El 25 de junio es una fecha bien futbolera para los argentinos debido a que en 1978, Argentina se consagró campeona del mundo por primera vez bajo la conducción de César Luis Menotti; justo en esta misma fecha, la albiceleste le ganaba 2-1 a Nigeria con dos golazos de Claudio Paul Caniggia en el segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Estados Unidos 1994. Tras este encuentro, una enfermera entró directamente a buscar a Diego Armando Maradona una vez que sonó el pitazo final. Ella era Sue Ellen Carpenter y nunca más volvió a entrar a un campo de juego a buscar a un futbolista, dando así lugar a las suspicacias y sospechas.
ANIVERSARIO
25 años del doping de Maradona: Cómo fue la trama con la enfermera que se llevó a Diego
Hace 25 años, Argentina le ganaba a Nigeria 2-1 con dos golazos de Claudio Paul Caniggia en el segundo partido de la fase de grupos del Mundial de Estados Unidos 1994. Tras la victoria albiceleste, nadie sabía que este partido sería el último de Diego Armando Maradona luego de que diera positivo en un control antidoping que inmortalizaría la famosa frase “me cortaron las piernas”; pero un personaje que quedó en la historia que es el de la enfermera Sue Ellen Carpenter quien acompañó a Maradona al control. Con el correr del tiempo, se pudo saber que apenas se acercó a Maradona, ella le expresó: “Viva Argentina, viva Maradona”. El 10 de Argentina se retiró sonriendo aunque nunca pensó que esa caminata de la mano de la enfermera era el comienzo del golpe más duro. Ella jamás en su vida iba a volver a tener esos 30 segundos de pura fama eterna. Tras el doping, la enfermera fue una de las personas más buscadas por los medios. Actualmente la famosa enfermera trabaja desde hace 13 años en una clínica de fertilidad en la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos. Se transformó en una especialista de la fertilidad asistida y pertenece al Centro de Medicina Reproductiva de Atlanta.
Sue Ellen se llevó a Maradona de la mano para realizarse el control antidoping cuando tenía 33 años, hoy tiene 58 años. Aquel día, la FIFA determinó que fuera la auxiliar del control con otras tres mujeres. Durante esa Copa del Mundo, cuatro mujeres esperaban a los jugadores en la boca del túnel y los llevaban al consultorio. Sin embargo, esa vez ella decidió entrar al campo a buscar a Diego.
La imagen hubiera sido rápidamente olvidada de no ser porque Maradona, quien ya había dado positivo en un control jugando para el Nápoli en 1991, no superó ese control, fue sancionado y terminó de la peor manera su carrera en la Selección Argentina.
A Carpenter comenzaría a perseguirla un rayo fatalista, el de una conjetura fantasiosa: cinco días después sería rechazada por un griego que había sido sorteado para el control posterior al partido con Nigeria: “Andate, te vi, sos la que sacó a Maradona”. La FIFA decidió protegerla e informó, falsamente, que se llamaba María Ingrid. No importó que periodistas la encontraran en los Juegos Olímpicos Atlanta 96 y ella contara que no tenía nada en contra de Maradona y que incluso admiraba a los argentinos.
Más allá del garrafal error de Maradona de confiar en el nutricionista Daniel Cerrini, para su positivo también influyó una pésima jugada del azar. En una de las habitaciones del Foxboro, durante el segundo tiempo de Argentina-Nigeria, uno de los médicos de la Albiceleste, Roberto Peidro, sacó las bolillas de Maradona y del defensor Sergio Vázquez. Ya al borde del campo de juego, a la espera del final del partido para entrar a la cancha e informarles de que habían sido sorteados, Peidro comenzó a hablar con Carpenter, según recordó una nota publicada por el diario español El País.
Ya terminaba el partido y el médico le dijo la frase por la cual comenzó el malentendido.
—Andá a buscar a Maradona. Así salís en la tapa de todos los diarios. Vení que le digo que le tocó el doping, recuerda el diario El País.
Carpenter avanzó con menos discreción que el resto de sus colegas. En la escena del falso crimen también apareció el dirigente chileno Harold Mayne Nicholls, futuro presidente de la Federación de su país.
El argentino dio media vuelta y arrancó camino al control. Estaba tan despreocupado que abrazó a su custodia rubia y le firmó un autógrafo a otra de las chicas con guardapolvo. Carpenter, emocionada, dijo: “Viva Maradona, viva Argentina”. Cuando llegaron a la sala se separaron y nunca más se cruzarían.
Tras el doping, la enfermera fue una de las personas más buscadas por los medios. Actualmente la famosa enfermera trabaja desde hace 13 años en una clínica de fertilidad en la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos. Se transformó en una especialista de la fertilidad asistida y pertenece al Centro de Medicina Reproductiva de Atlanta.