CÓRDOBA. La ciudad de Córdoba capital es una de las más grandes del país, y una de las pocas con capacidad de acceso al crédito externo en Argentina. En tiempos de crisis y recesión, esa posibilidad cotiza en bolsa para la obtención de recursos frescos que mantengan las gestiones andando.
DEUDA
Córdoba capital hace malabares para cumplir en medio de la sequía fiscal
La capital provincial debió tomar deuda para cumplir con obligaciones externas. Un método en tiempos de sequía fiscal.
En ese sentido, la Municipalidad de Córdoba demostró conciencia sobre la importancia de mantener la puerta del financiamiento exterior abierta. Para ello, es clave honrar los compromisos adquiridos en tiempo y forma.
Si bien ese cumplimiento es un auténtico desafío en tiempos de recesión y sequía fiscal, la capital de la provincia mediterránea se las ingenió para poder cumplir en sus próximos vencimientos. Lo hizo transformando parte de su deuda en dólares a pesos, mediante la emisión de bonos en el mercado bursátil.
Según la última publicación del Boletín Oficial, Córdoba capital emitió deuda en pesos por 40.000 millones para poder cumplir con un segundo vencimiento en dólares a enfrentar en el corto plazo. La cuota a pagar es de 25 millones de dólares, que forman parte de un financiamiento externo tomado por la gestión del ex intendente radical Ramón Mestre, y reestructurada por Martín Llaryora también como intendente.
Córdoba gana tiempo
La intención de la gestión de Daniel Passerini es poder reestructurar el resto de las cuotas adeudadas y no tener que recurrir a la emisión de más bonos en pesos. Con una realidad fiscal apremiante, en Córdoba capital confían en poder destrabar las negociaciones que hasta aquí no surtieron frutos con los acreedores.
Cabe recordar que la recaudación municipal registró fuertes caídas en lo que va del año. Además, el corte de varios conceptos coparticipables por parte de Nación también generaron un impacto en las arcas municipales.
Un ejemplo especial de ello fue la desaparición del Fondo Compensador de Transporte, que dejó al sistema cordobés únicamente bajo subvención municipal. Así, la administración de Passerini tuvo que destinar un fuerte recurso económico para sostener el boleto urbano cordobés por debajo de los 1000 pesos.