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NO DEN MÁS VUELTAS

El problema de Boca Juniors no es el sistema

Se habla de sistemas, la prensa los cuestiona, el DT Sebastián Battaglia los varía, y todo sigue más o menos igual. ¿Dónde radica la solución para Boca Juniors?

La propuesta está vez no es entrar y polemizar con lo del 'cabaret', porque ya se le ha dedicado de demasiado al tema. Ahora la idea es hablar de lo que Boca Juniors ha entregado desde lo lúdico. Aclarado el punto, avancemos.

Para hacerlo consideramos que el partido de Copa Argentina ante Central Córdoba de Rosario (4-1) no habría que considerarlo en este análisis ya que la condición del rival (tanto futbolística como física, siendo ésta última la que definió en parte el partido cuando Boca anotó su 2 a 1) es extremadamente inferior. Sí hay que decir que Boca sumó a Oscar Romero, quien con algunas 'pinceladas' mostró que puede aportar algo interesante a futuro.

Hace unos días ocupamos algunas líneas con Boca y River, tras disputarse 2 fechas del campeonato de Liga Profesional de Fútbol, afirmando que River había mostrado 2 rostros diferentes, y Boca algo parecido. Luego de otros 2 partidos podemos decir que todo sigue bastante parecido.

En el caso de Boca, Sebastián Battaglia, decidió en los primeros 3 partidos del Torneo jugar con un sistem a 4-3-3 muy claro y, más allá de los resultados que obtuvo que no fueron negativos, el equipo nunca mostró una idea clara y sí muchas falencias de funcionamiento.

Entiendo que el problema mayor de Boca lo tiene en el medio y discrepo con los que dicen que se desenvuelve en el sistema elegido. La verdad, no estoy de acuerdo con esto porque en el último partido ante Independiente (2-2) lo cambió por un 4-3-1-2 y tampoco funcionó.

El equipo mostró ante Independiente en Avellaneda más de lo mismos inconvenientes que tuvo en los 3 juegos anteriores. ¿Dónde está el problema entonces?.

Considero que los sistemas a veces no funcionan, no porque estén mal en sí mismos, sino por las características de los jugadores que los ejecutan. Este es el punto.

El sistema 4-3-3 en particular requiere que de los 3 volantes que participan, los internos (antiguamente denominados 8 y 10) lleguen al área rival casi siempre y también defender cuando el juego lo amerita.

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El sistema de 4 defensores, 3 medios y 3 atacantes aparece en los inicios de los años 50', para contrarrestar defensivamente el sistema WM. Pero se impone en la Copa del Mundo de Chile en 1962. Los brasileños reconvirtieron su 4-2-4 en un 4-3-3, al bajar Zagalo al medio campo y así regresó el mediocampista central como organizador del equipo. Por primera vez el número de jugadores que formaban el sector defensivo, superaba al número de jugadores del sector ofensivo.

El sistema de 4 defensores, 3 medios y 3 atacantes aparece en los inicios de los años 50', para contrarrestar defensivamente el sistema WM. Pero se impone en la Copa del Mundo de Chile en 1962. Los brasileños reconvirtieron su 4-2-4 en un 4-3-3, al bajar Zagalo al medio campo y así regresó el mediocampista central como organizador del equipo. Por primera vez el número de jugadores que formaban el sector defensivo, superaba al número de jugadores del sector ofensivo.

En el caso de Boca, el medio elegido para los 3 primeros partidos, fue Pol Fernández, Jorman Campuzano y Diego González.

Fernández y Gonzalez , quienes fueron los que hicieron los carriles, ninguno de los dos cumplieron funciones de ataque cuando el equipo avanzó en el campo.

Y lo llamativo del caso fue que González pisó más el área rival que Fernández para ser justos con el esfuerzo realizado por 'el Pulpo'. Esto fue lo más llamativo ya que el ex Godoy Cruz, Rafaela, Racing Club y Cruz Azul tiene más recursos ofensivos que González.

Si a los mediocampistas que juegan por los costados no se les exige llegar al área rival, el equipo carecerá de potencia ofensiva, por más que los laterales pasen.

Sucede que Boca maquilla ese defecto con el desequilibrio de Sebastián Villa o la categoría del “Pipa” Darío Benedetto. También es justo destacar la profundidad que le da Frank Fabbra por izquierda. De esa manera Boca suple sus falencias y en un Torneo como el que está jugando le puede bastar ante la mayoría de los rivales que deberá enfrentar.

Lo mismo pasó cuando jugó el último partido con el sistema 4-3-1-2. La prensa se encargó de martillar y confundir a la opinión pública con un análisis incorrecto.

Haber argumentado que el problema de Boca fue el sistema es una falacia. Boca debería elegir jugadores con otras características si se trata de jugar por los carriles, o bien exigirles más compromiso ofensivo.

El caso del 'Pulpo' González es a quien menos se le puede reprochar en ese sentido porque en todos los partidos le dio equilibrio defensivo al equipo y cuando pudo se sumó al ataque, habiendo sido quien más obligaciones tenía para equilibrar a Jorman Campuzano a la hora de defender.

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Diego González, 'el Pulpo', está siendo desaprovechado en un equipo al que podría darle mayor volumen de juego.

Diego González, 'el Pulpo', está siendo desaprovechado en un equipo al que podría darle mayor volumen de juego.

Es cierto que el nivel del 'Toto' Eduardo Salvio también fue muy bajo, aunque el tema de los delanteros es otro. Y ya que nos metimos con los delanteros, con los jugadores que eligió el entrenador para jugar en el medio, siempre estuvieron aislados.

Casi siempre debieron arreglárselas solos porque tampoco tuvieron un conector que les diera combustible de juego. Y acá es donde puede entrar lo de Oscar Romero.

Pero volviendo al tema de los 4 primeros partidos del Torneo sin la participación de Romero, tampoco resultó lo de la conexión con los delanteros con la inclusión de Aaron Molinas porque el joven tiene tendencia a tejer pases muy lejos de la zona caliente. Lo mismo que Pol Fernández.

En el juego, llegado un momento hay que profundizar y eso lo hace mejor el paraguayo, recientemente contratado.

Otra vez: esas falencias Boca las matiza con el retraso de Darío Benedetto, las corridas de Sebastián Villa y no más que eso. En definitiva, el mediocampo de Boca más allá de los sistemas elegidos, no fue ni chicha ni limonada hasta el momento. Fue un híbrido.

Una decisión muy delicada

Y acá caemos en el problema mayor que hasta hoy tuvo Boca en este aspecto y que debe corregir para mejorar. Ya sea porque se le exija un cambio de actitud al jugador que estamos por mencionar o bien por meter cambios de apellidos.

Y el tema que nos ocupa es Guillermo Matías Fernández, conocido como Pol Fernández, un jugador con muchas condiciones técnicas, buen despliegue, buena pegada pero muchas veces no define dónde exponerlas.

En definitiva: él no es un jugador indicado para marcar porque no es su fuerte en ese sentido por más que ocupe zonas defensivas pero tampoco es un jugador con peso en la ofensiva.

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¿Qué hacemos con Pol Fernández?

¿Qué hacemos con Pol Fernández?

Cuando no jugó Aaron Molinas, era él quien debía hacerse cargo del juego, llevarle la pelota a los delanteros, pisar el área y patear al arco. Pero lo que hizo en la gran mayoría de las veces fue juntar pases improductivos, cortos (la mayoría de las veces) en una zona del campo donde al rival no le hace cosquillas.

El mapa de calor de Pol Fernández arrojaría que se movió a 40 metros del arco, por citar una cifra promedio. Eso no le suma al equipo lo que necesita.

Solamente basta con mirar detenidamente los partidos (nosotros lo hemos hecho porque no miramos con el ojo del hincha en general) y notará que Pol Fernández casi ni pisó el área en los 4 partidos que jugó y menos pateó al arco, cuando es el único de los volantes con funciones y características naturales de volante ofensivo.

¿Y por qué, entonces, Pol tiene una prensa muy diferente a lo que estamos planteando y que dice lo contrario a nosotros?

Para muchos colegas, Fernandez fue figura de algún partido de estos que estamos considerando, pero no viene al caso entrar en este detalle. Discrepo.

No puedo entender por qué se dice esto si con sólo reparar en las imágenes se darán cuenta que es tal como fue explicado aquí.

Pol encajó justo (ya sea por sus buenas condiciones técnicas o por intenciones ocultas periodísticas) en un momento en que la prensa tenía a Juan Román Riquelme entre ceja y ceja y porque aquel equipo de Miguel Ángel Russo era una lágrima y 'el Vice' destrataba a los periodistas críticos con su estilo despótico.

Fernández entró en aquel momento en un conflicto con el Consejo de Fútbol, hasta tal punto que se terminó yendo envuelto en un conflicto que el mismo jugador reconoció y que ahora trató de solapar en su nuevo regreso al club. Ya el 3er. período en Boca, el 2do. desde que está Riquelme como dueño del circo.

En fin. La prensa magnificó que los problemas futbolísticos que tuvo Boca tras el éxodo del jugador a México fue por su ausencia, cuando en realidad lo tomaron como abanderado de los jugadores despechados que se fueron antes que él porque no tenían buena relación con el Consejo que lidera Riquelme.

Ese fue el motivo de la reputación de Fernández en la prensa, mayor de la que ganó en el campo de juego. Algunos periodistas construyeron un imaginario que la gente incorporó sin analizar en profundidad.

Todo fue para castigar a Riquelme. Sin embargo, muy astuto el vicepresidente, en cuanto se dio la posibilidad lo regresó al club para que todos los que hablaron y lo criticaron se tuvieran que 'tragar el sapo'.

Porque la verdad, para traer y gastar dinero en Pol Fernández y por lo que rinde (tendrá algún partido mejor que otro en el futuro, seguramente) se hubiese dado más espacio a los chicos del club que tienen con que pelearle el puesto.

Para dar nombres, Cristian Medina, y seguramente habrá otros que también puedan adaptarse a ese lugar. No podemos decir Agustín Almendra ya que entró en conflicto con el club por los motivos ya sabidos.

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Cristian Medina merece una oportunidad ante el bajo rendimiento de Pol Fernández que intenta ocultar una parte del periodismo, por motivos desconocidos.

Cristian Medina merece una oportunidad ante el bajo rendimiento de Pol Fernández que intenta ocultar una parte del periodismo, por motivos desconocidos.

Este es el problema que hoy tiene Boca más allá del sistema. Y vaya uno saber si a Almendra (además de su carácter, que debe corregir) no le saltó la térmica al ver todo lo que estamos contando. Es muy difícil para un jugador ver que él no es superado deportivamente pero no tiene chances de jugar por otros motivos no futbolísticos.

Es un tema acerca del cual nadie puede opinar desde afuera cuando no hay conocimiento exacto de la situación.

Es duro de aceptar para un jugador que le pone todo a su profesión, aunque él debería saber que son las reglas del juego. De de no ser así, por lo menos reconocer que le erró al elegir su carrera.

La llegada de Oscar Romero puede darle soluciones a este problema, seguramente. El simpatizante de Boca desea que el rendimiento del paraguayo se acerque más a lo entregado por su paso en Racing Club que a lo realizado en su reciente ciclo en San Lorenzo de Almagro. Veremos que pasa.

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Oscar Romero, una esperanza para mejorar el rendimiento de Boca Juniors.

Oscar Romero, una esperanza para mejorar el rendimiento de Boca Juniors.