Garfield, el gato naranja amante de la lasaña, las siestas y los comentarios sarcásticos, irrumpió en los periódicos estadounidenses el 19 de junio de 1978. Desde entonces, ocupa un lugar especial en la conciencia cultural. Perezoso, egocéntrico y gruñón sin remordimientos, Garfield demostró tener suficiente encanto para entretener a generaciones de lectores.
¿QUIÉN NO SE IDENTIFICA CON ÉL?
Así nació Garfield, el gato que conquistó las viñetas con su odio por los lunes
Garfield, creado en 1978, se convirtió en la tira cómica más vendida del mundo. Con su amor por la lasaña y su humor sarcástico, aún es un ícono de la cultura.
El nacimiento de Garfield: un éxito detrás de un fracaso
Jim Davis, el dibujante detrás de Garfield, trabajaba como asistente de otro artista, el ilustrador Tom K. Ryan, quien se hizo famoso por crear la tira cómica "Tumbleweeds", una sátira sobre la vida en el Salvaje Oeste. Durante este tiempo, Davis estaba trabajando en un personaje llamado Gnorm Gnat ("El Mosquito Gnorm"), el cual fue un fracaso estrepitoso, pero fue el que lo impulsó a crear a Garfield.
Pero, ¿por qué "Garfield"? Davis quería crear un personaje con el que el público se sintiera identificado (y un insecto como Gnorm Gnat no era lo ideal para eso). Observando varias tiras cómicas exitosas de la época, notó que en la mayoría el protagonista era un perro (como es el caso de Snoopy), pero no había ningún gato. Él recordaba los gatos de sus abuelos y lo desobedientes y rebeldes que eran (llegó a decir que algunos tenían su propio sillón), así que creó uno regordete, naranja y atigrado con la misma personalidad, al que llamó Garfield, por su abuelo James Garfield Davis.
En su primera tira, se presentaban Garfield y su dueño Jon Arbuckle, un caricaturista igual que Davis, cada uno señalando al otro como si fuera su "mascota". Así fue como, el 19 de junio de 1978, los lectores de 41 periódicos de Estados Unidos conocían a este gato perezoso y glotón que, hasta la fecha, posee el Récord Guiness como la tira cómica más distribuida del mundo.
Pronto se le sumaron a Garfield otro elenco más amplio de personajes, como el perro Odie (que contrastaba con Garfield por ser menos inteligente y más ingenuo que él) y su odioso compañero, el gato Nermal.
El secreto que llevó al éxito de Garfield siempre radicó en su equilibrio entre lo predecible y lo identificable, según su propio creador. Y es que Garfield expresa sentimientos y frustraciones humanos que les son comunes a todos los lectores por igual, como comer en exceso, dormir todo el día o incluso no querer levantarse un lunes. "Le pongo un espejo al lector y le muestro su vida de vuelta con un giro humorístico", explicó Davis. "Nos sentimos culpables por comer en exceso, no hacer ejercicio y dormir demasiado. Garfield nos libera de esa culpa al disfrutar de todas esas cosas".
Un producto de su tiempo, más allá de la lasaña
Pero hay otro elemento que influyó en el éxito de Garfield, y es que él era un personaje muy representativa de la década de 1980 -la década que lo vio nacer-, una época que celebraba el consumismo en todas sus formas. Al ser la era de "la avaricia es buena", la tira cómica podía encontrarse no solamente en los periódicos de todo el mundo, sino también en la lista de los más vendidos del New York Times, en la portada de la revista People y hasta como un globo en el Desfile del Día de Acción de Gracias.
Eso sin mencionar sus apariciones en especiales de televisión (que le hicieron ganar un Emmy) y el éxito de su propia serie de dibujos animados "Garfield y sus amigos", además de la avalancha de productos con su imagen -remeras, posters, tazas de café y mucho más-. A lo largo de las décadas, Garfield evitó hacer referencias políticas y culturales, lo que le permitió a la tira cómica permanecer vigente para los públicos de todo el mundo y, a pesar de que la circulación de periódicos impresos bajó con el tiempo, este gato amante de la lasaña mantuvo su presencia en medios digitales y publicaciones en línea.
Aunque Jim Davis vendió los derechos de Garfield en 2019, él sigue involucrado en la creación de las tiras cómicas, asegurándose que el personaje conserve su frescura y su relevancia, permitiendo que lo puedan leer incluso los nuevos lectores. En un mundo donde equilibrar la vida personal con el trabajo se hace más difícil, Garfield nos sigue recordando que, algunas veces, la opción más saludable es simplemente volver a la cama.
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