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PANORAMA

Elecciones: Incertidumbre, singularidades y segregacionismo político

A pesar de las proyecciones, es una incógnita el resultado electoral. Fin de la histórica polarización. Quiebre de una ley no escrita.

Cuando ya había empezado la veda para la publicación de encuestas, 2 consultoras con sedes en el interior del país (una en el norte y la otra en el zona centro) distribuyeron de forma reservada sus últimas mediciones de intención de voto, cerradas en las horas previas. Una, con algún matiz significativo, acompañaba el consenso general de los sondeos publicados respecto de la tendencia proyectada para las elecciones presidenciales de este domingo. La otra presentaba un panorama muy distinto. La colisión entre los resultados expresa, de alguna manera, las dificultades de las consultoras para predecir escenarios, algo que quedó demostrado en las PASO, y la incertidumbre reinante ante el proceso electoral más atípico desde por lo menos la post crisis de 2001.

Las singularidades abundan. En primer término, el presidente saliente, Alberto Fernández, no buscará su reelección. No porque no lo haya querido ni porque la Constitución se lo impidiera. No lo hará porque su impopularidad es tal que se vio obligado a no postularse, a lo que hay que agregar los enconos internos entre los socios del exFrente de Todos, hoy Unión por la Patria (UP), que también volvieron inviable una candidatura del Presidente. El devenir de Fernández lo deja en una posición en la historia aún más endeble que la de Mauricio Macri, quien sí compitió por su reelección en 2019, pero con resultado adverso, aunque alcanzando más del 40% de los votos.

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Alberto Fernández, esta semana en China. Es el primer presidente peronista que no pudo ir por la reelección.

Alberto Fernández, esta semana en China. Es el primer presidente peronista que no pudo ir por la reelección.

Otra particularidad de este proceso electoral, la más importante, es la desaparición de la polarización entre las que fueron durante casi una década las 2 fuerzas mayoritarias: el peronismo y la alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica de Elisa Carrió (más algunos otros espacios de menor envergadura), que desde 2019 se presenta bajo el sello de Juntos por el Cambio. La irrupción de Javier Milei y su La libertad avanza, un espacio liberal en lo económico hasta el absurdo y conservador en términos sociales, desbarató lo que se popularizó como ‘la grieta’ entre el kirchnerismo y el antikirchnerismo abriendo un nuevo escenario en el que se transformó, como lo definió el politólogo y consultor Facundo Nejamkis, en “el nuevo centro de la política”. Milei y LLA resultaron -inesperadamente- los más votados en las elecciones primarias de agosto y desde entonces el candidato libertario casi que monopolizó la conversación política. Los posicionamientos de sus adversarios prácticamente orbitaron en todo momento alrededor de los posicionamientos de Milei. Sobre todo en la última semana de la campaña.

Milei consiguió penetrar transversalmente en los electorados del peronismo y de JxC, con una fuerte incidencia en el votante joven, cautivado por su estilo frontal y agresivo, con el que señaló a la “casta”, una generación política privilegiada, como la causante de la decadencia que identifica en el país. Allí está el principal activo del libertario: la denuncia de un sistema político que no ha dado respuestas a las necesidades básicas que coincide con el hartazgo social frente a una crisis económica que se ha prolongado demasiado y cuyo horizonte de salida es incierto. Por otro lado, su prédica para la dolarización de la economía y terminar así con la inflación también es considerada por los analistas como un gran motivador del voto libertario. Milei resultó el más votado de las PASO y desde entonces las encuestas evidenciaron un crecimiento que se demostrará este 22-O hasta donde llegó. Hasta aquí, las únicas cifras reales fueron las de las PASO: 29,86% para Milei/LLA; 28% para JxC y 27,28% para UP. Un escenario fragmentado con muy poca diferencia entre las fuerzas en disputa.

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Javier Milei, en el acto del cierre de campaña en el Movistar Arena.

Javier Milei, en el acto del cierre de campaña en el Movistar Arena.

En su discurso de cierre de campaña en el Movistar Arena, Milei arengó a la militancia con la posibilidad de una victoria en primera vuelta, eludiendo el balotaje que en general pronosticaron las encuestas. Alcanzar ese objetivo no es imposible, pero sí muy difícil. Para consagrarse presidente electo este mismo 22/10, Milei debe obtener el 45% de los votos, lo que lo depositaría automáticamente en la Casa Rosada, o -como mínimo requisito- el 40% (o más) con 10 puntos de diferencia sobre su rival inmediato. Algunos cálculos que circulaban en los búnkeres de los candidatos arrojaban que para ganar bajo la 2da hipótesis, Milei debería sumar un 50% a los 7 millones de votos que obtuvo en las PASO. Tendría que mejorar su performance en la provincia de Buenos Aires, donde LLA resultó 3ra en las primarias. Un aumento del caudal de esa magnitud luce como una tarea titánica. Pero también hay que recordar que el universo que se sumaría a este turno electoral multiplica varias veces esos 3,5 millones de votos: serían unos 11 millones los electores que no votaron en las PASO que podrían hacerlo este 22-O. De todos modos, hay estimaciones que reducen a unos 3 millones los nuevos votantes que finalmente se acercarán a las urnas para estirar la participación del 69% del padrón a cerca del 75%.

Claro está que el resto de los candidatos también disputará esos nuevos votantes. Es tal vez la principal esperanza de Patricia Bullrich, cuya mayor aspiración es meterse en el balotaje. La candidata de JxC le ganó la interna a Horacio Rodríguez Larreta, pero resultó individualmente la 3ra más votada, con algo más del 17% de sufragios en agosto. Bullrich concentró su discurso en una fuerte y extemporánea prédica contra el kirchnerismo al mismo tiempo en el que quedó enredada en interminables peleas hacia dentro de su espacio, el PRO. Sólo en las últimas semanas pareció lograr la comunión de las distintas tribus. El desafío de Bullrich es retener todos los votos que JxC sacó en las PASO. La designación de Larreta como jefe de Gabinete en un eventual gobierno persigue ese fin. Para sumar, en tanto, apuesta tanto a los nuevos electores (la ampliación de votantes entre las primarias y la general históricamente benefició a JxC) como a la erosión de la base de Milei. En los últimos días Bullrich mostró críticas más enfáticas contra el libertario. Las repitió en Lomas de Zamora, donde cerró su campaña. La escenografía tenía además un efecto simbólico: se trata del municipio del que es intendente en uso de licencia Martín Insaurralde, a quien el excéntrico paseo en yate junto a la modelo Sofía Clerici le costó su cargo de jefe de Gabinete bonaerense, su postulación a concejal y una causa judicial que lo investiga por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.

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Patricia Bullrich cerró su campaña en Lomas de Zamora, junto a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.

Patricia Bullrich cerró su campaña en Lomas de Zamora, junto a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta.

El caso Insaurralde tomó nueva dimensión esta semana cuando fue imputado Juan Pablo de Jesús, quien continúa como vicejefe de Gabinete de Axel Kicillof, quien este domingo podría conseguir su reelección. De Jesús, exintendente del Partido de la Costa y candidato a una banca en la legislatura provincial, fue señalado como presunto testaferro de Insaurralde. Y si de casos judiciales se trata, avanzó también el peritaje del teléfono celular de Julio ‘Chocolate’ Rigau, el puntero peronista que fue detenido luego de extraer dinero a través de 48 tarjetas de débito a nombre de contratados de la Cámara de Diputados bonaerense. Es un episodio que también salpica a Insaurralde, dado que su delfín en Lomas de Zamora, Federico Otermín, preside ese cuerpo legislativo. Pero el caso también podría complicar a las otras fuerzas políticas.

Estos casos de corrupción aparecían como serios obstáculos para la candidatura de Sergio Massa. Pero el ministro de Economía y candidato presidencial oficialista sigue teniendo su principal desafío en la esfera de la gestión. En la última rueda previa a los comicios el dólar blue sufrió un nuevo salto que lo llevó nuevamente por encima de los $1.000. Con una particularidad: el precio que se publicaba era inferior al que realmente había en las cuevas, donde, sin embargo, estaban frenadas las ventas ante la incertidumbre electoral. Para evitar la escalada, Massa desplegó operativos en las cuevas, lo que también limitó las operaciones. Los dólares financieros también se volvieron a disparar. El denominado “contado con liquidación” cerró en $1.110 en la última rueda previa a la elección. En su informe semanal sobre la evolución de los precios, una medición paralela a la del INdEC para contener expectativas, Gabriel Rubinstein, viceministro de Economía, reconoció el impacto de la suba de esas cotizaciones en la inflación. En ese último informe, Economía admitió que, medido en períodos de 4 semanas, la inflación cortó la tendencia a la baja que mantuvo durante los 7 períodos previos.

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Massa también buscó polarizar con Milei. Lo hizo de una forma llamativa. Disfrazó de medida una decisión que no iba más allá del marketing político. El ministro de Transporte, Diego Giuliano, anunció el lunes feriado que se abría un registro para todos aquellos que quisieran renunciar de forma voluntaria a los subsidios que hacen más baratas las tarifas del transporte público. Anunció Giuliano, quien también es candidato a diputado nacional por la provincia de Santa Fe, que el usuario podía elegir pagar la tarifa plana, que llevaría el pasaje de los colectivos en el Área Metropolitana a los $700 y a los $1.100 el de los trenes. El objetivo del anuncio quedó rápidamente al desnudo cuando Giuliano sugirió que quienes votaran a Milei deberían renunciar al subsidio porque de lo contrario incurrirán “en una contradicción” ideológica. Expuso así que se trataba sólo de una jugada para confrontar el posicionamiento oficialista con el libertario, lo que se reforzó con la campaña de los gremios ferroviarios -con impulso del Gobierno- alertando sobre una supuesta tarifa “Milei” o “Bullrich” en contraste con la tarifa “Massa”, subsidiada y muy alejada de los costos reales de operación de los trenes, que a la postre terminan financiados con emisión monetaria e inflación. La acción psicológica se completaba con la opción de un boleto de $700 en las máquinas de la tarjeta SUBE a bordo de los colectivos. Diego Cabot informó en el diario La Nación que esta última medida tuvo que ser desactivada luego de una advertencia de las empresas del transporte automotor sobre que ese valor no había sido reglamentado y por lo tanto era ilegal.

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Campaña sucia del oficialismo.

Campaña sucia del oficialismo.

Con su propuesta de que sólo los que voten a Massa tienen derecho a reclamar el subsidio al transporte, Giuliano aplicó un extraño segregacionismo político, algo nunca visto y que va contra aquella máxima de un gobierno que se resume en una frase recurrente: “no nos fijamos en si nos votaron o no, gobernamos para todos”. El ministro de Transporte debe ser el primer funcionario en la historia argentina en haber violentado de forma tan burda esa ley no escrita. Un dato más para el ministro Giuliano, que quiere forzar a los votantes de Milei a renunciar al subsidio invocando una cláusula ideológica: hay sendos trabajos que muestran que no hay una correlación directa entre las propuestas de reducción del Estado de Milei con su intención de voto (aquí hay uno).

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Massa eludió la veda e hizo fotos de campaña en el centro de control electoral de UP.

Massa eludió la veda e hizo fotos de campaña en el centro de control electoral de UP.

El propio Massa tampoco escapó a cierta lógica extorsiva en el cierre de su campaña. La frase que que sintetizó esa postura fue “el domingo decidimos si amamos nuestra bandera o no”, ubicando a todo aquel que no lo vote en la zona de la antipatria. Según el consenso de los sondeos (salvo alguna excepción), el ministro candidato corre con ventaja para meterse en el balotaje con Milei, a pesar de que al final de su gestión la inflación habrá alcanzado, según previsiones, una cifra cercana al 200%. Sino todas, gran parte de las incógnitas comenzarán a ser develadas a partir de las 22:00 de este domingo, cuando empiecen a publicarse los datos del escrutinio provisorio.

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