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Por presión de hinchas y grupos feministas, un club no contratará a un arquero condenado por matar a su novia

Los dirigentes del club brasileño Operario de Varzea Grande, de la ciudad de Cuiaba, resolvieron este jueves (23/01) no contratar al arquero Bruno Fernandes, quien cumple una condena de 20 años por el asesinato de su ex novia, aunque ya goza de un régimen semi abierto. La presión de los hinchas y la amenaza de empresarios con retirar patrocinios convencieron a los directivos de la institución de la ciudad de Cuiaba de renunciar al fichaje de Fernandes.

Los hinchas del club brasileño Operario de Varzea Grande, de la ciudad de Cuiaba, y grupos feministas movilizadas lograron este jueves (23/01) que los dirigentes de esa institución resolvieran no contratar al arquero Bruno Fernandes, quien cumple una condena de 20 años por el asesinato de su ex novia, aunque ya goza de un régimen semi abierto. 

Fernandes, ex capitán del Flamengo y surgido al fútbol en Corinthians, negociaba su incorporación con el club de la región metropolitana de la ciudad de Cuiabá, pero los directivos anunciaron este mismo jueves el fin de ese diálogo como consecuencia de las manifestaciones públicas.

La última protesta fue promovida por un grupo de mujeres durante el partido que el Operario ganó por 1-0 al Poconé, en el comienzo del Campeonato de Mato Grosso.

En forma simultánea los directivos recibieron noticias de que perderían el patrocinio de tres empresas de la región, consignó la agencia EFE. 

“Fue una presión muy grande y dos patrocinadores amenazaron con dejarnos. Sin dinero uno no consigue hacer fútbol. Tuvimos que desistir (de la contratación), aunque agradecemos el apoyo de parte de los hinchas que habían apoyado nuestra contratación”, declaró a la edición digital de la revista Época el supervisor del club, André Xela. “En favor del club y de la hinchada consideramos mejor cancelar la incorporación”, añadió el dirigente.

Un tribunal de la localidad de Varginha había acatado una recomendación de la Fiscalía del estado de Minas Gerais, al norte de Río de Janeiro, y aceptó que el futbolista de 35 años fichara por el Operario. 

El futbolista ya había firmado el pasado año con el Poços de Caldas FC, un humilde club de fútbol del estado brasileño de Minas Gerais, pero el contrato fue rescindido meses después, ya que el equipo consideró entonces que las medidas judiciales impuestas a Bruno Fernandes habían dificultado su presencia en los entrenamientos y, en consecuencia, habían restringido su evolución y su rendimiento.

Fernandes fue detenido en 2010, cuando era figura del Flamengo y era candidato a llegar a la selección brasileña. Tres años después, el arquero fue condenado a veinte años y nueve meses de cárcel por el asesinato de Eliza Samúdio, con quien tuvo un hijo que no había reconocido. 

Samudio, una modelo de 25 años que reclamaba del futbolista el pago de una pensión para su hijo, desapareció en 2010 y fue considerada muerta, aunque su cuerpo nunca fue encontrado, en un caso que conmocionó a Brasil por la fama de los involucrados y los macabros detalles del crimen.

De acuerdo al expediente de la causa, a partir de la declaración de un primo de Bruno Fernandes que participó del asesinato, Samudio fue secuestrada por orden del arquero, golpeada en la cabeza y después estrangulada. Ya muerta, el cuerpo de la mujer fue arrojado a cuatro perros rottweiler, que lo terminaron de devorar. De acuerdo al imputado, los restos terminaron siendo enterrados con bloques de cemento, aunque nunca pudieron ser hallados.    

Formado en el Atlético Mineiro de Belo Horizonte, con el que debutó como profesional, Bruno jugó también en el Corinthians, aunque logró el éxito y la fama en el Flamengo, donde fue capitán y con el que ganó el Brasileirao de 2009 y tres campeonatos cariocas.

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