Hace exactamente 19 años, el mundo de los videojuegos fue sacudido por el lanzamiento del primer "God of War". La saga de "God of War", centrada en el personaje Kratos y su sed de venganza, fue evolucionando desde la brutalidad hasta la reflexión sobre la violencia que el espartano infligió.
DE LA VENGANZA A LA PAZ
Hace 19 años, el primer "God of War" salía a la venta: La aventura con la que conquistamos el Monte Olimpo
"God of War" se lanzó a la venta hace 19 años, contando la sangrienta historia de Kratos, un espartano decidido a cargarse a los dioses del Monte Olimpo.
Los comienzos de Kratos: furia descontrolada y sexo
El primer "God of War" nos introdujo a Kratos, un hombre atrapado en una espiral de ira y venganza, cuya historia comienza con su desesperado salto al abismo al verse abandonado por los dioses griegos. Con este acto, que resonaba como una tragedia clásica griega, quedaba claro el tono para una narrativa repleta de violencia y desolación.
Desde sus primeros pasos en el juego, los jugadores se sumergían en un mundo donde la brutalidad era la norma. Kratos, con su ira incontenible, era el vehículo a través del cual se experimentaba una catarsis de violencia. Cada golpe, cada grito de ira, cada enemigo asesinado era una liberación para el personaje y para quien sostenía el control del joystick. Los combates contra criaturas mitológicas, las ejecuciones de jefes y la resolución de acertijos sangrientos alimentaban esta sed de poder y venganza.
Sin embargo, a medida que la saga avanzaba, surgieron críticas sobre la representación de la violencia y la cosificación de las mujeres en el juego. Las secuencias de "sexo como recompensa", donde Kratos era premiado con mejoras gracias a sus proezas sexuales, generaron controversia y pusieron en tela de juicio los valores transmitidos por el juego. De todas formas, aquella dualidad entre la glorificación de la violencia y la cuestionable representación de las relaciones humanas se convirtió en una característica distintiva de la saga.
Confrontando la violencia de Kratos
A medida que la saga "God of War" se expandía, la violencia de Kratos fue creciendo de forma desmesurada, pasando de querer vengarse de Ares, el dios de la guerra, a anhelar la aniquilación de todo el Monte Olimpo. Este camino de destrucción culminó en "God of War III", donde Kratos desencadenó tal caos destructivo que afectó al equilibrio del mundo.
En "God of War III", los jugadores se enfrentaron a una narrativa más oscura y escenas impactantes de violencia gráfica, como la decapitación de Helios con las manos desnudas de Kratos. Aquel nivel de brutalidad puso en discusión los límites éticos de los videojuegos en la representación de la violencia; sin embargo, la saga no se limitó a glorificar la violencia sin cuestionamientos.
El reboot de 2018 intentó abordar estas preocupaciones con la introducción de su hijo Atreus como coprotagonista al explorar el lado más humano de Kratos y su lucha por redimirse de su violento pasado. La nueva saga, esta vez tomando lugar en los países nórdicos, le dio capas de complejidad a la narrativa, además de cuestionar las motivaciones del personaje y las consecuencias de la violencia desmedida.
A pesar de sus controversias, "God of War" sigue siendo una referencia en la industria de los videojuegos, que evolucionó de una fantasía de poder a una meditación sobre las consecuencias de la violencia desmedida. A medida que se avecina un nuevo capítulo, los fanáticos de la saga esperan seguir explorando con más profundidad la naturaleza de Kratos.
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