTICO
Boca no podía tener un rival más seductor: cómo destruir a Racing donde más sufre
Racing será un rival intenso. Un boxeador que tira, y tira, y tira golpes. A veces más desordenado, pero los tira. Ahí es cuando el Xeneize puede aprovechar.
Mientras Boca esperaba ya en semis a su futuro rival, tras haber vencido a Argentinos Juniors por 1-0 en cuartos de final, Racing se quedó con ese boleto tras superar este lunes a Tigre por penales. Fue una noche épica en el Cilindro de Avellaneda, en uno de los partidos más electrizantes del año; no hubo goles porque el duelo terminó 0-0, pero ambos equipos regalaron jugadas, chances claras de gol, atajadas, vértigo, emoción hasta el final y hasta 3 expulsados.
Es difícil establecer quién de los dos llega como candidato. La Academia, uno de los equipos más competitivos de los últimos dos años, y el Xeneize, que crece y se solidifica a cada partido. Lo que sí se puede establecer de antemano es que será un choque de estilos, y que Boca se haya mucho más cómodo jugando contra rivales como Racing.
Era el mejor rival que le podía tocar al elenco de Claudio Úbeda. Uno propositivo, ofensivo, atacador. Uno que encaje, como una pieza de rompecabezas, en la propuesta del conjunto de la Ribera. Racing encaja muy bien.
El pragmatismo de Boca
El Xeneize es un buen equipo. En formación, pero un buen equipo. Paso a paso va logrando consolidar esas virtudes con las que más cómodo se siente. No son muchas, pero son fuertes. No brilla, no tiene un amplio abanico de recursos que vuelvan complejo su juego, pero tiene muy claro cuáles son las formas que le permiten alcanzar objetivos. Ya lleva 6 victorias seguidas, algo que no conseguía hace años.
Claudio Úbeda ha construido un equipo práctico. Con Leandro Paredes como el vértice colectivo, Boca se apoya en una idea que le resulta muy útil: no asume protagonismo con la pelota, eso prefiere dejárselo al rival; por el contrario, apuesta a golpear en momentos muy precisos.
Sostenido, claro, por la capacidad de los jugadores de jerarquía que tiene. Eso no es menor, porque es esa jerarquía la que le permite explotar las jugadas, maximizar las chances. Mientras tanto, elegirá defenderse más de lo que ataca. En el porcentaje de posesión frente a sus rivales a lo largo de los últimos partidos, Boca suele quedar debajo.
Son estrategias. Menos vistas, pero muy funcionales. Boca es un boxeador que aguanta los golpes contra las cuerdas, a sabiendas de su resistencia, y espera el momento y espacio para meter el guantazo demoledor.
Así ocurrió contra Argentinos Juniors, cuando lastimó con el gol de Ayrton Costa apenas empezado el partido y luego se dedicó a defender. Así también contra Talleres (en octavos), cuando lastimó con un gol de Merentiel a pesar de que el Matador parecía someterlo.
Algo similar contra River: pegó sobre el cierre del primer tiempo y al inicio del segundo.
Después, sabe que se vuelve una roca en su campo, con un 4-4-2 compacto que puede transformarse en un 5-3-2, como sucedió por momentos frente al Bicho.
El vértigo de Racing
Racing será un rival intenso. Un boxeador con mucho resto físico que tira, y tira, y tira golpes. A veces más desordenado, pero los tira. Ahí es cuando el Xeneize puede aprovechar.
Boca se siente más cómodo jugando contra aquellos rivales propositivos para poder responder de contragolpe; para poder tirar el guantazo demoledor. Con la velocidad de Zeballos para conducir y correr, la explosión de Merentiel, le técnica de Palacios y el tándem Paredes-Delgado en la base para romper con un pase o una conducción.
Sobre todo teniendo en cuenta que la Academia suele descuidar mucho el mediocampo. Acostumbrados a atacar, el estilo de los dirigidos de Gustavo Costas necesita estar todo el tiempo cargando el área contraria. Con sus laterales-carrileros, con sus tres delanteros, con su poderío aéreo.
Detrás, a sus espaldas, la mitad de la cancha suele sufrir cuando el ancho del campo le queda demasiado grande. Sin coberturas necesarias, Racing sufre en transiciones. En las defensivas, porque en las ofensivas es donde más fluye. Racing corre para adelante con vértigo, pero sabe que con ese mismo vértigo también tendrá que correr para atrás cuando el rival ataque.
El equipo de Úbeda puede hacerle mucho daño al de Costas en esas transiciones. Será un choque de estilos. Ganará el que sepa limar sus asperezas.