¿Qué es la inteligencia artificial?
UN DEBATE QUE CRECE
Inteligencia Artificial: ¿un riesgo y una amenaza o una aliada?
Sin dudas, la tecnología avanza y comienza a ser parte de distintos aspectos de la vida. Los asistentes de voz, por ejemplo, son solo un reflejo de cómo la Inteligencia Artificial (IA) puede intervenir en cuestiones más complejas como la salud, la educación, el transporte, entre otras.
En 1956, el informático John McCarthy fue quien habló por primera vez del término “inteligencia artificial”, a la que definió como:
“La ciencia y la ingeniería de crear máquinas inteligentes, especialmente programas de computación inteligentes”.
En términos más sencillos, se puede decir que la inteligencia artificial combina algoritmos que, entrenados, pueden obtener una inteligencia comparable a la de los seres humanos y, en algunos casos, superior, logrando realizar diversas tareas de forma autónoma.
Si bien puede generar miedo y rechazo en algunos sectores de la sociedad, no se debe perder de vista el avance que esto significa para la humanidad.
¿En qué cosas la vemos?
En el siglo 21, la inteligencia artificial está presente casi en todos las cosas que hacemos y usamos a diario: desde los smartphones, los chatbots de ayuda en distintos sitios web, las predicciones del buscador de google, hasta las recomendaciones personalizadas de Netflix.
Las publicidades que muestran servicios o productos de tu interés en las redes sociales, las listas que Spotify recomienda a diario a cada usuario y la información en tiempo real que brinda Google Maps para saber cuánto se tardará en llegar de un punto a otro, son otros ejemplos de esto.
Sin dudas, la inteligencia artificial llegó para quedarse y logró hacer cambios sistémicos positivos. Además, esta acostumbró a las personas a una forma de vida con una gran cantidad de comodidades y de soluciones más rápidas que ya se volvieron parte de la “normalidad”.
Sin embargo, su alcance y expansión también genera controversia. Si bien hay quienes celebran como la IA simplifica actividades, procesos e industrias de todo tipo, hay otros que no están tan de acuerdo con su avance.
La discusión
Aunque gigantes como Google y Facebook apuestan a la inteligencia artificial, y a ellos los siguen una gran parte de la población mundial que agradece las comodidades que esta trajo a sus vidas, algunos se resisten al cambio.
Las revoluciones industriales y los avances tecnológicos son realidades a las que las distintas generaciones se han tenido que adaptar a lo largo del tiempo. Sin embargo, con la IA sucede algo distinto.
En el pasado, las personas se veían amenazadas por las capacidades físicas de las máquinas, que lograban realizar determinados trabajos de forma automatizada, reduciendo los costos y el margen de error; sin embargo, en aquel entonces, los humanos todavía seguían ganando en lo referido a las capacidades cognitivas.
Ahora, lo que ocurre con las herramientas que ofrecen inteligencia artificial, es que estas logran imitar algunas funciones cognitivas propias de los humanos, como son la percepción, el aprendizaje, el reconocimiento, la comprensión, la memorización, la intuición, entre otras, lo que demuestra que el cerebro es el modelo para el desarrollo de la IA.
Con todo esto, aparecen ideas como las que indican que estos avances podrían generar, en un futuro no muy lejano, un desempleo masivo. Además, a estos argumentos se le suman los de quienes temen que la IA invada su privacidad, tomando sus datos personales, y se convierta en algo que los humanos tampoco puedan controlar o manejar.
Si bien es cierto que la inteligencia artificial podría sustituir a los humanos en algunas tareas, también está claro que hay ciertas habilidades que una máquina no puede reemplazar. La sensibilidad, la empatía, la creatividad, la respuesta ante situaciones y estímulos inesperados, son aptitudes y capacidades propias de las personas, que no pueden ser imitadas por ningún algoritmo.
Así, aunque los avances tecnológicos sean una realidad, lo conveniente no es rechazarlos sino, por el contrario, trabajar en estos, poner el foco en el uso, el desarrollo, el aprendizaje y el mantenimiento de la IA, y armar planes para crear nuevos puestos de trabajo entorno a ella.
De esta forma, la inteligencia artificial no tiene porque convertirse en un enemigo, más bien todo lo contrario; esta puede ser la aliada y compañera perfecta para muchas actividades y áreas, como la medicina, el transporte y la educación, en las que que se pueden obtener mayor precisión, aumento de su productividad, minimización del error humano, entre otras ventajas.
¿Cómo se proyecta el futuro de la IA?
Durante todos estos años, distintas compañías se han adentrado en el mundo de la IA para ofrecer herramientas y servicios cada vez más personalizados.
Los asistentes de voz como Siri, Alexa y Google Assistant, son algunos de los ejemplos más conocidos; sin embargo, la inteligencia artificial se está expandiendo cada vez más.
Por su parte, Google apuesta a herramientas como LaMDA, su “innovadora tecnología de conversación” que, según explicaron desde la compañía, “tiene el potencial de hacer que la información y la informática sean radicalmente más accesibles y fáciles de usar”.
Esto es totalmente diferente a lo que ofrecen, por ejemplo, los asistentes de voz que responden a preguntas puntuales, lo que demuestra que la empresa busca generar un contacto todavía más real y fluido entre las personas y sus servicios, y que este se aplique a sus productos y a su especialidad, las búsquedas.
Las aplicaciones que ayudan a los médicos a obtener diagnósticos e interpretar estudios también comienzan a aparecer en distintas partes del mundo.
Por otro lado, las casas inteligentes también empiezan a convertirse en una tendencia a nivel internacional y, sin dudas, el transporte autónomo, es decir, sin conductores humanos, es el futuro.
Si bien esto todavía tiene un largo camino por recorrer, ya que su implementación depende de los distintos países, muchos de ellos, como Singapur, Noruega, Estados Unidos y Finlandia, están haciendo todos sus esfuerzos para impulsar estas tecnologías en sus territorios.
Todo esto demuestra que, en el mediano y corto plazo, la inteligencia artificial asistirá a cada vez más áreas productivas y actividades cotidianas de las personas y logrará avances sin precedentes. Sin embargo, su implementación depende de la sociedad que debe responder a una pregunta fundamental: ¿está lista para el futuro?