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Las 6 reformas estructurales del FMI (y el fracaso de la Argentina)

El Fondo Monetario presentó su panorama internacional con un capítulo dedicado a la importancia de las reformas estructurales y su impacto positivo en países emergentes. El documento incluyó al país entre los que más han fracasado en las últimas décadas en llevarlas adelante.

En el capítulo analítico de su 'Panorama Económico Internacional', presentado este miércoles (previo a la Asamblea anual que comienza la semana próxima en Washington), el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó una investigación en 48 países emergentes y economías en desarrollo en las que constataron que las reformas estructurales dan resultados positivos, aunque varios años después.

En ese tipo de caracterización entran países como, por ejemplo, la Argentina, que tiene un acuerdo con el organismo multilateral por el que éste le concedió un crédito récord de US$57 mil millones. 

El informé citó como ejemplo a una reforma financiera en Egipto en 1992, que condujo a un aumento de la producción en un 2% promedio 6 años después de su aplicación. También mencionaron las medidas anticorrupción, cuyos efectos suelen tener un impacto de un 2% de crecimiento a largo plazo. Y en otras 4 áreas de reformas (finanzas externas, comercio, mercado de productos y mercado laboral) las ganancias son aproximadamente el 1% 6 años después de la reforma. 

El informe señala que si los cambios se hicieran todos juntos en todos los sectores, podría significar un aumento de la producción en 7% en un año, siempre y cuando sean países emergentes estables. Esto aumentaría el crecimiento anual del PBI per cápita en aproximadamente 1 punto porcentual, duplicando la velocidad media de la convergencia de los ingresos a los niveles de los países avanzados. 

Pero el caso argentino no caería en la categoría de "estable", dada la crisis que afecta al país. En estos casos en general, el Fondo recomienda tener en cuenta el "timing" y la "secuencia".

"Algunas reformas funcionan mejor cuando la economía es fuerte", señala el reporte. Y pone de ejemplo a la laboral: "En los buenos tiempos, la reducción de los costos de despido hace que los empleadores estén más dispuestos a contratar nuevos trabajadores, mientras que en los malos tiempos los hace más dispuestos a despedir a los existentes, magnificando los efectos de una recesión".

Agrega que "del mismo modo, el aumento de la competencia en el sector financiero en un momento de debilidad de la demanda de crédito puede empujar a ciertos intermediarios financieros fuera del negocio, debilitando aún más la economía".

El reporte destaca que, en los países donde la economía es débil, los gobiernos pueden dar prioridad a reformas como el fortalecimiento de la competencia, que dan sus frutos independientemente de las condiciones económicas, o diseñar otras para aliviar cualquier costo a corto plazo, como la promulgación de protección del empleo.

El Fondo  recomienda que estas reformas sean apoyadas por la política monetaria o fiscal siempre que sea posible y señala que también "funcionan mejor si se secuencian correctamente".

Además, destaca que las reformas "suelen ofrecer mayores ganancias en países donde la gobernabilidad es más fuerte. Esto significa que el fortalecimiento de la gobernabilidad puede apoyar el crecimiento económico".

Por último, señala el Fondo, para cumplir su promesa de mejorar el nivel de vida, "las reformas deben estar respaldadas por políticas redistributivas que difundan ampliamente los beneficios en toda la población", como fuertes redes de seguridad social y programas que ayudan a los trabajadores a cambiar de empleo. "Para que las reformas sean sostenibles y, por lo tanto, eficaces, deben beneficiar no sólo a algunos, sino a todos".

 

Reigniting growth in low-income en emerging market - FMI by Urgente24 on Scribd

La Argentina, un fracaso en reformas estructurales

De acuerdo al mismo reporte, la Argentina es uno de los países que más han fracasado en las últimas décadas en llevar adelante reformas estructurales que le permitan acercarse al nivel de vida de los países desarrollados. En este segmento, el país es comparado con  México, Nigeria y Filipinas.

En promedio, los mercados emergentes han ido cerrando la brecha que los separa en términos de producto bruto por habitante, de USA en aproximadamente 1,3% por año desde la crisis financiera de 2008. En tanto, los países de bajos ingresos fueron acortando distancia a razón de 0,7% por año. A estas tasas, tomaría más de 50 años para una economía de mercado emergente típica, y 90 años para un país en desarrollo de bajos ingresos cerrar la mitad de las brechas actuales en los niveles de vida.

Para el FMI, la Argentina llevó adelante estas reformas entre los años 1988 y 1997, pero el resultado logrado no fue acercarse al nivel de vida de USA, sino todo lo contrario, en el período 1998-2007 se fue alejando a una tasa del orden del 1,5% anual.

En cambio, el Fondo rescata las experiencias de países como Colombia, Egipto y Rumania que acortaron la diferencia de ingresos con los Estados Unidos a una velocidad por encima del promedio de los mercados emergentes.

El estudio señala que en el caso de la Argentina no influyeron ni guerras ni desastres naturales, pero sí la apreciación del peso y el posterior colapso del régimen de convertibilidad a comienzos de los 2000, que determinaron una reversión de las reformas estructurales.

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